El 'Titanic' atraca en Barcelona
Una gran exposici¨®n sobre el malhadado nav¨ªo, con objetos aut¨¦nticos, recala en el Museo Mar¨ªtimo
"De haber sabido que todo iba a salir tan bien hubiese tra¨ªdo a Anna conmigo", escribi¨® el pasajero de tercera clase del Titanic Carl Roberts poco antes del naufragio. El suyo es uno de los testimonios -desde luego no el m¨¢s clarividente- que figuran en la estupenda exposici¨®n, indispensable para mit¨®manos, sobre la tragedia del legendario y malhadado transatl¨¢ntico que ocupa desde ayer y hasta el 10 de octubre 1.700 metros cuadrados del Museo Mar¨ªtimo de Barcelona. Recorrerla es toda una experiencia: se accede -no sin un escalofr¨ªo- por una recreaci¨®n del portal¨®n de embarque del Titanic y al final, tras innumerables dramas (1.523 muertos, entre ellos un catal¨¢n, de los 2.208 pasajeros y tripulantes a bordo) y de descubrir cosas tan alucinantes como que el encargado de dar la noticia mundial del hundimiento fue un tal capit¨¢n... ?Haddock!, uno puede reponerse un poco en la nutrida secci¨®n de merchandising adquiriendo una gorra con el nombre del nav¨ªo, que hace muy marinero.
La exhibici¨®n incluye objetos aut¨¦nticos recuperados del Titanic (a¨²n quedan muchas cosas dentro, all¨¢ abajo), pertenencias de los ahogados (se recuperaron 306 cuerpos) y de los supervivientes, fotograf¨ªas, los 10 ¨²nicos minutos de filmaci¨®n que se conocen del barco, cartas, documentos (la ¨²nica lista oficial de pasajeros original), la reconstrucci¨®n escenogr¨¢fica de un pasillo de la zona de camarotes (es todo un pasatiempo moverse por ella imaginando que el barco se hunde y uno es, salvando las distancias, Leonardo di Caprio) y de tres de ¨¦stos, uno de cada categor¨ªa, as¨ª como de la famosa gran escalinata de proa (hay un trocito de la real). Se muestran tambi¨¦n maquetas: la m¨¢s grande y una que reproduce el estado actual del buque a casi 4.000 metros de profundidad en el Atl¨¢ntico norte, donde los t¨¦cnicos creen que durar¨¢ unos 50 a?os m¨¢s. Hay asimismo planos y una recreaci¨®n virtual de c¨®mo se produjo la colisi¨®n con el iceberg aquel infausto 13 de abril de 1912. Un dispositivo permite experimentar el fr¨ªo que sufrieron los n¨¢ufragos que fueron a parar a las heladas aguas.
Entre las piezas sensacionales figuran el catalejo del primer oficial, el heroico William Murdoch (que muri¨®) -su sobrina paseaba ayer por la exposici¨®n-, una hamaca de la cubierta de primera clase que qued¨® flotando, un trozo de carb¨®n de las calderas recuperado en 2000 por un robot submarino del equipo de Ballard, platos de la vajilla original de primera clase, el anillo de una pasajera sueca hallado en un bote salvavidas, las botitas de una ni?a superviviente y su manta, y el medall¨®n de Edgard, el mayordomo de los Widenen. La visita, con auriculares, requiere casi dos horas.
La exposici¨®n itinerante Titanic the exhibition la ha producido la empresa Titanic Centenary 2012 Ltd., dedicada a la gesti¨®n de la memoria hist¨®rica de la tragedia. A Barcelona ha llegado, seg¨²n su director, Jes¨²s Ferreiro, en su mayor dimensi¨®n despu¨¦s de la que se despleg¨® en Las Vegas. Ferreiro explic¨® que se quiere que a partir de 2012, con motivo del centenario del hundimiento, la exposici¨®n se radique en una ciudad (en una r¨¦plica en tierra del Titanic que contar¨ªa tambi¨¦n con hotel y restaurantes), proyecto para el que desde ahora es candidata tambi¨¦n Barcelona (junto a Nueva York, Liverpool, Par¨ªs y Madrid).
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