Siempre contra el invierno
EN SU PR?LOGO a Alejandr¨ªas, Juan Antonio Gonz¨¢lez Iglesias recuerda que Luis Antonio de Villena dedic¨® uno de sus libros a su madre, "siempre / maravillosamente / contra el invierno", una f¨®rmula que contiene "el emblema moral que cifra su poes¨ªa y resume su vida". En ese mismo pr¨®logo, que antecede a una selecci¨®n de poemas sacados de t¨ªtulos como Sublime solarium, La muerte ¨²nicamente o Marginados, Gonz¨¢lez Iglesias repasa las mil claves -contemplaci¨®n, homoerotismo, dandismo, compromiso- de un escritor total, "literario y medi¨¢tico", que acaba de a?adir a sus novelas -de Divino a El burdel de lord Byron- y ensayos -sobre Caravaggio, Wilde o Cavafis- un volumen de t¨ªtulo inequ¨ªvoco: Madrid. De forma despeinada, igual que los recuerdos, Villena se pasea por la ciudad a la vez que por su propia vida, sin detenerse mucho en ning¨²n barrio ni tiempo. ?Escribir¨¢ alg¨²n d¨ªa sus memorias este poeta que ha ido desgranando sus d¨ªas en p¨¢ginas crudamente autobiogr¨¢ficas como las de la novela Ante el espejo o las del libro de poemas Las herej¨ªas privadas? "No s¨¦", responde, "porque si las escribiese me gustar¨ªa escribirlas de verdad, ahondando. Pem¨¢n ten¨ªa un libro titulado Mis almuerzos con gente importante, y el error de la literatura espa?ola es haber hecho mucha memoria con esos almuerzos". Su libro sobre Madrid est¨¢, adem¨¢s, atravesado por una "rabia c¨ªvica" -tal es el t¨ªtulo de uno de los poemas de Desequilibrios- proyectada contra una derecha "sucia" que "sigue en el Concilio de Trento": "Yo me puse una corbata rosa en 1970. Me la hab¨ªa comprado en un viaje a Roma y casi me la ten¨ªa que quitar. No exagero. No se pod¨ªa ir con una corbata rosa en 1970 en Espa?a. Ahora la llevan los del PP, pero 34 a?os despu¨¦s. Van llegando a cosas a las que se pod¨ªa haber llegado antes con el retraso que les marca su propia ideolog¨ªa".
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