Crece la pobreza y ya afecta a uno de cada cinco barceloneses
La precariedad laboral act¨²a como factor de incremento de la penuria de muchas familias
En los ¨²ltimos a?os, el paro ha bajado, en buena parte, a costa de sacrificar la estabilidad del empleo. La precariedad laboral ha tenido mucho que ver en el aumento de la pobreza sufrido en Barcelona entre 1995 y 2000 y que afecta al 18% de la poblaci¨®n; es decir, casi uno de cada cinco habitantes de la ciudad es pobre. As¨ª lo evidencia el estudio Situaci¨®n de pobreza y exclusi¨®n social en la provincia de Barcelona, elaborado por la Diputaci¨®n. Para analizar la exclusi¨®n social, el estudio, adem¨¢s de criterios econ¨®micos, tiene en cuenta otros factores: el nivel de estudios, la vivienda y las relaciones sociales.
El estudio, encargado por la Diputaci¨®n al Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos, indica que la tasa de hogares pobres pas¨® del 12,5% en 1995 al 18% en 2000 en la ciudad de Barcelona. En la regi¨®n metropolitana, el aumento de la pobreza ha sido menor que en la capital catalana, ya que del 12% de hogares pobres en 1995 se pas¨® al 15,71%, lo cual signific¨® un aumento de la pobreza de 3,7 puntos porcentuales. La tercera zona territorial analizada por el estudio, el conjunto de la provincia de Barcelona, ten¨ªa en 2000 el 15,45% de sus hogares en estado de pobreza. Al ser la primera vez que se toma como referencia la provincia, no hay datos anteriores con los que comparar esta cifra.
El aumento de la pobreza contrasta aparentemente con la reducci¨®n del paro registrada en el periodo analizado. En la ciudad de Barcelona el paro pas¨® del 19,11% al 8,9% entre 1995 y 2000. El n¨²mero de desocupados baj¨® todav¨ªa m¨¢s en la regi¨®n metropolitana: pas¨® del 20,08% al 8,25%.
N¨²ria Carrera, presidenta del ¨¢rea de Bienestar Social de la Diputaci¨®n y concejal de Barcelona, considera: "La creaci¨®n y el acceso a puestos de trabajo precarios, con salarios muy bajos y poca estabilidad, se ha traducido en un aumento de la proporci¨®n de hogares pobres".
El estudio tambi¨¦n analiza la relaci¨®n que los ciudadanos tienen con la sociedad. As¨ª, pone de manifiesto que alrededor del 1% de las personas entrevistadas reconoce no relacionarse habitualmente con nadie, mientras que el 13% asegura que no explica sus problemas personales o afectivos. En contra de lo que pudiera esperarse, esta soledad es mayor en la regi¨®n metropolitana (1,27%) que en la ciudad de Barcelona (1,05%).
Otra faceta de la exclusi¨®n social es la falta de actividades de ocio. Casi el 30% de los entrevistados reconoci¨® no haber disfrutado de un m¨ªnimo de dos semanas de vacaciones seguidas durante 1999; el 65% asegur¨® que no va nunca al teatro, y el 62% no visit¨® museos ni exposiciones.
A pesar de no contar con datos concluyentes sobre los ¨²ltimos a?os, Rosa Mur, directora del informe, asegura que la pobreza no ha disminuido desde 2000, en gran medida a causa de la precariedad laboral.
Este incremento de la pobreza lo ha constatado C¨¢ritas Diocesana de Barcelona, que en 2002 atendi¨® a 3.602 personas m¨¢s que en 1999. La pobreza no s¨®lo ha aumentado, sino que tambi¨¦n ha cambiado de cara: de las 21.376 atenciones que realiz¨® C¨¢ritas en 2002, el 33% correspondi¨® a ciudadanos nacionales, mientras que el 77% restante de las ayudas se destin¨® a ciudadanos extranjeros, muchos de ellos sin papeles. Las principales peticiones que recibe C¨¢ritas siguen estando relacionadas con la cobertura de necesidades b¨¢sicas: alimentaci¨®n, ropa, el pago puntual del alquiler (tanto de pisos como de habitaciones) o de alg¨²n suministro de la vivienda -agua, luz, gas-. En los ¨²ltimos tiempos han aumentado las solicitudes de ayuda para pagar colchones alquilados por horas.
Para hacer frente a este grave problema social, Carrera propugna la creaci¨®n de un plan de lucha integral contra la exclusi¨®n en Catalu?a en el que se impliquen todas las administraciones, incluida la Uni¨®n Europea.
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