Ep¨ªlogo: delitos graves
El s¨¢bado previo a las elecciones generales, una manifestaci¨®n, "ilegal e ileg¨ªtima", rodeaba la sede el PP en Madrid, dijo Rajoy: "imputando, adem¨¢s, graves delitos al PP", a?adi¨®. Aquello que se imputaba result¨® ser verdad: ?qu¨¦ pas¨® con los delitos graves? Si es que lo eran: no tengo m¨¢s formaci¨®n jur¨ªdica que la de todos los espa?oles, tan valiosa, por el refranero: duda oculta y miedo de pobre. Rajoy tiene la carrera de Derecho. Le vuelvo a o¨ªr en el 'Ep¨ªlogo' que se ha a?adido al DVD ?Hay motivo!, y ha sido realizado por Diego Gal¨¢n. Dura seis minutos, y contiene milagrosamente el horror y la verg¨¹enza de cuatro d¨ªas: la matanza de Atocha y la distorsi¨®n del Gobierno y sus agentes al culpar a ETA. Ser¨ªa un delito acusar a quien no lo hizo, pero no lo tiene en cuenta nadie porque ETA est¨¢ condenada por hechos reales. Lo que Rajoy supone delitos graves son la manipulaci¨®n de las informaciones: a los directores de peri¨®dicos de Madrid y Barcelona por el presidente del Gobierno; a las embajadas y por tanto a los Gobiernos extranjeros; y al pueblo espa?ol por ministros y agentes afines. Sea quien sea Aznar, fueran cuales fueran las falsedades que meti¨® en otras informaciones, sean cuales sean los motivos de esta ¨²ltima mentira, parece que hay obligaci¨®n de creerle en un asunto trascendental: la necesidad de creer har¨ªa m¨¢s grave la mentira, y tendr¨ªa raz¨®n su sucesor, Rajoy, al decir que se les imputaban delitos graves. Est¨¢n impunes. Si fueran delitos, Rajoy estar¨ªa incurso, lo cual se aumentar¨ªa con su mentira el d¨ªa de reflexi¨®n, que aunque sea una cursiler¨ªa in¨²til, es legal. No para los ciudadanos, no para los periodistas: para los candidatos.
El Congreso va a investigar en comisi¨®n las responsabilidades pol¨ªticas, o delitos pol¨ªticos. Espera a las elecciones europeas para no perjudicar al que ser¨ªa culpable. ?Por qu¨¦? No concluir¨¢ nada. Rajoy sigue de secretario general, y pide a gritos que se limite en la C¨¢mara el poder del partido ganador y se d¨¦ al suyo un estatuto especial, y a ¨¦l el t¨ªtulo de "jefe de la oposici¨®n", que no existe. No s¨¦ nada del delito penal. Quiz¨¢ tengamos raz¨®n los espa?oles al referirnos, sobre todo, a nuestro refranero y nuestros sainetes cl¨¢sicos sobre el poder, la justicia y nosotros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.