El plan A no mezcl¨® con el B
A la selecci¨®n espa?ola le falt¨® nuevamente competitividad. No aprende a disputar el partido decisivo en ninguno de los torneos. Ya ocurri¨® con Clemente y tambi¨¦n con Camacho, dos seleccionadores muy intervencionistas, tanto, que a menudo se les responsabiliz¨® de excederse a la hora de meter mano en los partidos. Parec¨ªa que con S¨¢ez las cosas cambiar¨ªan a mejor y, sin embargo, han ido a peor. No s¨®lo porque ni siquiera se han alcanzado los cuartos de final sino porque la salida del equipo ha sido muy distinta a la protagonizada en la Eurocopa de B¨¦lgica y Holanda, recordada por el penalti fallado por Ra¨²l, o a la de Inglaterra, eliminaci¨®n especialmente dolorosa porque el equipo disput¨® un excelente partido en Wembley hasta que lleg¨® la temida tanda de penaltis. En el encuentro de ayer en Lisboa, en cambio, la selecci¨®n de Sa¨¦z tuvo un comportamiento futbol¨ªstico recriminable.
Quedar eliminada en un grupo formado por Rusia, Grecia y Portugal dice muy poco a favor de Espa?a, aunque la de ayer sea s¨®lo la segunda derrota del equipo de S¨¢ez, despu¨¦s de la encajada en La Romareda frente a Grecia, resultado que le llev¨® a la repesca contra Noruega. El partido de Oslo pareci¨® precisamente que marcaba un punto de inflexi¨®n en un equipo al que se empezaba a discutir seriamente. Espa?a protagoniz¨® entonces un excelente encuentro que invitaba a confiar en una nueva generaci¨®n de futbolistas. Xabi Alonso, Joaqu¨ªn, Vicente y Fernando Torres ofrec¨ªan garant¨ªas suficientes para afrontar el futuro a corto plazo sin recelos.
Ocurri¨® entonces que la selecci¨®n se dividi¨® de alguna manera en dos equipos que jugaban de forma diferente por no decir antag¨®nica. Sa¨¦z respondi¨® que no hab¨ªa que diferenciar entre titulares y suplentes sino entre el plan A y el plan B. El asunto consist¨ªa en poner de salida a los futbolistas m¨¢s capaces para madurar el partido, jugadores de orden y racionalidad, para despu¨¦s rematar el encuentro a partir del desequilibrio que propon¨ªan Valer¨®n, Fernando Torres y Xabi Alonso.
La propuesta de S¨¢ez funcion¨® a efectos de marcador contra Rusia. Frente a Grecia, sin embargo, se produjo un desencuentro entre la oferta del seleccionador y la opini¨®n de la cr¨ªtica. El t¨¦cnico vasco repiti¨® la alineaci¨®n y no pudo mantener el plan B porque se lesion¨® Etxeberria. A S¨¢ez quiz¨¢ le hubiera venido bien alternar jugadores frente a los griegos para despu¨¦s retomar el hilo contra Portugal. Llegados al partido decisivo, sin embargo, retoc¨® el equipo hasta el punto que el plan B pas¨® a ser el A para acabar en el C, que consisti¨® en renegar de uno y de otro e improvisar de forma alarmante.
La posibilidad de mezclar jugadores de uno y otro equipo sin llegar a la fractura no se ha dado, y el equipo ha tenido en cierta manera una doble personalidad, a veces simplificada en la presencia o en la ausencia de Valer¨®n. El ¨²nico punto en com¨²n entre ambos ha sido su escaso protagonismo en las dos ¨¢reas. Espa?a s¨®lo ha marcado dos goles en tres partidos y ha encajado justamente dos. A¨²n siendo un conjunto liviano, poco atl¨¦tico, no ha tenido un comportamiento fr¨¢gil, o cuanto menos la falta de poder¨ªo defensivo no ha resultado tan decisiva como el escaso acierto ante porter¨ªa, ni que sea por la falta de rivales con grandeza. La selecci¨®n espa?ola ha rematado muy poco y adem¨¢s ha tenido un comportamiento muy plano, sin picos, incapaz de romper pese a la gran variedad de recursos con los que ha contado.
En descargo de S¨¢ez, conviene recordar que ha debutado en la selecci¨®n absoluta en un gran torneo de la misma manera que Ra¨²l se ha estrenado como capit¨¢n. Uno y otro est¨¢n facultados para defender nuevamente su ideario despu¨¦s de un mal a?o, sobre todo por parte del delantero madridista, porque la federaci¨®n renov¨® de palabra el contrato del seleccionador. S¨¢ez se reserv¨®, en cualquier caso, la posibilidad de renunciar. Quiz¨¢, m¨¢s que record¨¢rselo, se impone preguntarle por su apuesta. Le vendr¨ªa bien combinar el plan A y el plan B sin crear la confusi¨®n final de anoche cuando Luque apareci¨® de extremo derecho con Torres y Morientes de delanteros centro. Lo nunca visto ni en uno solo de los entrenamientos tan convencionales que organiza S¨¢ez.
El seleccionador har¨ªa bien en posicionarse para que los jugadores no tengan la coartada de costumbre. No se puede acudir a la Eurocopa con la ¨²nica contrase?a de "el equipo y un lim¨®n", excesivo frente a la naturalidad que desprende la figura de S¨¢ez.
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