'Okupaci¨®n' es palabra femenina
Un grupo de mujeres gestiona desde hace ocho a?os el centro social La Eskalera Karakola, en Lavapi¨¦s
Madrid
El centro social feminista La Eskalera Karakola (www.sindominio.net/karakola) lleva m¨¢s de siete a?os sobreviviendo en un edificio okupado del n¨²mero 40 de la calle de Embajadores, en pleno barrio de Lavapi¨¦s. Cada d¨ªa, un grupo de mujeres que tienen en com¨²n "la precariedad laboral" quita el candado a la puerta del inmueble desde el que pretenden ofrecer un espacio social gestionado por ellas mismas. Sacan tiempo de donde pueden para organizar talleres, charlas, conferencias y encuentros sobre pol¨ªticas feministas.
La ocupaci¨®n de la casa tuvo lugar en noviembre de 1996 y por f¨¦minas procedentes del movimiento okupa, del lesbianismo y del movimiento feminista. "Eramos mujeres que ten¨ªamos ganas de estar con otras mujeres. Al principio, ten¨ªamos roces con otros okupas por el hecho de ser un proyecto de mujeres", explican las okupas, que forman parte del colectivo Red de Lavapi¨¦s y de la red europea Next Genderation. "Todas tenemos en com¨²n nuestra precariedad, aunque somos teleoperadoras, arquitectas, traductoras, profesoras...", explican.
El local se mantiene con la venta de camisetas o la celebraci¨®n de fiestas
El inmueble que ocupan, una antigua tahona en estado de ruina, no est¨¢ habilitado para vivir. En ¨¦l se re¨²nen una vez a la semana las participantes de La Eskalera Karakola en asamblea y tambi¨¦n acoge, de vez en cuando, a otros colectivos como el antimilitarista Mujeres en negro o al Colectivo de Mujeres Urbanistas. Las chicas se han encargado de hacer un archivo sobre la historia del edificio y sus antiguos ocupantes.
Ahora, una sombra se cierne sobre este peculiar proyecto, ya que los actuales due?os del edificio amenazan con desalojar a las mujeres. El propietario las denunci¨® por ocupaci¨®n indebida en enero de este a?o. El juicio ten¨ªa que haberse celebrado el pasado mes de mayo, pero de momento la denuncia est¨¢ "congelada", seg¨²n explican las mujeres, en espera de encontrar una soluci¨®n que no sea el paso de los juzgados.
La opci¨®n que barajan las okupas y con la que, en un principio, estar¨ªan de acuerdo los propietarios del viejo inmueble, es que el Ayuntamiento de Madrid se haga cargo del edificio, lo rehabilite y se lo entregue despu¨¦s para poder continuar con el centro social. "Adem¨¢s, la ley dice que si la propiedad no cuida el edificio, como ocurre con este caso, tiene que haber expropiaci¨®n", argumentan las mujeres.
Las okupas se reunieron recientemente con la concejal de Urbanismo, Pilar Mart¨ªnez. "Se mostr¨® encantada con el proyecto y nos dijo que La Eskalera Karakola era un centro necesario en Lavapi¨¦s, pero no puso nada concreto sobre la mesa. Hubo muchas buenas palabras, pero nada m¨¢s", admiten.
Ya en el a?o 2002, la Gerencia de Urbanismo tuvo que reforzar la estructura para garantizar la seguridad del edificio. En los siete a?os y medio transcurridos desde la puesta en marcha del proyecto de la Eskalera Karakola, nunca hasta ahora ha habido una denuncia por parte de los vecinos o de los propietarios contra la okupaci¨®n. La casa, que llevaba m¨¢s de 20 a?os abandonada antes de ser okupada, fue parcialmente rehabilitada por las okupas en 1999 para evitar el derrumbe y acondicionar algunos espacios. Las obras se hicieron gracias a un campo de trabajo feminista. Mujeres de 17 pa¨ªses ayudaron a apuntalar muros, pintar vigas o revisar la instalaci¨®n el¨¦ctrica bajo la supervisi¨®n de un grupo de arquitectas.
Las participantes en el centro social tienen un proyecto de rehabilitaci¨®n hecho por ellas mismas. "Queremos una reforma que incorpore el dise?o que hemos hecho nosotras, que el usuario del centro sea alguien que ha participado activamente en el mismo", dicen.
El centro se financia con la venta de camisetas o la celebraci¨®n de fiestas. Adem¨¢s, los domingos por la ma?ana La Eskalera tiene un bar abierto al p¨²blico. El trabajo en La Eskalera se divide por proyectos: el grupo denominado Ret¨®ricas del G¨¦nero trabaja sobre sexualidad; otro grupo de participantes habla y discute sobre el barrio de Lavapi¨¦s; otro sobre consumo biol¨®gico y otro participa en el laboratorio fotogr¨¢fico. "La Eskalera es un proyecto abierto; la gente entra y sale de los grupos. Nos gustar¨ªa que participasen m¨¢s las mujeres mayores del barrio", explica Cristina, una de las okupas.
En la Eskalera Karakola no quieren o¨ªr hablar de desalojo, como les ha ocurrido a sus compa?eros okupas del Laboratorio. "Llevamos muchos a?os luchando por esto y es una idea que ni se nos pasa por la cabeza", concluyen.
Pero las okupas de La Escalera no son las ¨²nicas del edificio. La Biblio (www.sindominio.net /labiblio), que ahora ocupa un espacio cedido por Karakola, es un proyecto de biblioteca social que lleva diez a?os en Lavapi¨¦s y cuyo objetivo "es dar soporte y facilitar de manera autogestionada la difusi¨®n del pensamiento cr¨ªtico y antagonista al orden establecido".
Estos okupas intentan que en su biblioteca "haya libros que no se encuentran en las bibliotecas p¨²blicas por tener un discurso cr¨ªtico, por estar autoeditados o por otras causas que hacen que no entren en los patrones culturales dominantes".
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