Puerto
A ver si nos aclaramos. Si el Gobierno de Espa?a se pone a trabajar con diligencia para la Copa del Am¨¦rica y da prioridad a los proyectos que pueden asegurar su ¨¦xito en 2007, resulta que "bloquea" o "estrangula" el futuro del puerto de Valencia. As¨ª lo han proclamado con vehemencia ciertas fuerzas (demasiado) vivas y toda la derecha medi¨¢tica a una voz. ?Estrangular? ?Bloquear? ?Qu¨¦ futuro del puerto? Parece que el Ejecutivo socialista ha puesto boca arriba las cartas de un juego ama?ado a espaldas de la sociedad. Vamos, que aplazar la construcci¨®n de un t¨²nel subterr¨¢neo para acabar m¨¢s pronto las obras del canal que permitir¨¢ el acceso a la d¨¢rsena interior de las embarcaciones participantes en la regata y reorientar la bocana de entrada hacia el sur, como recomienda el sentido t¨¦cnico m¨¢s elemental, frustra una ampliaci¨®n de las instalaciones portuarias camuflada tras las velas de la centenaria competici¨®n. ?Y si los planes del puerto llegaran a estrangular el futuro de la ciudad? ?Cu¨¢l de nuestras fuerzas (demasiado) vivas se indignar¨ªa primero de perder la playa de la Malva-rosa? ?Qui¨¦n entre los hooligans medi¨¢ticos clamar¨ªa m¨¢s enf¨¢ticamente contra las consecuencias de la voracidad? ?No merece la ciudadan¨ªa un debate a la luz p¨²blica sobre la pretensi¨®n del puerto de colonizar, no s¨®lo todo el litoral del sur hasta el nuevo cauce del Turia, incluyendo el llorado vecindario de La Punta, sino tambi¨¦n hacia el norte, no se sabe a costa de qu¨¦ paisajes y de qu¨¦ paisanajes esta vez? Visto desde la ciudad, casi todo es penoso en la gesti¨®n de la Copa del Am¨¦rica: una alcaldesa y un consejero de la Generalitat que se van con las manos vac¨ªas a pedir 1.600 millones de euros en Madrid; una Autoridad Portuaria que hab¨ªa convertido la regata en el caballo de Troya de una ampliaci¨®n; una carta en la manga para, si llegaba el caso, urbanizar un par de muelles del puerto; un poder pol¨ªtico local manifiestamente incapaz; un poder auton¨®mico consentidor, y unas fuerzas demasiado vivas a la hora de confundir el progreso con el negocio y el tejido urbano con un solar. Desde luego, el panorama invita a echarse a la bebida o a ponerse a llorar.
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