El centenario de Alejo Carpentier rescata el mundo exuberante del escritor cubano
Documentales y conferencias recrean en la Biblioteca Nacional la seductora figura del narrador
Desde ayer y hasta el pr¨®ximo viernes 30, Madrid recuerda al escritor Alejo Carpentier (1904-1980), padre de lo "real maravilloso" y antecedente del realismo m¨¢gico latinoamericano, con un homenaje organizado conjuntamente por las bibliotecas nacionales de Espa?a y Cuba. Conferencias, mesas redondas y proyecciones se anticipan al centenario del nacimiento del autor de El siglo de las luces, que se cumple el pr¨®ximo 26 de diciembre. El ciclo incluye tres documentales "raramente vistos", filmados en La Habana en 1967, en los que el escritor habla de sus novelas, de su relaci¨®n con el surrealismo y con la pol¨ªtica.
"Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados", afirmaba el escritor cubano Alejo Carpentier, quien hizo de la exuberancia narrativa, el cosmopolitismo y el mestizaje entre la literatura barroca espa?ola, la tradici¨®n afro-cubana y la cultura francesa sus claves biogr¨¢ficas y literarias.
Este esp¨ªritu polifac¨¦tico gu¨ªa el ciclo que se inici¨® ayer en la Biblioteca Nacional (paseo de Recoletos, 20, Madrid). Cuatro d¨ªas de conferencias y mesas redondas sobre la obra del premio Cervantes de 1977 que reservan algunas sorpresas. "Carpentier era un gran conversador y hemos incluido en el programa tres documentales que lo muestran en su esplendor", afirmaba ayer en Madrid Eliades Acosta Matos, director de la Biblioteca Nacional Jos¨¦ Mart¨ª de Cuba y responsable del ciclo.
As¨ª, a la teor¨ªa se suman recuerdos, fotograf¨ªas y la voz del autor de Los pasos perdidos recapitulando su infancia en La Habana, sus devaneos con el surrealismo en Par¨ªs, sus viajes, exilio y militancia. El ciclo es un anticipo de los actos que se anuncian con motivo del centenario; entre ellos, un seminario en la Casa de Am¨¦rica de Madrid para los pr¨®ximos 30 de junio, 1 y 2 de julio que analizar¨¢ la importancia de Carpentier como escritor, historiador y music¨®logo.
"Sin Carpentier es imposible entender el realismo m¨¢gico latinoamericano", dec¨ªa Acosta Matos. "Al acu?ar la teor¨ªa de 'lo real maravilloso', Carpentier estableci¨® que para entender Am¨¦rica y contarla en la ficci¨®n no bastaban las claves euroc¨¦ntricas". Una convicci¨®n que lo llev¨®, incluso, en su novela Concierto barroco, a realizar una suerte de Cr¨®nica de Indias al rev¨¦s, que, partiendo desde Am¨¦rica, propone el descubrimiento de Europa.
Hijo de padre franc¨¦s y de madre rusa, Carpentier naci¨® cosmopolita. Su padre, arquitecto, hab¨ªa llegado a Cuba en 1902 e intent¨® encaminarlo en la misma carrera. No hubo suerte. A los 17 a?os, el joven abandon¨® los planos y los tableros para dedicarse a la m¨²sica (una pasi¨®n que lo llev¨® a desear escribir novelas como sinfon¨ªas), el periodismo y la escritura. La militancia de izquierda le cost¨® un tiempo en la c¨¢rcel y, luego, el exilio. En 1928 lleg¨® a Espa?a y de aqu¨ª pas¨® a Francia, donde se relacion¨® con los surrealistas. Vivi¨® 11 a?os en Par¨ªs, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Regres¨® a Cuba en 1939, pero la dictadura de Batista lo oblig¨® a un nuevo exilio, esta vez en Venezuela.
Di¨¢logo de dos grandes
El descubrimiento de Carpentier por parte de los lectores j¨®venes "es el gran objetivo", seg¨²n Acosta Matos, quien cree que "la intensidad" de su obra facilitar¨¢ ese encuentro. "El Carpentier de esos lectores seguramente ser¨¢ distinto del nuestro", se?al¨®. Por de pronto, Alianza Editorial ha anunciado que ampliar¨¢ la Biblioteca Carpentier, que edita desde 1998, publicando este a?o dos nuevos t¨ªtulos, a¨²n por definir.
?C¨®mo dialogan las obras de Carpentier con las de ese otro gran escritor cubano, Jos¨¦ Lezama Lima? "Lezama aliment¨® en vida su propio mito, el del peregrino sedentario que viaj¨® desde su sill¨®n", apunt¨® Acosta Matos. "Carpentier fue todo lo contrario, un hombre comprometido, viajero. La modernidad de su prosa, su visi¨®n revolucionaria del mundo y la coherencia de su vida hacen de ¨¦l un autor vivo, con plena vigencia".
Carpentier vivi¨® en Venezuela hasta 1959. Esos a?os produjeron su mejor literatura: la novela El reino de este mundo (1949), inspirada en la realidad y las leyendas populares de Hait¨ª bajo la sombra del dictador Henri Christophe; Los pasos perdidos (1953), que relata la peregrinaci¨®n de un m¨²sico en la selva americana en busca de una m¨²sica esencial; los relatos de Guerra del tiempo (1958), y El acoso (1959), novela breve inspirada en la estructura narrativa de la Sinfon¨ªa heroica, de Beethoven.
Alejo Carpentier regres¨® a Cuba tras el triunfo de la revoluci¨®n castrista, a cuyo servicio se puso inmediatamente, primero como director de la Editorial Nacional, y desde 1970 como agregado cultural de la Embajada cubana en Par¨ªs, donde muri¨® en 1980.
Ese compromiso pol¨ªtico menoscab¨® para algunos su literatura. "Sus peores novelas, salvo la peque?a obra maestra que es Concierto barroco, son las que escribi¨® bajo el predominio castrista", afirmaba ayer, tajante, el escritor Guillermo Cabrera Infante desde su casa de Londres. "Fuera de Cuba, donde su obra sigue siendo ¨²til al r¨¦gimen, Carpentier ha perdido nombre a medida que Lezama crec¨ªa", se?al¨®.
"Los adjetivos son las arrugas del estilo"
Siempre sugerente, Carpentier habl¨® sobre lo divino y humano. Aqu¨ª se recogen algunas opiniones -de art¨ªculos, discursos y conferencias- sobre novela y estilo:
- ? "El novelista es un aventurero, un explorador de la realidad".
? "Con la picaresca espa?ola -y esto jam¨¢s se repetir¨¢ bastante, y m¨¢s si pensamos qu¨¦ poco se tiene esto en cuenta fuera de Espa?a- nace realmente la novela como hoy la entendemos. Novela que es invenci¨®n totalmente espa?ola, sin antecedentes extranjeros, y que por su novedad, por su poder de calar a lo hondo de lo circundante y cotidiano, ser¨¢ pronto traducida a varios idiomas, hallando un sinn¨²mero de imitadores en Francia y en Inglaterra".
? "Hay dos mecanismos que mueven el mundo: el sexo y la plusval¨ªa".
? "Toda novela lograda es, por fuerza, una novela 'inteligente' -por sus enfoques, por sus ideas, por sus ejemplos, por su estilo literario, por su poder de captaci¨®n-. Y quien dice 'novela inteligente' dice forzosamente 'novela intelectual' -tr¨¢tese de la Odisea, compendio de los conocimientos y mitos de los pueblos mar¨ªtimos de la H¨¦lade, o del Ulises, de Joyce, s¨ªntesis de la aventura humana en esta tierra-".
? "Me apart¨¦ del surrealismo porque me pareci¨® que no iba a aportar nada a ¨¦l. Pero el surrealismo signific¨® mucho para m¨ª. Me ense?¨® a ver texturas, aspectos de la vida americana que no hab¨ªa advertido...".
? "No hay ni habr¨¢ crisis de la novela mientras la novela sea novela abierta, novela de muchos, novela de buenas y fuertes variaciones -valga el t¨¦rmino musical- sobre los grandes temas de la ¨¦poca, como lo fue en su tiempo la ejemplar novela, a la vez local y universal, de Cervantes".
? "La palabra impresa embalsama la verdad para la posteridad."
? "Los adjetivos son las arrugas del estilo. Cuando se inscriben en la poes¨ªa, en la prosa, de modo natural, sin acudir al llamado de una costumbre, regresan a su universal dep¨®sito sin haber dejado mayores huellas en una p¨¢gina. Pero cuando se les hace volver a menudo, cuando se les confiere una importancia particular, cuando se les otorga dignidades y categor¨ªas, se hacen arrugas, arrugas que se ahondan cada vez m¨¢s, hasta hacerse surcos anunciadores de decrepitud, para el estilo que los carga".
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