Pacto, desacuerdo, pacto
La pol¨ªtica democr¨¢tica es acuerdo y discrepancia: ambas cosas. Ayer, el partido del Gobierno y el primero de la oposici¨®n reafirmaron la vigencia del Pacto Antiterrorista, se enfrentaron en un debate en el Senado, en el que el Gobierno qued¨® en minor¨ªa, e intercambiaron argumentos en la primera sesi¨®n de control al Gobierno de Zapatero. La jornada dej¨® claro que los socialistas tendr¨¢n que desplegar toda su capacidad de di¨¢logo y acuerdo no s¨®lo con sus aliados preferentes, sino tambi¨¦n con el PP.
Si ambos partidos, que representan al 80% del electorado, est¨¢n de acuerdo en mantener el Pacto Antiterrorista hasta la desaparici¨®n de ETA, seg¨²n el compromiso expreso de Zapatero, no tiene sentido someterlo a las tensiones que lo han sacudido a cuenta de declaraciones inoportunas de unos u otros. El Pacto no se reun¨ªa desde hac¨ªa m¨¢s de un a?o, pese a que el PSOE, entonces en la oposici¨®n, lo solicit¨® varias veces. Por ejemplo, con ocasi¨®n del esc¨¢ndalo suscitado por la entrevista del l¨ªder de ERC, Carod Rovira, con ETA: el PP acus¨® al PSOE de haber roto el Pacto por mantener la alianza con Esquerra en Catalu?a; pero se neg¨® a convocarlo para aclarar la cuesti¨®n, lo que produjo la impresi¨®n de que el partido entonces en el Gobierno utilizaba el acuerdo m¨¢s como pretexto para denunciar supuestas inconsecuencias de los socialistas que para fortalecer la unidad antiterrorista.
La situaci¨®n ha cambiado. La bronca entre el ministro del Interior y su antecesor (a cuenta de la "imprevisi¨®n pol¨ªtica" en relaci¨®n a los atentados del 11-M) proporcionaba un excelente pretexto para prolongar indefinidamente el intercambio de acusaciones y amenazas de ruptura; pero ello habr¨ªa sido absurdo una vez que ambas partes hab¨ªan estado de acuerdo en que nada favorece tanto a los fines de los terroristas como los intentos de desviar la responsabilidad de ¨¦stos contra el Gobierno en plaza. Algo de lo que hay alg¨²n antecedente: en 1996, Aznar responsabiliz¨® a la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno de Gonz¨¢lez de no haber impedido el atentado contra Francisco Tom¨¢s y Valiente.
Rajoy -que no es Aznar- se ha dado por satisfecho con las explicaciones del ministro Alonso y ha renunciado a prolongar la gresca. El Pacto se reunir¨¢ como m¨ªnimo cada seis meses y cada vez que lo solicite una de las partes. Y ser¨¢ en su seno donde se estudie con calma c¨®mo articular ese acuerdo con el deseable de todos los grupos democr¨¢ticos en relaci¨®n al terrorismo islamista. Pero este acuerdo no tiene por qu¨¦ plasmarse en otro pacto formal extraparlamentario como el firmado en relaci¨®n a ETA. De momento, Zapatero anunci¨® ayer, en la sesi¨®n de control, la convocatoria inmediata de la Comisi¨®n de Secretos Oficiales para informar a todos los grupos democr¨¢ticos sobre el asunto.
M¨¢s all¨¢ de sus aspectos anecd¨®ticos, la derrota del PSOE en el Senado (donde se votaba una moci¨®n del PP instando al Gobierno a frenar la paralizaci¨®n de la Ley de Calidad de la Ense?anza) vino a recordar que, para abordar aspectos esenciales de su programa, Zapatero tiene que contar con el PP; por razones aritm¨¦ticas (las reformas constitucionales requieren el apoyo como m¨ªnimo de tres quintos de los parlamentarios de ambas C¨¢maras) y tambi¨¦n pol¨ªticas: reformas como las de los Estatutos de Autonom¨ªa o el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica y de leyes como la de Educaci¨®n o la del Plan Hidrol¨®gico, entre otras, requieren un consenso que evite lo que ahora est¨¢ pasando, la paralizaci¨®n por cambio de mayor¨ªa.
En la sesi¨®n de Control se escenific¨® la tambi¨¦n necesaria discrepancia, aunque sin la crispaci¨®n de la anterior legislatura. Hasta hubo una pregunta socialista pensada para que el Gobierno elogiase a Rodrigo Rato con motivo de su nombramiento para el FMI.
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