'1.280 almas', de Jim Thompson
EL PA?S ofrece ma?ana, lunes, por 1 euro, una obra maestra de quien fue tambi¨¦n guionista de Stanley Kubrick
Cuando James Mayers Thompson (1906, Anadarko, Oklahoma) escribi¨® esta novela, en 1964, hac¨ªa ya mucho tiempo que hab¨ªa dejado atr¨¢s sus espor¨¢dicos trabajos como cocinero, guardia de seguridad o pe¨®n en pozos de petr¨®leo, y se puede decir que hab¨ªa triunfado en el terreno de la literatura y el cine. Hac¨ªa veinticinco a?os que hab¨ªa publicado su primera novela y siete que hab¨ªa colaborado como guionista con Stanley Kubrick en los guiones de The killing (Atraco perfecto) y Paths of glory (Senderos de gloria).
En 1981, Pop. 1.280 (1.280 almas que por alguna extra?a raz¨®n, en Francia se titul¨® 1.275 ?mes) fue llevada al cine por Bertrand Tavernier con Philip Noiret en el papel de Nick Cosey y ambientada en la Argelia colonial.
La genialidad de esta obra est¨¢ en el tono bobalic¨®n del protagonista
Se trata indiscutiblemente de una obra maestra.
La novela negra, como toda novela de g¨¦nero, es un juego que se crea a partir de la complicidad del lector y el autor. El lector sabe exactamente lo que quiere y lo que busca en ella, y el autor tiene la obligaci¨®n de ofrec¨¦rselo bajo el compromiso de sorprender y causar la sensaci¨®n de que por primera vez se describen determinadas situaciones y se reflexiona sobre ellas.
En ¨¦sta la genialidad est¨¢ en ese tono bobalic¨®n del protagonista, primera persona, que al primer golpe de vista parece imb¨¦cil, luego resulta simple, m¨¢s tarde ingenua, a continuaci¨®n original, desconcertante y, de pronto, se nos revela como inquietantemente astuta. El tono de un texto mentiroso que nos refiere una vida sexual desastrosa mientras la describe maravillosa, un texto que cuenta unos cr¨ªmenes que parecen casuales, inevitables, casi accidentales, al mismo tiempo que nos permite pensar que tal vez haya en ellos m¨¢s premeditaci¨®n y alevos¨ªa de lo que parece.
Como buena novela negra, ¨¦sta denuncia limit¨¢ndose a exponer unos hechos. El mundo es as¨ª, sin necesidad de discursos panfletarios ni partidistas. Incluso podemos compartir la voz del observador menos objetivo, advertidos por ¨¦l mismo de que es un embustero impenitente, y disfrutar del placer de ir percibiendo la verdad terrible que se nos describe en segundo t¨¦rmino, oculta bajo una sarta de mentiras contadas con un sentido del humor perverso y desternillante.
Novela ambientada en el a?o 1917 (como nos hace pensar el comentario del protagonista "?Qu¨¦ opina usted de los bolcheviques esos? ?Cree usted que derrocar¨¢n al zar?", aunque tambi¨¦n podr¨ªa ser una broma, un gui?o para demostrar cu¨¢n lejos est¨¢n, tanto ¨¦l como su pueblo, de la realidad del mundo) se convierte as¨ª en una reflexi¨®n no s¨®lo del qui¨¦n son los Estados Unidos sino tambi¨¦n del de d¨®nde vienen.
Con frecuencia se dice que la novela negra es una hija directa del western. Yo me atrever¨ªa a decir que es hija del western y la novela enigma. Aceptada esta premisa, 1.280 almas ser¨ªa una obra puente entre los dos g¨¦neros. El representante de la ley nos habla de un mundo sin ley donde, naturalmente, un comisario no puede ser m¨¢s que "una nulidad".
Dice: "Lo ¨²nico que hab¨ªa hecho en mi vida era trabajar de comisario. Era todo cuanto pod¨ªa hacer. Lo que es otra forma de decir que todo cuanto pod¨ªa hacer se reduc¨ªa a cero. ?ltimamente hab¨ªa empezado a sospechar que la gente esperaba que hiciera algo m¨¢s que sonre¨ªr, bromear y mirar a otra parte".
Cuando el sujeto, que as¨ª se expresa, empieza a temer por la conservaci¨®n de su puesto de trabajo, cuando sospecha que peligran sus copiosos y exagerados desayunos, sus largas siestas y sus rid¨ªculos devaneos sexuales, decidir¨¢ pasar a la acci¨®n. Y nadie puede prever lo que significa pasar a la acci¨®n en esta feria, una de cuyas atracciones m¨¢s divertidas consiste en tirar pelotas a la jeta de un negro que asoma por un agujero.
Y, en medio de la acci¨®n, algunas reflexiones que se fingen superficiales y c¨ªnicas y tienen la profundidad de sentencias de muerte.
"A veces pienso que quiz¨¢ sea ¨¦sa la causa de que no progresemos tanto como en otras partes de la naci¨®n. La gente pierde tantas horas de trabajo linchando a los dem¨¢s y gasta tanto dinero en sogas, gasolina, emborracharse por anticipado y otros menesteres necesarios, que queda muy poco para fines pr¨¢cticos".
Una vez m¨¢s, Jim Thompson nos describe desde un punto de vista nada heroico esa m¨ªtica Norteam¨¦rica de los pioneros que tomaron una tierra al asalto dispuestos a despellejar a quien les disputara un cent¨ªmetro de terreno, los que no dudaron en exterminar a una raza para instalarse en su lugar, los que recurren a los t¨¦rminos de ejecutivos, agresivos y competentes para referirse a una nueva estirpe de vencedores subidos en un podio de cabezas humanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.