"No nos interesa Al S¨¢der; s¨®lo queremos una vida normal"
Muchos j¨®venes iraqu¨ªes han perdido la vida luchando para el cl¨¦rigo radical M¨²qtada al S¨¢der, pero sus llamamientos a la guerra santa contra las tropas estadounidenses tambi¨¦n han desanimado a otros que esperan que la ¨²ltima tregua restablezca la estabilidad. En su feudo bagdad¨ª de Ciudad S¨¢der, los adolescentes iraqu¨ªes dicen que lo que quieren es un trabajo, dinero para casarse y hacer deporte, no semanas de disparos de morteros y metralletas.
"A m¨ª, los combates entre el Ej¨¦rcito del Mahdi, de Al S¨¢der y las fuerzas norteamericanas no me hacen ninguna gracia. Quer¨ªa jugar en el mejor equipo de f¨²tbol, pero mis padres no me dejan salir porque es demasiado peligroso", dice Al¨ª Maher, de 18 a?os. "Espero que se acabe. Trajeron cuatro cuerpos esta ma?ana. Murieron combatiendo a los norteamericanos e iban a enterrarlos".
Los j¨®venes radicales se siguen juntando cada d¨ªa delante de las oficinas de Al S¨¢der y hablan de luchar contra los estadounidenses hasta la muerte. Pero ha aumentado el desencanto despu¨¦s de que numerosos milicianos del cl¨¦rigo murieran en Nayaf y Ciudad S¨¢der, una barriada chi¨ª donde viven cerca de dos millones de personas que esperaban la prosperidad despu¨¦s de d¨¦cadas de represi¨®n bajo el r¨¦gimen de Sadam Husein.
Mientras, carteles de Al S¨¢der aparecen en casi todas las tiendas, algunos j¨®venes se desmarcan de su ret¨®rica guerrera. En un taller, la conversaci¨®n no trata sobre alistarse o no en el Ej¨¦rcito del Mahdi, sino de la inestabilidad, que prolonga los sufrimientos de la era de Sadam. "No tengo trabajo, ni dinero", dice Al¨ª Taher, de 26 a?os. "No nos interesa Al S¨¢der; s¨®lo queremos una vida normal".
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