'Conseller en cap' en la sombra

"Espero que Carod sepa encontrar su espacio pol¨ªtico, lo que no es muy f¨¢cil", explic¨® uno de los miembros del Gobierno catal¨¢n poco despu¨¦s de que el l¨ªder de Esquerra Republicana (ERC) dimitiera como conseller en cap. Una de las posibles tentaciones de Carod era la de continuar manejando desde fuera del Gobierno los hilos que le hab¨ªan correspondido en su etapa de conseller en cap. Y algo de esto ha habido en la pol¨¦mica por el informe ap¨®crifo sobre los medios de comunicaci¨®n.

La tardanza en atajar esta pol¨¦mica se ha debido en buena parte a que, para hacerlo, el nuevo conseller en cap, Josep Bargall¨®, deb¨ªa enfrentarse al secretario de Comunicaci¨®n del Gobierno, Miquel Sellar¨¨s, situado en este puesto por Carod.

La evoluci¨®n de los acontecimientos ha facilitado las cosas a todos, pero ha mostrado por d¨®nde pasa el hilo del poder. Un indeterminado "entorno" de Sellar¨¨s pidi¨® el pasado martes el relevo de Bargall¨® en el diario digital Tribuna Catalana, y al dar este paso impidi¨® que Carod siguiera defendiendo al secretario de Comunicaci¨®n, como hab¨ªa hecho hasta ese momento, frente al conseller en cap. Ante esta arremetida, Carod apoy¨® a Bargall¨® y Bargall¨® pudo entonces decidir la sustituci¨®n de Sellar¨¨s. De esta forma ha quedado claro que en el Gobierno hay un conseller en cap, Bargall¨®, y un conseller en cap en la sombra, Carod.

Se confirmaba as¨ª lo que se hab¨ªa visto en p¨²blico por primera vez el 31 de marzo, cuando Carod se hizo acompa?ar por los seis consejeros de ERC en el Gobierno catal¨¢n, incluido el conseller en cap, Bargall¨®, en una conferencia de prensa en el Parlament para evaluar sus primeros 100 d¨ªas del nuevo Consell Executiu de la Generalitat.

Pero la sustituci¨®n de Sellar¨¨s como secretario de Comunicaci¨®n de la Generalitat ser¨¢ el primer paso de Bargall¨® para crear su propio equipo. Hasta ahora ha actuado con el heredado de Carod, que entre otros incluye al hermano de este ¨²ltimo.

La situaci¨®n de Carod es parecida a la que durante m¨¢s de dos d¨¦cadas tuvo Xabier Arzalluz al frente del Partido Nacionalista Vasco (PNV): dirige un partido que est¨¢ en el Gobierno, pero ¨¦l no est¨¢ en el Gobierno. La diferencia radica en que Arzalluz prefer¨ªa esta situaci¨®n, mientras que Carod se encuentra en ella por circunstancias no queridas. Se parece tambi¨¦n a la de Josep Antoni Duran Lleida cuando era l¨ªder de Uni¨®: estaba en todos -o en muchos- los asuntos que decid¨ªa el Gobierno de Pujol, pero no estaba en el Gobierno.

La complejidad de las relaciones entre Bargall¨® y Carod ha venido a sumarse a una complicada situaci¨®n en la c¨²pula de Esquerra. El congreso del partido, convocado para julio, pondr¨¢ fin a una larga etapa en la que sobre el papel Carod era el primus inter pares de un equipo formado para salir de la crisis originada en 1996 por la escisi¨®n de ?ngel Colom y Pilar Rahola. Pero la realidad en los ¨²ltimos tiempos era ya otra. Carod, por una parte, y el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Puigcerc¨®s, por otra, han adquirido una clara preponderancia. El primero como l¨ªder medi¨¢tico, el segundo como organizador del partido, que vive una etapa de extraordinario crecimiento.

Todo apunta a que el congreso consagrar¨¢ esta nueva realidad situando a Carod como presidente del partido y a Puigcerc¨®s como secretario general, y que los republicanos pasar¨¢n de la direcci¨®n colegiada a la diarqu¨ªa. La viabilidad y estabilidad de la f¨®rmula est¨¢n por ver.

Como Carod, Puigcerc¨®s es un pol¨ªtico que no pone l¨ªmites a sus aspiraciones. Su actuaci¨®n en el Congreso de los Diputados al colocar en el debate pol¨ªtico asuntos tan sensibles como la reclamaci¨®n de los documentos de la Generalitat depositados en el archivo de Salamanca, indica claramente que est¨¢ decidido a desempe?ar un papel de primera fila.