Osasuna pierde la alegr¨ªa y reduce sus bazas europeas

El coraz¨®n de Osasuna se ha parado. Definitivamente. Aunque las opciones de alcanzar una plaza UEFA siguen ah¨ª, lejanas pero matem¨¢ticamente posibles, lo que se ha roto en el club navarro es toda una forma de disfrutar el f¨²tbol, una est¨¦tica y un pensamiento, la alegr¨ªa primigenia de entender este deporte. Ayer le toc¨® al Racing pescar en las aguas de El Sadar; aguas que deber¨ªan ser declaradas de utilidad p¨²blica, debido al incre¨ªble resultado que dan a la hora de recuperar a enfermos terminales. Con un planteamiento inhabitual en los de Alcaraz, los c¨¢ntabros salieron al terreno de juego rehuyendo el bal¨®n, enroc¨¢ndose en su l¨ªnea defensiva y tratando de desvirtuar su sempiterna vocaci¨®n de ataque.

Osasuna se vio con la posesi¨®n del esf¨¦rico durante la primera mitad, pero sin pegada, plano y carente de iniciativa, elimin¨® todas las variantes ofensivas de su juego y reclam¨® su derecho a perpetuar el pelotazo como se?a de identidad. En la delantera, Morales luchaba contra todo, incluidas las pedradas de sus compa?eros, pero sin resultados. Ya en la segunda parte, un claro penalti al gigante uruguayo, transformado por Pu?al, multiplicaba las ilusiones navarras de permanecer en lo alto de la tabla otra jornada m¨¢s. Pero el Racing comenzaba a carburar y a ejercer su papel de equipo de f¨²tbol. Con el desperezo, las oportunidades no se multiplicaron para los santanderinos, pero se pudo comprobar que todav¨ªa quedaba p¨®lvora en el equipo. Ni Javi Guerrero, ni Benayoun, ni Regueiro, hicieron gala de su capacidad goleadora, por lo que otra vez de libre directo, ?lvarez dibuj¨® un precioso gol por toda la escuadra.

Como en Hamlet, algo ol¨ªa a podrido en El Sadar. Con el tiempo casi cumplido, el t¨¦cnico Lucas Alcaraz, conforme con el empate, sac¨® al campo a Afek para perder tiempo. Sin embargo, en su primer toque de bal¨®n, el israel¨ª empalm¨® un buen remate de cabeza a la salida de un c¨®rner para fundir las calculadoras de los aficionados navarros, que se contentaban con seguir vivos en la competici¨®n. Vivos, aunque moribundos.