Banco de pruebas

Todos los grupos parlamentarios, con la excepci¨®n razonada de CiU y Coalici¨®n Canaria, est¨¢n ahora de acuerdo: debe constituirse una comisi¨®n parlamentaria que investigue en torno a los atentados del 11 de marzo. CiU teme, con no poco fundamento, que sirva para "recuperar la bronca pol¨ªtica", pero participar¨¢ en la comisi¨®n. El cometido de la comisi¨®n es dif¨ªcil, pero los ciudadanos, sobre todo los familiares de las v¨ªctimas y los supervivientes de los cuatro trenes de la muerte, tienen derecho a conocer si hubo fallos en la seguridad y qu¨¦ se va a hacer para corregirlos. Los jueces dilucidar¨¢n en su d¨ªa las responsabilidades penales de quienes los cometieron; los ciudadanos solventaron las responsabilidades pol¨ªticas en las urnas. Pero no se agota ah¨ª la perentoria necesidad de saber que todos tenemos sobre estos acontecimientos, sobre todo a la luz de las conspiraciones que algunos est¨¢n inventando a toda m¨¢quina.

No ha sido f¨¢cil llegar a este acuerdo ni lo ser¨¢ constituir la comisi¨®n y obtener unas reglas de juego que contribuyan a esclarecer los hechos. El PP ha sido el ¨²ltimo partido en incorporarse al consenso sobre su necesidad, y no deja de ser l¨®gico, por cuanto es el que puede salir m¨¢s perjudicado. De hecho, se ha apuntado a la comisi¨®n en cuanto ha visto la posibilidad de agarrarse al clavo ardiendo de una rocambolesca trama de confidentes que le permite extender las sospechas que ahora recaen sobre el Gobierno de Aznar a una supuesta e inveros¨ªmil conspiraci¨®n de la oposici¨®n socialista para ganar las elecciones. Pretend¨ªa en un primer momento que la comisi¨®n investigara s¨®lo lo que ocurri¨® entre el 11-M y las elecciones del 14-M, excluyendo lo que el actual ministro del Interior y el propio Aznar han reconocido como "la imprevisi¨®n" anterior a los atentados, cuando el Gobierno pensaba s¨®lo en ETA y apenas prestaba atenci¨®n al terrorismo de origen islamista.

Rajoy ha anunciado con ¨¦nfasis que no debe haber veto a comparecencia alguna ante la comisi¨®n, como si alguien m¨¢s pudiera temer la citaci¨®n, aparte de los responsables de la seguridad antes del 11-M y de la p¨¦sima comunicaci¨®n p¨²blica entre el 11-M y el 14-M. Est¨¢ muy bien esta condici¨®n: deben comparecer, entre otros, Aznar, Acebes y Zaplana, y el objeto sobre el que debe investigar la comisi¨®n debe ser todo lo que concierne a estos atentados, antes y despu¨¦s.

La comisi¨®n, excluidas las responsabilidades pol¨ªticas y penales, debe centrarse as¨ª en conocer con exactitud por qu¨¦ se produjeron los atentados y deber¨ªa llegar a conclusiones pr¨¢cticas sobre una de las peores consecuencias del terrorismo: su instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica por partidos y Gobiernos. Todo lo que sucedi¨® alrededor del 11-M es una lecci¨®n negativa sobre esta cuesti¨®n y muy f¨¢cilmente puede repetirse en la comisi¨®n parlamentaria. No estar¨ªa de m¨¢s que por una vez los partidos pusieran en pr¨¢ctica la unidad frente al terrorismo que tanto invocan despu¨¦s de cada atentado. La comisi¨®n ser¨¢ un buen banco de pruebas. Y el primer acuerdo que deber¨ªan alcanzar es posponer las comparecencias hasta despu¨¦s de las elecciones europeas, para evitar la instrumentalizaci¨®n electoral del atentado m¨¢s tr¨¢gico de nuestra historia.