M¨®viles prohibidos y confiscados

Dos pasos adelante y uno hacia atr¨¢s. El r¨¦gimen estalinista de Pyongyang no s¨®lo ha prohibido el uso de tel¨¦fonos m¨®viles sino que ha pedido a los m¨¢s de 20.000 propietarios de estos incontrolables artilugios que los entreguen. Hace menos de dos a?os que Corea del Norte se atrevi¨® a dar una tenue apertura en el f¨¦rreo control de las comunicaciones e introdujo el sistema de telefon¨ªa m¨®vil en la capital y en las zonas econ¨®micas recientemente establecidas en el pa¨ªs.

El alt¨ªsimo precio de acceso de los m¨®viles -unos 700 euros, en un pa¨ªs cuyo salario anual medio no alcanza los 25 euros- hab¨ªa restringido enormemente el n¨²mero de usuarios, casi todos ellos hijos de la nomenclatura o privilegiados con conexiones al otro lado de la frontera, aunque las llamadas internacionales estaban prohibidas. El Gobierno considera, sin embargo, que a trav¨¦s de los m¨®viles ha aumentado la "perniciosa" influencia de Occidente, lo que "da?a la cultura y mina la soberan¨ªa del Estado". Frente a esto, el r¨¦gimen decidi¨® el pasado 25 de mayo cortar las antenas de telefon¨ªa y exigir la entrega de los aparatos. Seg¨²n la prensa surcoreana, la decisi¨®n estuvo motivada por el eventual uso de m¨®viles para atentar, en abril pasado, contra Kim Jong Il, lo que result¨® en la explosi¨®n de un tren y la muerte de 170 personas.