La condici¨®n humana
Me ha fascinado la exposici¨®n La condici¨®n humana. El sue?o de una sombra, que se exhibe en el Museo de Historia de la Ciudad, cuyo comisario es Pedro Azara. Nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos a trav¨¦s de las diferentes im¨¢genes que el ser humano ha inventado para representarse. El recorrido por la imaginer¨ªa antropomorfa del Medio Oriente, China, India o Nepal nos corrobora que constituimos una unidad en el seno de la diversidad. Se puede poner el acento en lo unitario o en lo diverso, a gusto de cada cual, pero la conclusi¨®n es que las convenciones son inherentes a la naturaleza humana en su interacci¨®n social. Nos lo hab¨ªan explicado ya psic¨®logos y et¨®logos, pero aqu¨ª tenemos la ilustraci¨®n apabullante, a trav¨¦s de ¨ªdolos e iconos funerarios, de m¨¢scaras para rituales m¨¢gicos, de representaciones religiosas, de retratos de pol¨ªticos y de gentes comunes. La conclusi¨®n es que cada cultura inventa sus convenciones para modelar la naturaleza humana, aunque algunas convenciones sean bastante universales, como ocurre con ciertos ritos funerarios o amorosos, o con ciertas expresiones del lenguaje gestual. Pero la exposici¨®n valida, en general, la propuesta "dime lo que pareces y te dir¨¦ de d¨®nde vienes". No es una exposici¨®n orientada a antrop¨®logos o historiadores. La primera secci¨®n de la exposici¨®n concluye con unos enormes retratos de cuatro iconos contempor¨¢neos: lady Diana Spencer, Fidel Castro, Arafat y Lenin.
Los dos centrales visten uniformes militares, lo que constituye una forma de representaci¨®n del poder. A la galer¨ªa de retratos podr¨ªa haberse a?adido otros rostros, como el de Frankenstein, pues la exposici¨®n se cierra con el proyecto de hombre artificial, el famoso hom¨²nculo medieval que ya nos espera con los cyborgs a la vuelta de la esquina.
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