Elogio de la tele
SE?ORAS Y SE?ORES ACAD?MICOS: Vaya por delante que a m¨ª la televisi¨®n me da de comer (y de beber, que tambi¨¦n es importante, aunque no siempre se subraya, por pudor). A riesgo, pues, de resultar sospechoso de defender m¨¢s mi hacienda que mis principios, permitan que argumente a favor de electrodom¨¦stico tan denostado: el televisor. Seguro que tienen alguno cerca. Tal vez el suyo. Obs¨¦rvenlo apagado, y d¨®cil a fuerza de insultos (tales como "qu¨¦ mierda tele", "jod¨ªa tele", y otros m¨¢s graves que no se reproducen por publicarse esta columna en horario infantil).
?Acaso insultamos a la batidora tras beber un batido de ajos? ?Qui¨¦n ech¨® los ajos en el vaso? ?Qui¨¦n bati¨®? Y, sobre todo, se?oras y se?ores, ?qui¨¦n bebi¨®? ?No! No quiero aplausos hip¨®critas. Por su aliento conozco que consumen ustedes batido de ajo, y no en dosis peque?as.
Los pol¨ªticos ven en la tele un monstruo al que hay que dominar, un artefacto que obliga a hablar en frases de 20 segundos
Se inicia otra reforma educativa, como sucede en Espa?a m¨¢s o menos cada media hora, y a nadie le resulta raro que la televisi¨®n se quede a las puertas de la escuela. Preciso: en algunas guarder¨ªas modernas, a los beb¨¦s se les enchufa a veces los teletubbies. (No es menos cierto que, cuando esto lo conocen los padres, se forman a la puerta de la guarder¨ªa coloquios desconfiados, con frases como "menuda jeta", "qu¨¦ pasote, machote", y similares).
Los pol¨ªticos ven en la tele un monstruo al que hay que dominar para evitar ser dominado, un artefacto que obliga a hablar en frases de veinte segundos. ?Con la de cosas interesantes que tienen por decir! Es bastante l¨®gico que tengan la televisi¨®n como algo extra?o quienes se han educado y crecido entre libros, aquellos que asocian cultura a letra impresa, pero ?cu¨¢ndo aceptaremos que Billy Wilder, Cary Grant, Luis Garc¨ªa Berlanga y Chicho Ib¨¢?ez Serrador son tambi¨¦n nuestra cultura? ?Y a¨²n dir¨¦ m¨¢s!: ?Cu¨¢ndo aprender¨¢n nuestros estudiantes que "gran general" no designa s¨®lo a un militar gigante o destacado, sino tambi¨¦n un plano que encuadra el paisaje? ?Cu¨¢ndo que "pp", adem¨¢s de partido de Ansar, significa "primer plano"? ??No caemos en la cuenta de que debemos ense?ar a los ni?os a manejarse con la tele para evitar precisamente que la tele les maneje, cachis la mar salada, que me van a hacer llorar pensando en ni?os condenados para siempre al batido de ajos?!
Explica Manuel Castells (La era de la informaci¨®n. Alianza editorial) que, tras milenios de dominaci¨®n de la cultura escrita, en el siglo XX empez¨® la revancha de la cultura audiovisual, y nos escandalizamos creyendo que muere la palabra. El colmo est¨¢ en los mensajes sms: ?se cargan el alfabeto! Para evitarlo, se programan de urgencia m¨¢s clases de gram¨¢tica y ortograf¨ªa, con el fin de construir una empalizada que proteja la escuela de lo audiovisual. ?No creen que antes quedar¨¢ aislada la escuela que la tele?
Concluyo ya, se?oras y se?ores acad¨¦micos, con una sugerencia: ¨²nanse a ella; no van a derrotarla. Piensen que, al fin, en la tele tambi¨¦n se usa la palabra, bien que de forma no siempre preeminente. Todos los imperios llegan a su fin, y deben enfrentarse a la disyuntiva: adaptarse o ser arrasados. Muchas gracias, y disculpen el co?azo. En la tele hubiera quedado m¨¢s ligero.
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