Mat¨ªas Tejela, por la puerta grande
Mat¨ªas Tejela cort¨® las dos orejas al sexto de la tarde y se lo llevaron a hombros entre el delirio de la concurrencia. La verdad es que el chaval se la jug¨® sin cuento ante el manso, muy encastado y noble toro que llevaba un cortijo en sus pitones. Era un toro de triunfo o de olvido, y Tejela prefiri¨® lo primero. No fue la suya, sin embargo, una faena maciza, conjuntada y sublime; por el contrario, pec¨® de precipitaci¨®n, sufri¨® un desarme y alg¨²n que otro enganch¨®n, pero el torero asent¨® las zapatillas y tore¨® con enorme templanza. Sedujo, primero, por el lado derecho, pero lo mejor, sin duda, lo hizo con la zurda; dibuj¨® naturales largos, algunos aislados, pero todos profundos y muy bellos que llevaron la emoci¨®n a los tendidos. Al final, unos ayudados por bajo muy toreros y una buena estocada de efectos fulminantes le empujaron por la calle de Alcal¨¢. Borr¨® as¨ª la p¨¦sima impresi¨®n que hab¨ªa dejado en el noble tercero, muy por encima del torero, y ante el que se comport¨® como una muy preocupante sombra de s¨ª mismo.
El Ventorrillo / Diego, El Fandi, Tejela
Toros de El Ventorrillo, bien presentados, blandos, mansurrones, encastados y de largo recorrido en el tercio final; muy noble el 3? y muy encastado el 6?. Juan Diego: pinchazo hondo y un descabello (silencio); tres pinchazos, cuatro descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio). El Fandi: estocada baja (silencio); estocada ca¨ªda (oreja con protestas). Mat¨ªas Tejela: estocada ca¨ªda (bronca); estocada (dos orejas). Sali¨® a hombros por la puerta grande. Plaza de Las Ventas, 19 de mayo. 9? corrida de Feria. Lleno.
De todos modos, la gran triunfadora de la tarde fue la corrida de El Ventorrillo. No es que fuera un corrid¨®n, pero hubo toros y no suced¨¢neos, lo que no es poco para los tiempos que corren. Toros bien hechos, sin ser aparatosos, que cumplieron en varas desigualmente, se vinieron arriba en banderillas casi todos y se dejaron torear en la muleta con embestidas largas y crecientes.
Pudo ser una tarde aut¨¦nticamente triunfal. Una tarde para la reconciliaci¨®n con la fiesta si hubiera habido toreros. Nada m¨¢s y nada menos. Con la excepci¨®n rese?ada de Tejela, hubo se?ores vestidos de luces que dieron miles de pasos, mejor llamados trapazos, pero toreros, lo que se dice se?ores expertos en el arte de parar, templar y mandar, esos brillaron por su ausencia.
Entre Juan Diego, El Fandi y Tejela en su primer toro dar¨ªan no menos de mil pases, sin ¨¢nimo alguno de exageraci¨®n. Y esos s¨®lo con la muleta, y en el recuerdo s¨®lo quedan un par de pases de pecho del m¨¢s joven de la terna. Unos quinientos con el capote y s¨®lo sobresalieron dos ver¨®nicas de Juan Diego y tres, magn¨ªficas, del m¨¢s joven.
Las faenas de muleta fueron largu¨ªsimas, aburrid¨ªsimas e insufribles. Parece mentira que diestros tan maduros sean capaces de tales desafueros.
Juan Diego tiene buena planta y fama de torero artista, pero ayer se mostr¨® como un son¨¢mbulo, sin ideas y sin ilusi¨®n. Se cans¨® de dar pases en sus dos toros, pero no tore¨®. Siempre mal colocado, de perfil, con la muleta retrasada y abusando del pico no es posible la emoci¨®n.
La emoci¨®n en forma de pol¨¦mica lleg¨® con El Fandi, al que se le concedi¨® una oreja en el quinto que fue ruidosamente protestada. Ni la petici¨®n fue mayoritaria ni el torero hizo m¨¦ritos para tal premio. Demostr¨®, eso s¨ª, que cuenta con un poder¨ªo f¨ªsico ¨²nico, y as¨ª se vio en los tercios de banderillas. En el tercero del segundo toro result¨® volteado espectacularmente, aunque sin consecuencias. El momento fue emocionante por la intensa carrera del torero y la aparatosidad de la cogida; despu¨¦s, su toreo careci¨® de hondura. Peor, sin embargo, fue su labor en el segundo, un toro de largo recorrido y casta con el que el torero construy¨® todo un monumento a la vulgaridad. Como un pegapases cualquiera, sin temple ni orden, dej¨® escapar una oportunidad de oro.
Babelia
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