Otra dulce derrota
Uno de los fen¨®menos electorales m¨¢s conmovedores, cuando no pat¨¦ticos, consiste en la explicaci¨®n de los resultados por parte de los l¨ªderes o portavoces de las candidaturas. Por lo general, y como es sabido, los ganadores o simplemente satisfechos hiperbolizan el triunfo, resaltando la calidad de sus propuestas y el tino de los votantes. Los perdedores, a poco que puedan asirse a un clavo, incluso ardiendo, encuentran lenitivos sobrados para justificar el tropiezo. La excepci¨®n a tal comportamiento en estos comicios europeos quiz¨¢ haya sido Esquerra Unida, cuyo desmoronamiento le aboca a una cura de reflexi¨®n intensiva si quiere sobrevivir como opci¨®n pol¨ªtica, y as¨ª lo ha declarado.
El PSPV, a la vista de c¨®mo le ha ido, bien podr¨ªa someterse asimismo a un examen de conciencia y consiguiente prop¨®sito de enmienda. Aunque quiz¨¢ sea esperar demasiado. Su m¨¢ximo dirigente, Joan Ignasi Pla, se ha limitado a combinar dosis ligeras de autocr¨ªtica y otras mayores de triunfalismo -el voto consolidado y embelecos semejantes- con la esperanza de que el varapalo se trasmute en dulce derrota, una m¨¢s. Lo malo es que la realidad, tan terca, revela que hoy por hoy el PSPV vive en la estela de ZP como un asteroide indefinido y lejano de sus propias potencialidades. Adem¨¢s, su ya cr¨®nica debilidad se ha convertido en un seguro de vida para el gobierno auton¨®mico del PP y de su fr¨¢gil presidente.
Quisi¨¦ramos creer que los socialistas valencianos, a mes y medio de su congreso, tienen las ideas claras y el coraje necesario para ser coherentes. El coraje -dig¨¢moslo sin ambages- de admitir que su problema no es otro que la orfandad de liderazgo y de direcci¨®n pol¨ªtica en la que est¨¢n sumidos. Con la actual s¨®lo pueden aspirar a ser campeones en una carrera de cangrejos, siempre y cuando no concurriese el PP, que en las actuales circunstancias tambi¨¦n les batir¨ªa. La recuperaci¨®n electoral del 14-M no pas¨® de ser un efecto reflejo ajeno a la verdadera capacidad de movilizaci¨®n del PSPV. Ajeno y enga?oso, pues alent¨® la ilusi¨®n de que en el 2007 la Bastilla auton¨®mica caer¨ªa como una fruta madura.
Tiempo queda por delante para pon¨¦rselo dif¨ªcil a la fatalidad. Tiempo para revisar la estrategia en tanto que oposici¨®n y poner al descubierto no solo las brechas de este Gobierno presidido por Francisco Camps, sino las alternativas posibles. Y que no se nos diga que el PP no ha mostrado sus flancos m¨¢s d¨¦biles, como las discordias internas, el quietismo presidencial, la quiebra financiera, los visos de derroche -o ll¨¢mesele como se quiera-, el faraonismo descabellado, y etc¨¦tera. Si hasta entre las huestes populares se percibe la perplejidad ante tama?a indulgencia o incapacidad cr¨ªtica del PSPV.
Los socialistas suelen alegar que su labor opositora, su fiscalizaci¨®n del gobierno y hasta sus propuestas program¨¢ticas se difuminan por carecer del correspondiente apoyo medi¨¢tico. Una piadosa mentira que ni ellos mismos se creen. No son peri¨®dicos, emisoras y televisiones lo que les falta, sino ideas, l¨ªder y discurso, m¨¢s dif¨ªcil de hilvanar a medida que se encallece la mentalidad perdedora. Con una salvedad: David Hammerstein, nuevo eurodiputado en gracia al m¨¢s grande de los braguetazos ecol¨®gicos.
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