'El mundo seg¨²n Bush', un filme sobre las mentiras del presidente de EE UU
La pel¨ªcula investiga las simpat¨ªas hitlerianas del abuelo de George W. BushKarel dice que la invasi¨®n de Irak estaba programada antes del 11-S
William Karel, suizo y autor de filmes pol¨ªticos, se ha asociado con el periodista Eric Laurent para poner en pie El mundo seg¨²n Bush. En 90 minutos, por la pantalla desfilan antiguos agentes de la CIA, el autor de los discursos de Bush, periodistas, historiadores, consejeros del actual presidente de EE UU o de Reagan, senadores, empresarios y funcionarios dedicados a redactar leyes. Todos hablan de un mismo personaje -Georges W. Bush-, y lo hacen para documentar, b¨¢sicamente, dos cuestiones: que en Irak no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva y que el presidente y sus consejeros lo sab¨ªan, y que entre los atentados del 11 de septiembre y Sadam Husein no hay relaci¨®n alguna en contra de lo que en su d¨ªa sostuvieron el propio Bush, el vicepresidente Cheney, el consejero Wolfowitz o el ultraderechista ministro de Justicia, John Ashcroft.
"De mi libro La guerra de los Bush existen ediciones en 21 idiomas, pero no he conseguido que la edici¨®n inglesa fuera distribuida en Estados Unidos", explica Laurent, cuya investigaci¨®n de base sirvi¨® a Karel. "A la pel¨ªcula le sucede otro tanto: la estrenaremos en salas o a trav¨¦s de la televisi¨®n en todos los pa¨ªses, excepto en EE UU", dice el director. "All¨ª quiz¨¢s pueda verse a trav¨¦s de un canal de la red de cable, el Sundance, propiedad de Robert Redford. La televisi¨®n p¨²blica se ha interesado por la pel¨ªcula, pero han reconocido que si la programaban corr¨ªan el riesgo de que les recortaran a¨²n m¨¢s el presupuesto".
En el para¨ªso liberal de Bush, el 95% de las radios obedece a un mismo poder, casi todos los peri¨®dicos o semanarios influyentes responden a la ideolog¨ªa de los neoconservadores y la televisi¨®n s¨®lo admite en su programaci¨®n "a gente dispuesta a simplificar su argumentaci¨®n hasta poderla expresar en 25 segundos como m¨¢ximo", constata Karel. El mundo seg¨²n Bush revela al gran p¨²blico la coincidencia de intereses entre las familias Saud [familia real saud¨ª], la de Bin Laden y la de Bush. Las tres se reunieron en el hotel Ritz Carlton en consejo de administraci¨®n de Carlyle, sociedad presidida por Frank Carlucci -subdirector de la CIA con Reagan- y que proporciona tanques o misiles al Ej¨¦rcito estadounidense. La reuni¨®n se produce el 11 de septiembre de 2001. "El d¨ªa 12, el ¨²nico avi¨®n que pudo cruzar el cielo de los EE UU era el que se llevaba a los Laden hacia Arabia Saud¨ª", admite Carlucci en el filme.
Karel y Laurent han investigado tambi¨¦n sobre las simpat¨ªas hitlerianas del abuelo Bush, Prescott. "Ning¨²n nieto es responsable de las acciones de su abuelo, pero sorprende ver la continuidad entre tres generaciones, siempre preocupadas por el poder", dice el cineasta. Para Laurent, "los atentados del 11 de septiembre dotaron de una misi¨®n a Bush, un presidente elegido con menos votos que su rival y que hasta que los aviones derribaron las Torres Gemelas parec¨ªa carecer de proyecto". La guerra contra el terrorismo se convertir¨¢ en su programa. "Pero, tal y como queda claro en el filme, la invasi¨®n de Irak estaba programada antes del 11 de septiembre. Los atentados ofrecieron la coartada al clan neoconservador de Bush, que aborda la realidad de manera totalmente ideol¨®gica", dice el periodista, para quien EE UU "ha cambiado mucho en los ¨²ltimos 30 a?os. El pa¨ªs liberal y contracultural de los sesenta ya no existe. Los neoconservadores han ganado la guerra ideol¨®gica y no es improbable que, mintiendo m¨¢s y por cuestiones mucho m¨¢s graves que las de Nixon, Bush pueda ser reelegido".
La cinta pone de relieve el peso de la religi¨®n, algo que no puede sorprender a quienes recuerden que cuando fue entrevistado por un telepredicador, George W. Bush confes¨® en su d¨ªa que "Jes¨²s es mi pensador preferido porque salv¨® mi coraz¨®n". S¨ª sorprende en cambio el que esos cat¨®licos integristas sean los m¨¢s activos defensores del primer ministro israel¨ª, Sharon, aunque quiz¨¢ convenga analizar su entusiasmo por el militarismo jud¨ªo desde la ¨®ptica de la declaraci¨®n del presidente Eisenhower, en enero de 1960, en la que advert¨ªa a los estadounidenses de que "no dejasen que el lobby militar-industrial dominase el pa¨ªs". Para Karel y Laurent, "hoy ese lobby gobierna en Washington tal y como prueba el que Bush padre se siente en el consejo de administraci¨®n de Carlyle, la esposa de Cheney en el de Lockheed Martin o que el propio Cheney no haya dejado de maniobrar en favor de Halliburton".
La ¨²nica nota de esperanza en El mundo seg¨²n Bush es el discurso del senador Robert Byrd contra la guerra en Irak. "Tiene 85 a?os, pero habla con una convicci¨®n y sinceridad que parece salido de un filme de John Ford". Y vemos y o¨ªmos a Byrd y coincidimos con Karel. Los ciudadanos estadounidenses s¨®lo han podido saber del discurso gracias a Internet, pues todos los canales de televisi¨®n lo censuraron.
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