Adi¨®s al gris en Santa Caterina

Los barceloneses dieron ayer la bienvenida a un nuevo icono de la ciudad. La jornada de puertas abiertas para visitar el recinto en obras del mercado de Santa Caterina se convirti¨® en un ¨¦xito de p¨²blico. Las visitas guiadas, programadas inicialmente para grupos reducidos de 10 personas, tuvieron que anularse por la elevada afluencia. La protagonista del d¨ªa fue la cubierta externa de mosaico a todo color, que dej¨® a m¨¢s de uno boquiabierto: "?Qu¨¦ boniiiiiiiito!", se o¨ªa. El buen tiempo ayud¨® a que esta estampa colorista luciera vistosamente. Aunque faltan meses para que se concluyan las obras, la ondulante composici¨®n de cer¨¢mica daba al edificio aires de postal. Los miradores para ver el mural, que reproduce el colorido de las frutas y verduras del mercado, se ubicaron en la planta superior de un bloque de viviendas cercano todav¨ªa en fase de construcci¨®n. "A la zona le hac¨ªa falta algo como esto, porque todo es muy gris por aqu¨ª", dijo una se?ora ante la panor¨¢mica que ten¨ªa delante.

Tampoco escasearon los elogios al entramado de madera que reviste el interior de la cubierta y que aporta a la estructura un acertado matiz de artesan¨ªa. Muchos de los que se acercaron al recinto eran vecinos del barrio de Santa Caterina. Algunos casi se frotaban los ojos al comparar lo que ve¨ªan con las im¨¢genes de su memoria. "Me gusta que haya tanta luz. Antes era muy oscuro y parec¨ªa muy pobre", explicaba una vecina. A los habitantes de la barriada se les unieron ciudadanos de todos los distritos de Barcelona, paseantes que aprovecharon el buen tiempo para dar una ojeada. Una de las trabajadoras encargadas de atenderles no ocult¨® su asombro: "No esper¨¢bamos que viniera tanta gente. La afluencia ha sido continua, incluso en la hora de la comida".

La mayor¨ªa coincid¨ªa en la idoneidad de rehabilitar el edificio, pero tambi¨¦n se oyeron algunas voces cr¨ªticas sobre el coste total del proyecto: "Esto es una ostentaci¨®n muy grande. Al final, somos nosotros los que pagamos la factura", se quej¨® un ciudadano. Sin embargo, fueron opiniones minoritarias, porque los visitantes valoraban sobre todo la recuperaci¨®n de un espacio que recordaban con cari?o y cuya historia muchos conoc¨ªan al dedillo. "El de Santa Caterina era el mercado m¨¢s importante de la ciudad despu¨¦s del de la Boqueria. Ten¨ªa fama de vender los productos a buenos precios y estaba muy bien abastecido, quiz¨¢ por la proximidad con el Born. Hasta aqu¨ª bajaba gente de Sant Gervasi y Sarri¨¤ a comprar pescado porque se dec¨ªa que era muy fresco", recordaba una cliente fiel del mercado original.

Aunque hubo que cancelar las visitas guiadas, a los cicerones no les falt¨® trabajo. En realidad, se convirtieron en puntos de informaci¨®n ambulante para satisfacer la curiosidad de los visitantes. Algunos se interesaban por los restos arqueol¨®gicos del viejo convento dominico de Santa Caterina y de parte de un cementerio paleocristiano hallados en el subsuelo. Otros preguntaron por la ubicaci¨®n del futuro bar del recinto.

La cita de ayer se convirti¨® as¨ª en un prometedor anticipo de lo que puede ser la inauguraci¨®n del mercado de Santa Caterina, prevista para el 25 de noviembre, cuando se volver¨¢n a o¨ªr los vehementes reclamos de los vendedores de los puestos de mercanc¨ªas.