De pandereta y casta?uelas

En medio de la ola de calor, llega otra ola de dimisi¨®n. La meteorolog¨ªa es imprevisible, la pol¨ªtica, tampoco. El hecho de que Jos¨¦ Vicente Villaescusa presentara su dimisi¨®n al presidente Camps, ?es un acto volitivo o una intemperancia del efecto bochorno aliado con el mercurio? De bochorno s¨ª es el modelo de televisi¨®n auton¨®mica y su deficitaria gesti¨®n, cada d¨ªa m¨¢s insoportable: 553 millones de euros de deuda. Ocho a?os al frente de RTVV, en los tiempos que corren, son muchos a?os, casi una era o una edad o una servidumbre. Pero como el cronista no cree en las apariciones marianas ni en los caminos de Damasco, apuesta porque Villaescusa ha ahuecado el ala tocado por el s¨ªndrome de un zaplanismo en plenitud de decadencia. Pero Villaescusa, a cambio, gana la paz de un museo decimon¨®nico, que es tanto como ganar un espacio para la meditaci¨®n est¨¦tica y el prop¨®sito de enmienda: los pecados no es necesario ni enunciarlos. Son tan p¨²blicos como notorios. Lesiones en el concepto de una televisi¨®n p¨²blica de calidad, para CC OO y UGT, y ausencia letal en el ente de la imparcialidad y pluralismo informativo, en opini¨®n tan certera como exigente de la Uni¨® de Periodistes. Esos, sin contar las manipulaciones que han denunciado y siguen denunciado los partidos de la oposici¨®n. Oposici¨®n que razonablemente quiere conocer las explicaciones de esta renuncia. Y en ello andan. Los socialistas han pedido que se convoque la Diputaci¨®n Permanente de las Cortes, con objeto de que el portavoz del PP, Alejandro Font de Mora, proceda a dar cuenta de el porqu¨¦ y el c¨®mo, es decir, en qu¨¦ situaci¨®n queda el ente y cu¨¢l es su futuro, eso si tiene futuro. Por su parte, EU, por medio de su coordinadora Gl¨°ria Marcos, representante en el consejo de administraci¨®n de RTVV, abunda en que con Villaescusa, se debe despedir todo el equipo de direcci¨®n, tanto de TVV como de R¨¤dio 9. En este invento pasa como en los ordenatas cuando te lo devoran los bichos infiltrados -y bien que lo sabe ahora el cronista-, que hay que proceder dr¨¢sticamente, formatear de nuevo y limpiar el disco duro, ni un rinc¨®n sin barrer, para evitar que se oculte en alg¨²n pliegue de un documento, de un archivo, de un mail, un gusano, un virus o un esp¨ªa, dicho sea con el respeto que se merezca cada quien, y siempre apa?ando lo presente y lo pasado, que ya es tela. Y si no que se lo cuenten a Enric Morera, secretario general del Bloc, convencido de que la dimisi¨®n de Villaescusa es el fruto -o uno de los frutos- del choque entre Camps y Zaplana, dentro de las querellas intestinas del PPCV, por el poder y por el control "del principal instrumento de manipulaci¨®n informativa, todav¨ªa en manos del ex presidente Eduardo Zaplana y codiciado por su sucesor".

A prop¨®sito de Zaplana, ?qu¨¦ hay del presunto "pelotazo" inmobiliario cerca de Terra M¨ªtica, de una empresa participada por familiares del ex presidente? Para que no haya nadie bajo sospecha -que lo hay y c¨®mo- nada mejor que una comisi¨®n parlamentaria que investigue este tan s¨®rdido, maloliente y grueso asunto, como han exigido los socialistas. Rafael Maluenda, portavoz adjunto del PPCV, no aclar¨® nada. Alg¨²n conservador, ?Font de Mora?, afirm¨® que la propuesta era de pandereta. Puede. Pero la respuesta es de casta?uelas.