El trabajo y sus v¨ªctimas
El trabajo puede proporcionarnos metas, dar sentido a nuestra vida, organizar y estructurar nuestra jornada; puede servir para lograr un reconocimiento social, una identidad, una mayor estima de nosotros mismos, adem¨¢s de la recompensa material. Todo esto lo conseguimos cuando el trabajo que desempe?amos es saludable, cuando gozamos de un margen de autonom¨ªa seg¨²n nuestras responsabilidades, cuando el trabajador se siente satisfecho del trabajo bien hecho y recibe como contraprestaci¨®n una retribuci¨®n justa.
Sin embargo, esto no es la realidad cotidiana. Seg¨²n la Tercera Encuesta Europea sobre las Condiciones de Trabajo, m¨¢s de la mitad (56%) de los trabajadores de la Uni¨®n Europea refieren soportar "ritmos infernales", m¨¢s de un tercio no tienen ninguna posibilidad de organizar su trabajo, el 40% realiza tareas mon¨®tonas, el 33% se queja de dolor de espalda, el 28% de estr¨¦s y el 9% (13 millones) se encuentra sometido a conductas de acoso moral o intimidaci¨®n.
Los nuevos objetivos en t¨¦rminos de rentabilidad y cifra de negocios entran en contradicci¨®n con la meta de calidad total
Se considera que dos de cada diez suicidios est¨¢n claramente relacionados con el trabajo
Cada vez se detecta mayor sufrimiento relacionado con el trabajo. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), en su informe sobre la salud mental, las alteraciones debidas al estr¨¦s son la principal causa de muertes prematuras en Europa. Un estr¨¦s prolongado en el trabajo puede ocasionar trastornos depresivos, que en la actualidad ocupan el cuarto lugar como causa de enfermedad en el mundo y para el 2020 podr¨ªan ser la segunda, detr¨¢s de la patolog¨ªa coronaria. Las nuevas formas de trabajo, lo que llaman algunos la tercera revoluci¨®n industrial, est¨¢n provocando el fin del trabajo estable, el libre despido, la precariedad. El empresario ya no est¨¢ orgulloso de mantener a sus trabajadores -"el capital humano"- hasta su jubilaci¨®n; ahora lo que impera es la rentabilidad con sus estrategias de disminuci¨®n de efectivos, de tiempos muertos y de stock. Esto quiere decir, en el campo de la medicina, por ejemplo, menos tiempo de hospitalizaci¨®n del enfermo aunque ¨¦ste salga sin curar, pues si vuelve a ingresar se le puede considerar "otro proceso" y estad¨ªsticamente es m¨¢s "eficiente" para los gestores.
Los nuevos objetivos formulados en t¨¦rminos de rentabilidad, de cifras de negocios, entran en contradicci¨®n con los objetivos de calidad total, de cero fallos, de satisfacci¨®n del cliente o de seguridad. Esto crea una esquizofrenia, un sinsentido que conduce a situaciones absurdas y psicol¨®gicamente devastadoras, siendo las v¨ªctimas aquellas que se toman en serio las contradicciones e hipocres¨ªas del trabajo.
Dos suicidios de cada diez se consideran que est¨¢n claramente relacionados con el trabajo; en su mayor parte, por depresi¨®n o p¨¦rdida de autoestima y algunas veces por el sufrimiento ¨¦tico que supone colaborar o consentir actos que se reprueban, como pudo ser la causa del suicidio del doctor David Kelly en Inglaterra o la de la joven m¨¦dico residente que se lanz¨® al vac¨ªo desde la novena planta del hospital donde trabajaba por "la angustia, ansiedad y temor para enfrentarse con el trabajo" cuando los directivos decidieron cambiarle de puesto.
Indigna que Espa?a sea uno de los pa¨ªses de la UE con mayor siniestralidad laboral, pero impresiona la crueldad que puede darse en el mundo del trabajo. Ejemplo de ello es el caso de una empresa p¨²blica que se est¨¢ fusionando. El jefe de uno de los departamentos pregunt¨® a los reci¨¦n llegados de la otra empresa c¨²al era el trabajo que m¨¢s les gustaba y c¨²al el que menos. Naturalmente les asign¨® el trabajo que detestaban. Posiblemente, as¨ª ese jefe reafirma su autoridad y destroza la carrera profesional de los advenedizos que le pod¨ªan hacer sombra.
La organizaci¨®n del trabajo est¨¢ pasando a ser uno de los mayores pat¨®genos de la salud. Para evitar esto, la Comisi¨®n Europea public¨® en el a?o 2000 un manual de orientaci¨®n, donde se propon¨ªan cambios organizativos muy simples. Por ejemplo:
- Conceder suficiente tiempo al trabajador para que pueda realizar su trabajo satisfactoriamente.
- Darle al trabajador una descripci¨®n precisa del puesto.
- Recompensarle por el trabajo bien hecho.
- Prever un sistema que permita al trabajador expresar su malestar y tenerlo en cuenta
- Armonizar la responsabilidad y la autoridad del trabajador.
- Explicar claramente los objetivos y valores de la empresa y procurar, dentro de lo posible, adaptarlos a los objetivos y valores del trabajador.
- Intentar que el trabajador est¨¦ orgulloso de su trabajo.
- Favorecer la tolerancia, la seguridad y la justicia en el lugar de trabajo.
En pa¨ªses m¨¢s avanzados que el nuestro, m¨¢s de un tercio de las incapacidades laborales est¨¢n causadas por factores psicosociales y el malestar en el trabajo, por lo que ya han comenzado a reaccionar creando leyes antiviolencia y acoso, as¨ª como c¨®digos de conducta que tanto trabajadores como empresarios se comprometen a cumplir, si de verdad quieren calidad y excelencia en el trabajo.
Mar¨ªa Reyes N¨²?ez es especialista en Medicina del Trabajo y diplomada en Victimolog¨ªa por la Universidad de Par¨ªs.
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