Los Pistons, nuevos reyes
El equipo de Detroit remata a Los ?ngeles Lakers con un 4-1
Al final ganaron los malos y no pas¨® como en las pel¨ªculas, cuando al final siempre queda tiempo para la llegada del s¨¦ptimo de caballer¨ªa, el astuto detective o el superh¨¦roe de comic que arregla la situaci¨®n. Ser¨¢ porque a los Pistons todo lo relacionado con el espect¨¢culo les trae sin cuidado, el caso es que no hubo sorpresa ni vuelco final y la intuici¨®n general se confirm¨®. Detroit ha barrido a los Lakers con una de las mayores sorpresas de la historia de las series finales de la NBA. La superioridad de Detroit ha sido incuestionable de principio a fin, en todos y cada uno de los apartados. del juego: ataque, defensa, rebote, contraataque, t¨¢ctica, profundidad de banquillo, frescura, ambici¨®n, intensidad, solidaridad, ¨¢nimo, hambre de t¨ªtulos y todo lo imaginable. En definitiva, hemos asistido al triunfo del esfuerzo colectivo ante al star system.
DETROIT PISTONS 100 - L. ?NGELES LAKERS 87
Detroit Pistons: Billups (14), Hamilton (21), Prince (17), R. Wallace (11) y B. Wallace (18) -cinco inicial-; Williamson (6), Campbell (4), Hunter (2), James, Okur (7), Milicic y Ham.
Los ?ngeles Lakers: Payton (2), Bryant (24), George (4), Medvedenko (10) y O'Neal (20) -cinco inicial-; Cook (4), Walton (2), Fisher (10), Rush (5), Fox (6) y Russell.
?rbitros: Salvatore, Fryer y Crawford.
22.076 espectadores, lleno en el Palacio de Auburn Hills.
El partido no vari¨® un ¨¢pice de lo visto en las cuatro noches anteriores. En la que estaban metidos los Lakers, confiar que la suerte les iba a echar una mano era demasiado confiar. Antes de comenzar el ¨²ltimo cap¨ªtulo ya sumaban otra mala noticia. Karl Malone, no pudo m¨¢s y asisti¨® al fin de su sue?o vestido de calle. En esto s¨ª que ha sido injusto el destino. A diferencia de Payton, Malone siempre ha estado entregado e implicado en el equipo y desde luegono merec¨ªa este final. Jackson opt¨® por Medvelenko y la jugada le sali¨® bien. Ocho puntos suyos y una presi¨®n defensiva no vista en toda la serie mostraron unos Lakers dispuestos a la pelea (7-14, m. 6). Pero cuando un equipo se mantiene cogido por hilos, cualquier incidencia te hace caer. O?Neal se meti¨® en problemas de faltas y el poco ¨¢nimo que les quedaba a los Lakers se fue diluyendo como un azucarillo. La defensa se resquebraj¨®, los Pistons se pusieron a correr, perdieron el miedo a buscar la canasta y las pocas dudas sobre final de la pel¨ªcula se disiparon (55-45 descanso).
El resto fue fiesta e impotencia. Siendo coherentes con su estilo y filosof¨ªa, Ben Wallace se hizo el amo del cotarro (18 puntos, 22 rebotes) hasta provocar un albotoro en su entregado p¨²blico que le aclam¨®, vitore¨® y se?al¨® como su preferido. Significativo teniendo en cuenta que estamos hablando de un jugador-tipo de esos que ha llevado a la NBA a la crisis de talento que vive actualmente.Fuerte como un roble, el¨¢stico y atl¨¦tico como un felino, intenso y constante en su esfuerzo, muchas son sus virtudes pero ninguna relacionada con el capacidad para discernir una pelota de baloncesto de un melocot¨®n. Su juego, tan alabado por los fundamentalistas defensivos, surge en un 90% de sus m¨²sculos y en un 10% en su cerebro. Pero as¨ª es el baloncesto de hoy en d¨ªa y ¨¦xitos como este de los Pistons es de suponer que reforzaran esas teor¨ªas. Que los dioses nos protejan.
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