"Abu Ghraib nos ha hecho mucho da?o"
Nacida en Praga, Madeleine Albright, de 67 a?os, fue la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria de Estado de EE UU, durante el segundo mandato de Bill Clinton. Hoy, un presidente republicano gobierna EE UU y Albright lamenta la vuelta al unilateralismo y la precipitaci¨®n con la que George W. Bush se lanz¨® a invadir Irak. De visita en Madrid para presentar su autobiograf¨ªa, Memorias (Planeta), Albright recibe a EL PA?S. Durante la entrevista, la que tambi¨¦n fuera embajadora de EE UU ante la ONU, recibe la noticia de que un reh¨¦n surcoreano ha sido degollado en Irak.
Pregunta. Usted fue una firme defensora del multilateralismo. ?Cu¨¢les cree que son los principales peligros que entra?a el unilateralismo que ejerce el Gobierno de George W. Bush?
Respuesta. Los problemas del siglo XXI requieren cooperaci¨®n internacional. La Administraci¨®n de Bush mantiene que operan multilateralmente, y hasta cierto punto es verdad. El problema es que no emplean el multilateralismo desde el principio, y cuando lo necesitan, como ha sucedido con la ONU en Irak, ya es tarde, porque al no haber recurrido a ella, ha perdido parte de la autoridad que ten¨ªa.
P. ?En qu¨¦ estado est¨¢n las relaciones transatl¨¢nticas?
R. No est¨¢n en buen estado. Ha habido intentos por parte de Bush de mejorarlas, como el viaje a Normand¨ªa o la cumbre del G-8. Habr¨¢ que ver si hay un verdadero deseo de resolver las cuestiones juntos en la cumbre de la OTAN en Estambul
P. Arabia Saud¨ª es un aliado cada vez m¨¢s peligroso para EE UU. ?Puede Washington prescindir de esa alianza?
R. Los saud¨ªes nos han ayudado en algunas cosas, y en otras no. Es dif¨ªcil hablar de ellos. Hay que recordar que Bin Laden es un saud¨ª que lucha contra lo que ¨¦l considera una familia real occidentalizada y corrupta. Hay que presionarles para que luchen contra el terrorismo y que se produzcan reformas. Necesitamos su ayuda y ellos la nuestra. Se tienen que dar cuenta de que el terrorismo tambi¨¦n es un problema para ellos.
P. Usted defiende una mayor implicaci¨®n internacional en la posguerra iraqu¨ª. ?C¨®mo se debe concretar?
R. Es importante que la ocupaci¨®n no tenga un rostro ¨²nicamente americano. Queremos un Irak estable y seguro, y para eso hace falta la comunidad internacional. Ahora hay que estar all¨ª tanto los que estuvieron de acuerdo con la guerra como los que no.
P. ?Qu¨¦ le parece la decisi¨®n espa?ola de retirar las tropas?
R. Zapatero hizo una promesa electoral y yo admiro a los candidatos que cumplen sus promesas, pero tiene que darse cuenta de que las circunstancias en Irak han cambiado respecto al momento en que hizo la promesa.
P. Su familia huy¨® a EE UU en busca de democracia. ?Cree que los valores que su pa¨ªs de acogida defiende est¨¢n en peligro tras las torturas en Abu Ghraib?
R. La libertad y la democracia siguen siendo los valores de Am¨¦rica. Hay que investigar qu¨¦ pas¨® y castigar a los culpables. Abu Ghraib ha da?ado mucho la imagen de EE UU. Pero los que deg¨¹ellan tienen que tener cuidado con hacer juicios. Decapitar es asqueroso, y no est¨¢ justificado por lo que unos pocos estadounidenses hicieron. Hay que explicar que terrorismo es cuando se da?a a una persona inocente por motivos pol¨ªticos.
P. Usted defendi¨® la intervenci¨®n de la OTAN en los Balcanes. ?Cu¨¢ndo est¨¢ justificada una acci¨®n militar?
R. No hay una sola f¨®rmula. Pero tiene que servir para parar un genocidio o una limpieza ¨¦tnica y tiene que haber un cierto consenso como hubo en la OTAN con los Balcanes.
P. ?Lo hubo en Irak?
R. Podr¨ªa haberlo habido m¨¢s adelante, pero no lo hubo. Yo no estuve de acuerdo con esa guerra, porque pienso que hab¨ªa que haberse concentrado en Afganist¨¢n. Pero tambi¨¦n deber¨ªamos estudiar qu¨¦ se puede hacer con el Consejo de Seguridad para que cuando ¨¦ste act¨²e la gente no est¨¦ ya muerta. Entre Bush y Chirac lo paralizaron. Y no s¨®lo Bush es culpable. Chirac amenaz¨® con vetar todo, y las sanciones impuestas a Irak no funcionaron en parte por los intereses econ¨®micos de los franceses.
P. En su libro cuenta c¨®mo a principios de los ochenta EE UU arm¨® y entren¨® a los talibanes para luchar contra los sovi¨¦ticos. ?C¨®mo es posible que nadie en la Casa Blanca se diera cuenta del peligro que supon¨ªan esos nuevos aliados?
R. Fue una gran victoria para los rusos invadir Afganist¨¢n en 1979. Para nosotros era importante castigarles. Los muyahidin eran simplemente los guerrilleros que luchaban contra los rusos. No supimos comprender lo que supon¨ªa apoyar a esa gente, porque entre ellos se encontraba Bin Laden. En aquel momento, lo importante era echar a los rusos.
P. Esto sucede en un contexto en el que la estrategia de EE UU era apoyar a los pa¨ªses ¨¢rabes moderados, y los talibanes no defend¨ªan precisamente los valores democr¨¢ticos...
R. No sab¨ªamos lo suficiente sobre ellos. Pr¨¢cticamente s¨®lo sab¨ªamos que luchaban contra el comunismo y est¨¢bamos en la guerra fr¨ªa. Adem¨¢s, los talibanes ofrec¨ªan un orden legal, promov¨ªan la ley y el orden frente al caos que reinaba en Afganist¨¢n.
P. ?Qu¨¦ cambios prev¨¦ en la pol¨ªtica exterior estadounidense si Kerry gana las elecciones?
R. Habr¨¢ que ver cu¨¢l es la situaci¨®n en el mundo en noviembre, pero desde luego supondr¨ªa una nueva manera de relacionarse con el mundo. Kerry desarrollar¨¢ una labor diplom¨¢tica m¨¢s intensa y dar¨¢ m¨¢s importancia al sistema internacional, recurrir¨¢ m¨¢s al multilateralismo.
P. ?Se unir¨¢ EE UU a la Corte Penal Internacional (CPI), al Protocolo de Kioto y a otras iniciativas internacionales?
R. Se trabajar¨¢ m¨¢s en el conflicto israelo-palestino, en Latinoam¨¦rica y en ciertas partes de Asia. Tambi¨¦n se abordar¨¢ la necesidad de un nuevo sistema de control de proliferaci¨®n de armas nucleares. La CPI tampoco fue una cuesti¨®n f¨¢cil para Clinton, pero desde luego habr¨¢ un mayor impulso de las cuestiones ambientales.
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