"Europa se busca a s¨ª misma"
Jean-Claude Trichet (Ly¨®n, 1942), presidente del Banco Central Europeo desde noviembre de 2003, afirma que la trascendencia de la obra de la UE s¨®lo podr¨¢ apreciarse con el tiempo.
Pregunta. ?Le inquieta el desinter¨¦s que muestra la baja participaci¨®n en las recientes elecciones europeas por la construcci¨®n de la Uni¨®n Europea?
Respuesta. Europa se busca en estos momentos a s¨ª misma y las elecciones son la ilustraci¨®n de ello. Me sorprendi¨® la baj¨ªsima participaci¨®n en muchos de los 10 nuevos miembros. Puede que el debate p¨²blico de los Quince sea un poco el responsable, porque se ha insistido en los aspectos negativos de la ampliaci¨®n. Pas¨® lo mismo con el ingreso de Espa?a y Portugal en 1986: expresi¨®n de numerosos temores injustificados en los 10 de entonces, pero profunda satisfacci¨®n de todos los europeos tras la accesi¨®n.
"Las anticipaciones de inflaci¨®n en toda la zona euro son bajas"
P. ?Cree que la construcci¨®n europea se ha detenido? Las dificultades en llegar a un proyecto de Constituci¨®n as¨ª lo apuntan.
R. Estoy confiado. El gran trabajo que ha hecho la Convenci¨®n, bajo la presidencia de Val¨¦ry Giscard d'Estaing, prueba que m¨¢s all¨¢ de todas las dificultades hab¨ªa un acuerdo de fondo para conseguir que funcionaran mejor el Consejo, la Comisi¨®n y el Parlamento. Participamos en una construcci¨®n hist¨®rica sin precedentes que entusiasma, y cuyo valor s¨®lo puede apreciarse con la perspectiva del tiempo. En ocasiones el curso europeo parece imprevisible, pero ello mismo es la condici¨®n de la historia que se est¨¢ haciendo.
P. ?Hay que incluir en la Constituci¨®n el objetivo de la estabilidad de precios?
R. La carta que he enviado a la presidencia irlandesa adelantaba un cierto n¨²mero de sugerencias, entre las que se subrayaba particularmente la importancia de que se mencionara la estabilidad de precios. Creo que esta preocupaci¨®n la comparte la presidencia irlandesa.
P. Algunos Gobiernos querr¨ªan limitar la capacidad de la Comisi¨®n Europea de hacer respetar el Pacto de Estabilidad. ?Qu¨¦ piensa de ello?
R. La posici¨®n del Consejo de Gobierno es la de que no hay que modificar ni el Tratado de Maastricht ni el pacto mismo. Es posible, sin embargo, mejorar su puesta en pr¨¢ctica con el prop¨®sito de analizar los saldos estructurales de las finanzas p¨²blicas, prestando m¨¢s atenci¨®n a lo que hay que hacer cuando nos hallamos en fase de prosperidad del ciclo.
P. ?Seguir¨¢ el l¨ªmite m¨¢ximo de d¨¦ficit fijado en el 3% del PIB?
R. El 3% est¨¢ inscrito en el Tratado de Maastricht y no s¨®lo en el pacto y, por lo que yo s¨¦, nadie ha propuesto que se suprimiera.
P. ?Hay que equilibrar el poder monetario del BCE (Banco Central Europeo) con un Gobierno econ¨®mico europeo, un comit¨¦ pol¨ªtico, como preconiza el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi?
R. El BCE es independiente. Por otro lado, el colegio de ministros de Finanzas, que es un eminente colegio pol¨ªtico, goza de poderes muy importantes. El Ecofin y el Eurogrupo son el equivalente de un ministro colectivo de Finanzas europeo en el campo econ¨®mico en general y, sobre todo, presupuestario.
P. El ministro franc¨¦s de Econom¨ªa, Nicolas Sarkozy, reprocha al BCE falta de di¨¢logo sobre la pol¨ªtica monetaria.
R. Tenemos mucho apego a los contactos y a la comunicaci¨®n directa y clara en el respeto total a la independencia del BCE. Tenemos relaciones formales extraordinariamente frecuentes con el Eurogrupo y su presidente. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y yo mismo somos invitados a asistir a los trabajos del Eurogrupo. Y tengo el honor de invitar cada 15 d¨ªas al presidente de este organismo y al comisario europeo competente a participar en el Consejo de Gobierno del BCE. Cada 15 d¨ªas, si as¨ª lo desea, el presidente del Eurogrupo puede transmitirnos a mis colegas y a m¨ª el sentir colegiado de los ministros de Finanzas. Como consecuencia de ello, creo que, gracias al Tratado de Maastricht, y tambi¨¦n seg¨²n la propia tradici¨®n del Banco de Francia y del Bundesbank, tenemos la relaci¨®n m¨¢s frecuente posible entre el Ejecutivo y el Banco Central que pueda haber hoy en el mundo.
P. ?Qu¨¦ opina de las acusaciones del Gobierno italiano de que el euro produce inflaci¨®n?
R. Nuestro mandato fundamental es asegurar la estabilidad de precios. Incluso se nos ha fijado un objetivo quiz¨¢ a¨²n m¨¢s ambicioso, porque es m¨¢s preciso: que la nueva moneda inspire por lo menos tanta confianza, desde ese punto de vista de la estabilidad de precios, como las m¨¢s confiables de las antiguas monedas. Y hemos tenido ¨¦xito: las anticipaciones de inflaci¨®n en toda la zona son bajas, en l¨ªnea con nuestra definici¨®n de la estabilidad de precios -menos del 2%- y gracias a ello tenemos los tipos de inter¨¦s bajo a medio y largo plazo que son favorables al crecimiento econ¨®mico y con los que muchos pa¨ªses no pod¨ªan ni so?ar antes del euro.
P. Tras la introducci¨®n del euro, muchos consumidores tienen la impresi¨®n de que la inflaci¨®n es superior a lo que dicen las estad¨ªsticas.
R. La introducci¨®n de los billetes y de las monedas del euro ha tenido un cierto impacto en el conjunto de la zona y de sus 306 millones de habitantes, pero mucho m¨¢s d¨¦bil de lo que han percibido subjetivamente los consumidores. Y hoy no queda ni rastro de ese impacto.
P. ?Le preocupa la inflaci¨®n derivada del aumento del precio del petr¨®leo?
R. Ya dije lo que pensaba tras la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo de Gobierno. Dije que nuestra valoraci¨®n de los riesgos para la estabilidad de precios segu¨ªa siendo la misma, que ten¨ªamos todas las opciones abiertas y que no hab¨ªa sesgo en ning¨²n sentido. Nuestra opini¨®n es que m¨¢s all¨¢ de la subida a corto plazo de los precios, la inflaci¨®n volver¨¢ a caer para alinearse con nuestra definici¨®n de estabilidad, menos del 2%, pero cerca del 2%. Ello supone que no haya efectos de segunda vuelta y es la raz¨®n por la cual hemos hecho un llamamiento a los agentes sociales para evitar una espiral inflacionaria: estamos precisamente ah¨ª para garantizar que, m¨¢s all¨¢ del inevitable impacto inmediato del precio del petr¨®leo, se mantendr¨¢ la estabilidad de precios en el conjunto de la zona euro.
P. ?Cu¨¢l es su diagn¨®stico sobre el poco crecimiento europeo?
R. El BCE, la Comisi¨®n, el Consejo y numerosos acad¨¦micos consideran que Europa encuentra obst¨¢culos estructurales en su desarrollo que explican que haya un crecimiento del producto interior bruto por habitante inferior al de otros pa¨ªses industrializados. Todo ello aparece consignado en el diagn¨®stico del Consejo Europeo de Lisboa de 2000, que incluye un programa de reformas en el mercado de trabajo, la formaci¨®n, la investigaci¨®n, el gasto p¨²blico. Apoyamos esas reformas y los animosos esfuerzos de los Gobiernos y parlamentos en ese sentido. No es f¨¢cil, pero s¨ª necesario, porque es el medio de alcanzar un mayor crecimiento, m¨¢s prosperidad y m¨¢s empleo.
P. ?Cu¨¢nto pesan esos problemas estructurales sobre el crecimiento? ?Un 1%?
R. Es muy dif¨ªcil, evidentemente, dar una cifra. Depende del periodo que se compare, de las diferencias de ciclo econ¨®mico, etc¨¦tera. Con todas estas reservas, cuando vemos la diferencia en los ¨ªndices de crecimiento entre Estados Unidos y la zona euro de 1996 a 2003 hallamos una diferencia del orden del 0,7% por habitante y a?o. Si tomamos la diferencia del ¨ªndice de crecimiento de la productividad del trabajo tenemos un 0,9% al a?o. El diferencial de productividad del trabajo parece ser la causa principal de ese diferencial de crecimiento.
P. ?Y esta diferencia no se explica, al menos en parte, por la distinta pol¨ªtica monetaria entre Estados Unidos y Europa?
R. No.
P. ?Pero no teme que ese crecimiento de Estados Unidos sea, al menos en parte, alimentado por el d¨¦ficit?
R. Hay elementos positivos y negativos de ambos lados del Atl¨¢ntico. Europa tiene problemas estructurales, y Estados Unidos se halla en una situaci¨®n de desequilibrio debida a una falta de ahorro muy importante, que habr¨¢ que corregir. Yo puedo decir que estamos de acuerdo sobre este diagn¨®stico de los dos lados del oc¨¦ano, cuando nos encontramos en el G 7/G 8.
P. Pero los norteamericanos no corrigen su d¨¦ficit. ?Lo hacen a prop¨®sito para debilitar el d¨®lar?
R. Los norteamericanos saben de sobra que tendr¨¢n que corregir su falta de ahorro y as¨ª lo dicen en los comunicados del G 7. Cada uno puede, evidentemente, hacerse la pregunta y formular su propio juicio sobre la rapidez y la eficacia con la que unos y otros corrigen sus respectivos problemas.
P. Seg¨²n las ¨²ltimas proyecciones del BCE no habr¨¢ descenso del paro en la zona euro antes de 2005. ?Habr¨ªan mantenido la misma pol¨ªtica monetaria desde hace un a?o si su misi¨®n fuera, como la de la Reserva Federal, asegurar el pleno empleo?
R. Mi colega norteamericano Alan Greenspan dice que la estabilidad de precios es una condici¨®n necesaria para un crecimiento sostenido y, por ello, tambi¨¦n para la creaci¨®n de empleo. Es un an¨¢lisis que todos los Gobiernos y los parlamentos europeos han compartido tras la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht. El problema viene de que la estabilidad de precios es condici¨®n necesaria del crecimiento y el empleo, pero por s¨ª sola no es suficiente. Los otros elementos de la pol¨ªtica econ¨®mica juegan tambi¨¦n un papel muy importante.
P. ?C¨®mo es posible tener una pol¨ªtica ¨²nica cuando la inflaci¨®n es diferente entre los pa¨ªses de la zona?
R. Desde el punto de vista de la pol¨ªtica monetaria, estamos en la misma situaci¨®n que la Reserva Federal, que constata diferencias de inflaci¨®n entre Ohio y Utah, por ejemplo, pero que debe tomar sus decisiones teniendo s¨®lo en cuenta la inflaci¨®n media de Estados Unidos. Lo que ha cambiado es que antes del euro ciertos indicadores -el valor de la moneda nacional en los mercados cambiarios, las variaciones de tipos de inter¨¦s en los mercados financieros- daban se?ales inmediatas si una u otra orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica amenazaba con crear dificultades a una econom¨ªa. Con el euro, los indicadores pertinentes y disponibles son los de la productividad, en particular la evoluci¨®n de los costes unitarios de producci¨®n. La comparaci¨®n de las cifras nacionales con la media de la zona euro permite medir si la competitividad de una econom¨ªa que participa en la moneda ¨²nica evoluciona paralelamente a nuestra gran econom¨ªa unificada de 306 millones de habitantes. Un alza demasiado grande de aquellos costes, indolora en lo inmediato, significa inflaci¨®n para el d¨ªa de ma?ana, menos competitividad y menos empleo.
P. ?C¨®mo hacer la Europa social?
R. Es una responsabilidad central de los Gobiernos, de los parlamentos y de los agentes sociales. Nuestra contribuci¨®n es importante: velar por la estabilidad de precios, lo que permite preservar el poder de compra, sobre todo para los que tienen menos, tener bajos tipos de inter¨¦s de mercado a medio y largo plazo y favorecer la creaci¨®n de empleo.
P. Las reformas estructurales son de corte liberal.
R. Usted mismo puede ver, por ejemplo en Irlanda y Holanda, o fuera de la zona euro pero con la misma pol¨ªtica monetaria que nosotros, en Dinamarca, c¨®mo las reformas estructurales aceptadas por todos los agentes sociales han permitido reducir considerablemente el paro de los j¨®venes. Y podr¨ªan hacerse grandes progresos en toda Europa generalizando unas reformas que han probado su valor en ciertos pa¨ªses europeos. Todos tenemos puntos fuertes y d¨¦biles. ?Por qu¨¦ no podemos emprender sistem¨¢ticamente el tipo de reformas nacionales que han sido eficaces en la creaci¨®n de empleo y que se basen en el consenso pol¨ªtico? Podr¨ªamos devolver la pelota preguntando a los dem¨¢s pa¨ªses por qu¨¦ no introducen esas mismas reformas.
P. El consenso social, la concertaci¨®n, ?ser¨ªan los criterios para las reformas?
R. Deber¨ªamos ser capaces de llegar a ese consenso. Y la prueba de ello es que ya se ha hecho en algunos pa¨ªses del coraz¨®n de Europa. Y perm¨ªtame una ¨²ltima palabra. Estamos mucho m¨¢s unidos de lo que decimos: con el euro hemos creado un destino en com¨²n.
Esta entrevista fue realizada por Adrien de Tricornot, Eric Le Boucher, Andrea Bonnani y Jos¨¦ Comas
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- Adjudicaci¨®n contratos
- Constituci¨®n Europea
- Jean-Claude Trichet
- Pacto estabilidad UE
- BCE
- Pol¨ªtica monetaria ¨²nica
- Contratos administrativos
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Derecho administrativo
- Uni¨®n Europea
- Organizaciones internacionales
- Gente
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Econom¨ªa
- Sociedad