Los pa¨ªses ¨¢rabes y c¨®mo crear 100 millones de puestos de trabajo
Quiz¨¢ no haya una forma m¨¢s elocuente de subrayar los desaf¨ªos que enfrentar¨¢n en los pr¨®ximos a?os los dise?adores de pol¨ªticas en los pa¨ªses ¨¢rabes que poner la atenci¨®n en el mercado laboral. Se espera que la fuerza de trabajo en la regi¨®n de Medio Oriente y ?frica del Norte aumente de 104 millones al principio de esta d¨¦cada a 185 millones para el a?o 2020. S¨®lo para mantener los ¨ªndices de desempleo en los actuales niveles -ya entre los m¨¢s altos del mundo- ser¨¢ necesario crear 80 millones de empleos nuevos. Para llevar los ¨ªndices de desempleo a niveles m¨¢s sostenibles, una cifra de 100 millones de nuevos puestos de trabajo suena m¨¢s apropiada, lo que implica una tasa de creaci¨®n de empleos de alrededor de 4% al a?o, extremadamente alta seg¨²n est¨¢ndares internacionales.
Los inversores parecen preocuparse sobre si los tribunales son razonablemente independientes o si pueden ser comprados
Nada de esto ocurrir¨¢ sin un gran cambio en las pol¨ªticas y, de hecho, en la filosof¨ªa subyacente que las ha orientado durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Se necesita un nuevo modelo que modifique las fuentes de crecimiento en la regi¨®n, desde un ¨¦nfasis inapropiado en el sector petrolero a industrias no vinculadas al petr¨®leo; desde actividades controladas por el Estado a aquellas que demanden una orientaci¨®n privada mucho mayor, que involucren el fomento de actividades competitivas orientadas a la exportaci¨®n. Un componente clave de este cambio tendr¨¢ que ser un mayor impulso al comercio y la inversi¨®n, que vaya mucho m¨¢s all¨¢ de los primeros esfuerzos realizados por unos pocos pa¨ªses de la regi¨®n en el contexto de los acuerdos bilaterales de libre comercio o los esfuerzos efectuados por otros varios para unirse a la OMC.
La regi¨®n en su conjunto sigue siendo indebidamente dependiente del sector energ¨¦tico. Resulta preocupante observar que en pa¨ªses como Arabia Saud¨ª, cerca del 80% de los ingresos presupuestarios y el 90% de las exportaciones est¨¢n relacionados con la venta de petr¨®leo crudo y productos refinados, lo que hace que estas econom¨ªas sean inusualmente vulnerables a los shocks externos. Adem¨¢s, la competencia cada vez mayor en los mercados mundiales y el surgimiento de econom¨ªas altamente competitivas en el Lejano Oriente y en Europa Central y Oriental amenazan con dejar atr¨¢s a los pa¨ªses del mundo ¨¢rabe, con un estancamiento o ca¨ªda de los niveles de su ingreso per c¨¢pita. Por a?adidura, no es razonable suponer que las crecientes presiones en los mercados laborales de los pa¨ªses ¨¢rabes ser¨¢n correspondidas con una mayor apertura en la UE, muchas de cuyas econom¨ªas tienen ya de por s¨ª problemas de desempleo. Finalmente, es probable que el fracaso a la hora de tratar con esta bomba de tiempo del mercado laboral haga surgir dudas persistentes acerca de la legitimidad de los gobiernos, en una ¨¦poca en la que, en un n¨²mero cada vez mayor de pa¨ªses, la opini¨®n p¨²blica ha pasado a considerar el rol de los gobiernos como inextricablemente vinculado a la creaci¨®n de puestos de trabajo y la provisi¨®n de servicios p¨²blicos confiables.
Los l¨ªderes de la regi¨®n deber¨ªan tener cierto consuelo en el hecho de que el margen para obtener logros en el comercio y la inversi¨®n es enorme. Las exportaciones de mercanc¨ªas no relacionadas con el petr¨®leo todav¨ªa representan una proporci¨®n relativamente peque?a del PIB -alrededor del 6%- o menos de un tercio de los niveles que prevalecen en algunas de las econom¨ªas de Asia del este. Asimismo, la afluencia de inversi¨®n extranjera directa es muy reducida; del 0,5% del PIB podr¨ªan expandirse f¨¢cilmente al cu¨¢druple o al qu¨ªntuple, hacia niveles vistos en una gran cantidad de mercados emergentes.
El aprovechamiento de parte de este potencial podr¨ªa crear millones de empleos, muchos destinados a mujeres, quienes se han beneficiado de las considerables inversiones gubernamentales en educaci¨®n en los ¨²ltimos a?os, pero todav¨ªa encuentran numerosos obst¨¢culos para entrar al mercado laboral. Esto mejorar¨ªa la productividad y tambi¨¦n alentar¨ªa la especializaci¨®n en nichos de manufacturas para los cuales la proximidad de la regi¨®n con respecto a grandes mercados internacionales podr¨ªa ser una ventaja competitiva.
Liberalizaciones
?C¨®mo continuar? Por suerte, existe un vasto conjunto de conocimientos y experiencia espec¨ªfica en cada pa¨ªs, que est¨¢ disponible y puede ser utilizado para formular importantes procesos de liberalizaci¨®n comercial y de inversiones, como los principales objetivos de la pol¨ªtica econ¨®mica en los a?os venideros. Existe un amplio consenso acerca de cu¨¢les son los elementos clave de un paquete de pol¨ªticas destinado a abrir la econom¨ªa. Las pol¨ªticas deber¨¢n ser audaces y ambiciosas, para consolidar la credibilidad. Tendr¨¢ que haber una importante reducci¨®n de cuotas de importaci¨®n y de monopolios de licencias y una eliminaci¨®n progresiva de los privilegios de captaci¨®n de rentas (rent-seeking), que han adquirido un car¨¢cter ubicuo en la regi¨®n.
Tambi¨¦n ser¨¢n necesarios recortes generales de tarifas, hasta alcanzar un nivel razonablemente bajo y uniforme. La desregulaci¨®n de las inversiones para posibilitar nuevos competidores y para fomentar inversiones privadas deber¨¢ ser un componente integral. Podr¨ªa requerirse cierto gradualismo en aquellos sectores donde las medidas anteriores pudieran tener efectos de corto plazo en la producci¨®n.
Los pa¨ªses del mundo ¨¢rabe deber¨¢n emprender grandes pasos no s¨®lo en la mejora del clima para las inversiones, sino tambi¨¦n en cuanto al aumento de las oportunidades de trabajo para las mujeres. A pesar de la inversi¨®n relativamente fuerte en educaci¨®n de las mujeres, los ¨ªndices de participaci¨®n de la fuerza laboral femenina siguen siendo, con mucho, los m¨¢s bajos del mundo y, por tanto, la regi¨®n no se beneficia de los potenciales retornos de esas valiosas inversiones.
Pero, m¨¢s all¨¢ de los temas de gesti¨®n macroecon¨®mica, tambi¨¦n hemos aprendido que las estrategias exitosas de desarrollo econ¨®mico tienen mucho que ver con el papel del Gobierno y el ejercicio de la autoridad pol¨ªtica dentro de una sociedad para la gesti¨®n de sus recursos. Importa mucho si los gobiernos son responsables ante sus poblaciones. Los inversores parecen preocuparse enormemente acerca de si los jueces y las cortes son razonablemente independientes o si pueden ser comprados. ?Las empresas deben pagar sobornos para pasar bienes a trav¨¦s de las aduanas o para negociar sus impuestos? ?Los gobiernos muestran favoritismo en sus decisiones o son razonablemente equitativos en sus relaciones con el sector privado? ?Los recursos p¨²blicos est¨¢n siendo asignados a la salud y la educaci¨®n p¨²blicas o, en cambio, a proyectos dispendiosos o gastos improductivos? En nuestro encuentro de Jordania durante la pr¨®xima semana (15 al 17 de mayo) -el segundo realizado por el World Economic Forum en ese pa¨ªs y nuestro sexto en la regi¨®n- reuniremos a aquellos l¨ªderes de todos los sectores de la sociedad que deseen afrontar este desaf¨ªo.
El r¨¢pido surgimiento de una econom¨ªa internacional ¨²nica plenamente integrada se est¨¢ convirtiendo velozmente en una realidad. Es probable que los pa¨ªses que no se enfrenten a los desaf¨ªos de la competencia mundial y que no modernicen sus econom¨ªas y las hagan flexibles y ¨¢giles queden rezagados. La decadencia de los niveles de ingreso per c¨¢pita podr¨ªa provocar crecientes agitaciones pol¨ªticas y sociales, haciendo que la tarea de una gesti¨®n econ¨®mica eficiente fuera tanto m¨¢s dif¨ªcil. Pero las reformas cre¨ªbles -comenzando con una liberalizaci¨®n considerable del comercio y la inversi¨®n- podr¨ªan implicar grandes avances hacia la liberaci¨®n del gran potencial de los pa¨ªses ¨¢rabes, posibilitando su ingreso en una etapa esencial del tan esperado renacimiento.
Augusto L¨®pez-Claros es economista jefe y director del Programa de Competitividad Mundial del World Economic Forum.
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