Moneo crea con su ampliaci¨®n del Prado un nuevo eje entre Vel¨¢zquez y el claustro
"La obra se terminar¨¢ alg¨²n d¨ªa de la primavera que viene", afirma el arquitecto
El arquitecto Rafael Moneo (Tudela, Navarra, 1937) plantea su ampliaci¨®n del Museo del Prado como un eje transversal desde los cuadros de Vel¨¢zquez al claustro de la iglesia de los Jer¨®nimos, en la parte posterior del edificio longitudinal de Juan de Villanueva que contiene el museo desde 1819 en la l¨ªnea del paseo del Prado. El arquitecto explic¨® ayer el estado de las obras en un recorrido con m¨¢s de un centenar de estudiantes como clausura de un curso de verano organizado por la Universidad Complutense de Madrid y la Fundaci¨®n Amigos del Museo del Prado.
La lecci¨®n de Rafael Moneo en el curso El pasado desde el futuro. Hacia el nuevo Museo del Prado sobre las arquitecturas a?adidas en los siglos XIX y XX a la obra de Villanueva se complet¨® ayer con una visita de hora y media a las obras de la ampliaci¨®n que, a espaldas del museo, se desarrollan en el claustro de los Jer¨®nimos y en la zona subterr¨¢nea de enlace con el edificio Villanueva a trav¨¦s de la bas¨ªlica proyectada por el arquitecto ilustrado.
El concurso de la ampliaci¨®n de 1996, ganado por Moneo (no quiso entrar en lo que llam¨® "un relato de aventuras"), plante¨® en el proyecto un componente transversal desde lo que Villanueva llam¨® bas¨ªlica, de la que s¨®lo lleg¨® a ver construidas las ventanas bajas, frente al desarrollo longitudinal entre el Jard¨ªn Bot¨¢nico y la calle de Felipe IV. "La bas¨ªlica era una pieza potent¨ªsima", explic¨® Moneo en unos planos que reflejan las distintas intervenciones en la zona realizadas por arquitectos como Pascual y Colomer, Jare?o, Arb¨®s, Muguruza y Chueca y Lorente.
La bas¨ªlica (sin el sal¨®n de actos construido en 1982) ser¨¢ el vest¨ªbulo de entrada a las colecciones y el paso desde la puerta Vel¨¢zquez, como una nueva v¨ªa de entrada, a la distribuci¨®n de servicios (taquillas, informaci¨®n, cafeter¨ªa, tienda) y el acceso al auditorio con capacidad para 500 personas y las escaleras mec¨¢nicas que conducen a las plantas de las exposiciones temporales y el claustro. La ampliaci¨®n a?ade 20.000 metros cuadrados a los 30.000 que tiene el Prado.
Esta zona de servicios entre el muro de la calle de Ruiz de Alarc¨®n y el muro del museo se plante¨® al principio como una cu?a acristalada y con una cubierta muy ligera. Fue una de las cr¨ªticas que llevaron a un ajuste del proyecto (que Moneo consider¨® "beneficioso") para transformarse en una terraza que ser¨¢ enriquecida con parterres. El espacio verde, que se extiende hacia el Jard¨ªn Bot¨¢nico, ha obligado a construir una estructura de columnas que atraviesan "como agujas chinas" la parte de las instalaciones, y el forjado se apoya sobre la pared del museo, ¨²nico punto de contacto de los dos conjuntos.
Moneo aporta una narraci¨®n entre Vel¨¢zquez y el claustro que avanza desde el espacio de recepci¨®n a trav¨¦s de dos galer¨ªas que entran en el museo. Hacia el claustro se avanza por escaleras mec¨¢nicas a las exposiciones temporales, que se comunican con un montacargas desde el s¨®tano de almacenes, que enlazan con los pabellones exteriores, dedicados a instalaciones t¨¦cnicas y sala de lectura, colocada en principio en el claustro, y al almac¨¦n del museo. Las medidas del claustro, de 25 ¡Á 25 metros, iluminan a trav¨¦s de una torre de vidrio en el centro las salas de exposiciones temporales, que aportan 1.200 metros cuadrados. Moneo explic¨® con detalle "la complejidad de las obras", con la cercan¨ªa de la iglesia y el museo siempre abierto, y recorri¨® todos los espacios hasta la reposici¨®n del claustro, los talleres y la fachada de ladrillo y piedra. "Las obras terminar¨¢n alg¨²n d¨ªa de la primavera que viene", dijo Moneo, un a?o despu¨¦s del calendario del Gobierno del PP.
Con casco y panam¨¢
Rafael Moneo se puso un casco blanco para entrar a las obras del Prado por la zona de Goya, uno de los accesos a la ampliaci¨®n del claustro de los Jer¨®nimos. Ya en la primera parada y ante los planos se descubri¨® y se qued¨® como los cursillistas asistentes a sus explicaciones, entre los que se encontraba el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa. Los estudiantes y periodistas llevaban s¨®lo los cascos en los o¨ªdos para escuchar los comentarios del arquitecto mientras se recorr¨ªan las obras durante el tiempo de descanso a mediod¨ªa de los trabajadores. A trav¨¦s de los auriculares se pod¨ªan seguir los comentarios sobre los espacios de la visita desde el denso grupo o las filas por las escaleras. Tambi¨¦n llegaban los saludos m¨¢s personales de Moneo cuando descubr¨ªa alg¨²n conocido, a los que preguntaba su opini¨®n. En varias ocasiones se colaron comentarios como "va bastante atrasado", "noto menos los cambios porque vengo todos los d¨ªas". Moneo puso entusiasmo y verdad durante el recorrido. "Es un proyecto no provocador, respetuoso, con dificultades de obra. Me interesa que la gente entienda el proyecto con conocimiento". Al despedirse se puso un sombrero panam¨¢ y dijo que las obras terminar¨¢n la pr¨®xima primavera. Se pensaba abrir con una muestra del retrato (de Goya a Picasso), que en octubre se har¨¢ en el Prado.
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