Los sue?os flamencos de Carlos Saura
El cineasta resume su pasi¨®n por el baile, el cante y el toque en 100 fotograf¨ªas
Carlos Saura quiso ser bailaor antes de inclinarse por el cine. "Fui a la escuela de La Quica a que me diera clases. Ella me puso algo sencillo en el tocadiscos, una buler¨ªa quiz¨¢". Cuando Saura termin¨® de bailar, la artista fue franca: "Mira, Carlos, es mejor que te dediques a otra cosa". Espa?a gan¨® a un gran cineasta y a un buen fot¨®grafo que sigui¨® alimentando su pasi¨®n por el flamenco: cinco largometrajes musicales y miles de im¨¢genes. Las cien mejores las ha reunido en Flamenco, un libro con textos del propio director que publica Galaxia Gutenberg.
La carrera cinematogr¨¢fica de Carlos Saura (Huesca, 1932) est¨¢ indisolublemente unida al flamenco. El director de La caza sorprendi¨® al p¨²blico y a la cr¨ªtica en 1981 con Bodas de sangre. Dos a?os despu¨¦s le sigui¨® Carmen, y en 1986, El amor brujo. En 1992 termin¨® Sevillanas, un encargo para la Exposici¨®n Universal, y tres a?os m¨¢s tarde se estrenaba Flamenco (de Carlos Saura). "Tener al lado a todos esos artistas ha sido algo impagable", reconoce el cineasta.
Medio siglo de afici¨®n y esa experiencia han formado las opiniones de Saura. "El flamenco se diferencia de otras m¨²sicas en la medida en que se renueva constantemente y, a la vez, mantiene la ortodoxia como base de trabajo para todos". El director se siente m¨¢s cercano a los innovadores en el eterno debate sobre el mestizaje con otros g¨¦neros: "Yo soy muy poco ortodoxo. Me parecen bien todas las fusiones, aunque a veces se pierdan los caminos. Eso puede ser m¨¢s interesante". Por contra, la situaci¨®n del baile le preocupa, porque "es lo que se mantiene m¨¢s r¨ªgido". El director no disimul¨® durante la presentaci¨®n del libro su predilecci¨®n por Bel¨¦n Maya, bailaora heterodoxa. "Ha estudiado en Estados Unidos. Conoce bien el baile moderno y ha heredado la sabidur¨ªa flamenca de su padre, Mario Maya. Tiene mucho futuro".
Saura recuerda que durante un tiempo vivi¨® desconectado del flamenco. El productor Emiliano Piedra y el bailaor Antonio Gades, "mi maestro en casi todo lo relacionado con este mundo", le hicieron recuperar "un camino que casi ten¨ªa abandonado". Las pel¨ªculas y las fotograf¨ªas se sucedieron desde entonces.
En las cien im¨¢genes seleccionadas, todas en blanco y negro, Saura ha buscado los contrastes marcados, con pocos grises, para acentuar el dramatismo. Una soberbia serie de retratos de Lola Flores y otra de Matilde Corral destacan junto a instant¨¢neas de Cristina Hoyos y Antonio Gades en el rodaje de Bodas de sangre o una fotograf¨ªa de la familia del difunto Farruco. "He preferido el blanco y negro porque as¨ª yo revelo las fotos y hago las copias. El color no pod¨ªa controlarlo, y eso me fastidiaba. Adem¨¢s, hay que tener cuidado con el color: puede banalizar la imagen".
El director se define como un fot¨®grafo aficionado, pero "compulsivo". No derrocha el negativo. "Procuro tomar s¨®lo las fotos que quiero. Tampoco tengo problemas de composici¨®n. Soy r¨¢pido y no me torturo pensando qu¨¦ hay detr¨¢s de cada foto. Las hago y punto". Claro que todo ha cambiado con la aparici¨®n de las c¨¢maras digitales. Para Saura son "un invento genial. La calidad de las im¨¢genes es cada vez mejor".
El director -que acaba de estrenar El s¨¦ptimo d¨ªa- habl¨® de otros trabajos abiertos relacionados con el flamenco. "Vamos a hacer una Carmen en Sevilla. En el parque Mar¨ªa Luisa y en La Maestranza. Me alegra mucho poder contar con Cristina Hoyos". M¨¢s distantes se encuentran otros proyectos cinematogr¨¢ficos, como "un homenaje a la escuela que hab¨ªa en la calle de Amor de Dios, cerca de Atocha. El gui¨®n ya est¨¢ escrito. Antes de que la cerraran, yo iba mucho por all¨ª. Algunas escenas de Carmen se rodaron en la escuela. No s¨®lo se daban clases de flamenco, sino que tambi¨¦n hab¨ªa baile moderno y danza del vientre. En el ¨²ltimo piso estaban los boxeadores. Era fant¨¢stico".
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