Los Pistons la arman
Los Lakers, unos favoritos muy cre¨ªdos, sorprendidos en Los ?ngeles
De barrida por la v¨ªa r¨¢pida, nada. Los Lakers tendr¨¢n que bajarse del autob¨²s y fajarse en la arena m¨¢s de lo que lo hicieron en el primer partido y olvidarse de que s¨®lo con sus nombres y el favor de las apuestas les ser¨¢ suficiente. Porque se les podr¨¢n poner muchos peros, incluso ridiculizar su falta de glamour y encanto, pero los Pistons son los campeones del Este y all¨ª no se andan con tonter¨ªas. Salvo O'Neal, los Lakers salieron como si ya estuviesen dando la vuelta de honor. El pron¨®stico final sigue apuntando hacia Los ?ngeles, pero est¨¢ claro que Detroit no quiere quedarse como un simple acompa?ante.
Al frente del ¨¦xito inicial de los Pistons hay que colocar a Billups, cuya actuaci¨®n fue sobresaliente. Es un base, no cl¨¢sico, al que le cuesta combinar su indudable capacidad anotadora con asuntos relacionados con la direcci¨®n de las operaciones de su equipo. Despues de una final de conferencia ante los Pacers de Indiana en la que estuvo desafortunado, dio un decisivo paso adelante.
LAKERS 75 - PISTONS 87
Los ?ngeles Lakers (0): Payton (3), Bryant (25), George (5), Malone (4) y O'Neal (34) (cinco inicial); Fisher (2), Rush, Medvedenko (2) y Fox.
Detroit Pistons (1): Billups (22), Hamilton (12), Prince (11), R. Wallace (14) y B. Wallace (9) (cinco inicial); Campbell (6), Hunter (5), Ham, Okur (1), Williamson (7) y James.
Parciales: 19-22, 22-18, 17-24 y 17-23.
Staples Center: 18.997 espectadores. Primer partido de la final, al mejor de 7, de la NBA. El segundo se disputar¨¢ en la pr¨®xima madrugada y los restantes en las de los d¨ªas 11, 14, 16, 18 y 21. Todos, Canal + Deportes 2 (2.30).
Como era l¨®gico, Hamilton, habitual y ¨²nico anotador fiable de los Pistons, fue perseguido con sa?a por Bryant, que se tom¨® el enfrentamiento como los grandes, como algo personal. Estrangulada en su l¨ªnea de flotaci¨®n la mec¨¢nica ofensiva de los Pistons, alguien deb¨ªa salir en ayuda para romper la sensaci¨®n que plane¨® sobre la cancha hasta el ¨²ltimo cuarto.
Jugando como acostumbran los Pistons y haci¨¦ndolo rematadamente mal los Lakers, salvo O'Neal, en el momento en que alguno de los amarillos acompa?ase al gigante, la cosa se resolver¨ªa a favor de los de Phil Jackson. Pero el que salt¨® a la palestra fue Billups, con la ayuda del joven Prince, para el escarnio de uno de los grandes perdedores del lance, Payton. Mucho se ha hablado de la pareja Malone-Payton y el santo grial en forma de anillo que persiguen. Algo m¨¢s tendr¨¢n que hacer si no quieren quedarse con la sensaci¨®n de que si finalmente lo logran se lo habr¨¢n regalado sus compa?eros. Ambos estuvieron desafortunados. Sobre todo, Payton. No s¨®lo por lo que no hizo, sino por lo que dej¨® hacer a Billups. Malone, al menos, apoy¨® con 11 rebotes, pero tuvo la mu?eca de madera.
El marcador fue siempre dominado por los Pistons y los Lakers estuvieron condicionados a O'Neal, cuyo partido fue marca de la casa y ni los Wallace ni nadie fueron capaces de pararle: 34 puntos y 11 rebotes en una noche inmaculada por los guarismos y, a¨²n m¨¢s, por los desacostumbrados porcentajes con los que los consigui¨®, pues encest¨® 13 de 16 lanzamientos y hasta brillo en su tormento de los tiros libres con 8 de 12. Estando as¨ª de fino fue dif¨ªcil entender c¨®mo no fue buscado con mayor profusi¨®n por sus compa?eros, lo que habr¨¢ causado su enfado. No ser¨ªa de extra?ar que les d¨¦ alguna llamada de atenci¨®n, en especial a Bryant, que se jug¨® balones sin sentido ante la excelente defensa de Prince.
Llegados al momento de la definici¨®n, territorio normalmente propicio para los Lakers, la din¨¢mica no cambi¨® y los Pistons se fueron al vestuario con un bot¨ªn que, sin duda, ha cambiado la mirada que se ten¨ªa de esta final. Cierto es que hace tres a?os, en el primer t¨ªtulo de los tres consecutivos de estos Lakers, la serie comenz¨® igual, con Filadelfia robando el primer encuentro en Los ?ngeles, con Larry Brown de entrenador, para luego perder cuatro veces seguidas. Pero estos Pistons tienen m¨¢s y mejores argumentos para plantar cara al favorito. Sobre todo, si ¨¦ste no se aplica y no deja las celebraciones para cuando tengan el trofeo en sus manos.
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