Enigmas oxonienses
Mart¨ªnez (Bah¨ªa Blanca, Argentina, 1962), doctor en matem¨¢tica adem¨¢s de autor de ficci¨®n, tiene un libro sobre Borges y la matem¨¢tica y ha declarado que su novela es tributaria de la inclinaci¨®n de ¨¦ste por las paradojas y los enigmas. Pero la principal referencia borgeana es m¨¢s lateral: est¨¢ en la colecci¨®n S¨¦ptimo C¨ªrculo de novela policiaca, que Borges y Bioy Casares dirigieron, para la porte?a editorial Emec¨¦, entre mediados de los cuarenta y los cincuenta. All¨ª aparecieron las primeras traducciones de los grandes autores ingleses del g¨¦nero, como Michel Innes, Nicholas Blake o John Dickson Carr. Buena parte de ellos eran egresados y profesores de Oxford, desde donde cultivaban el g¨¦nero policiaco paralelamente a su prestigiosa actividad en la alta literatura.
LOS CR?MENES DE OXFORD
Guillermo Mart¨ªnez
Destino. Barcelona, 2004
212 p¨¢ginas. 17 euros
Nicholas Blake, por ejemplo, autor del gran cl¨¢sico La bestia debe morir (1938), era el seud¨®nimo del poeta laureado Cecil Day Lewis. A?os despu¨¦s el policial negro norteamericano arras¨®, y la novela cl¨¢sica inglesa de resoluci¨®n de enigmas, con una clara matriz l¨®gica, qued¨® muy relegada. Mart¨ªnez la retoma en esta novela en la que un joven matem¨¢tico argentino, becario en Oxford, colabora con una eminencia de la l¨®gica, Arthur Seldom, en el intento de resolver una serie de cr¨ªmenes. Como corresponde a un policial cl¨¢sico, hay un suficiente n¨²mero de sospechosos y adem¨¢s la novela tiene dos finales: la aparente soluci¨®n del caso y el ulterior desvelamiento de lo que de verdad sucedi¨®. Mart¨ªnez tiene suficiente destreza en el manejo de la relojer¨ªa del g¨¦nero, pero, tambi¨¦n, una no menor ingenuidad en la forma ambiciosa de abordar el enigma. La asimilaci¨®n de las series matem¨¢ticas y los cr¨ªmenes en serie abre el camino a un aluvi¨®n de referencias prestigiosas, en el que entran la conjetura de Fermat, el teorema de la incompletud de G?del y el principio de indeterminaci¨®n de Heisenberg, la serie de Fibonaccilas y las meditaciones l¨®gicas de Witgenstein. No es casualidad que, dado el ¨¦xito comercial que obtuvo el libro en Argentina, los periodistas suelan preguntar a Mart¨ªnez acerca de su relaci¨®n con f¨®rmulas de mercadotecnia literaria del tipo de El c¨®digo Da Vinci o El club Dante; ni lo es que ¨¦l muestre una visible impaciencia ante la pregunta. Porque Los cr¨ªmenes de Oxford recorre los caminos trillados entre abstracci¨®n cient¨ªfica y el sudor literario, haciendo rodeos oportunistas por los misterios de la secta pitag¨®rica y otros brillos de la cultura media, en lugar de explorar atajos m¨¢s sutiles e interesantes, como sol¨ªan hacer aquellos maestros oxonianos de los que esta novela deriva.
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