El pintor Carlos de Paz muestra la lucha entre figuraci¨®n y abstracci¨®n de sus ¨²ltimos trabajos
El artista vallisoletano expone sus creaciones m¨¢s recientes en la galer¨ªa Kur de San Sebasti¨¢n
El pintor Carlos de Paz (Valladolid, 1964) ha dejado atr¨¢s los paisajes estelares, las historias "muy bien elaboradas y compuestas". Sus ¨²ltimos trabajos son "m¨¢s terrenales", son composiciones "bastante atrevidas y dif¨ªciles", en las que existe un pulso entre la abstracci¨®n y la representaci¨®n y donde la figura humana, siempre una imagen fotogr¨¢fica, es una constante. El artista castellano, que nunca antes hab¨ªa expuesto en el Pa¨ªs Vasco, muestra una parte de sus creaciones m¨¢s recientes en la galer¨ªa Kur (Avenida de La Zurriola, 6) de San Sebasti¨¢n. All¨ª estar¨¢n hasta el 25 de agosto.
Carlos de Paz es de los que opina que "hay que evolucionar, aunque sea para atr¨¢s". "No hay que autocopiarse. No hay que saturar demasiado las series", sostiene. Con esta filosof¨ªa, el pintor vallisoletano abandon¨® su etapa anterior, centrada en los paisajes estelares, y se zambull¨® en un proyecto art¨ªstico en el que siempre aparece un personaje, generalmente femenino, recortado de peri¨®dicos y revistas e integrado en el cuadro mediante la t¨¦cnica del collage. Un proyecto pict¨®rico en el que hay "una lucha muy importante entre la figuraci¨®n y la abstracci¨®n", apunta.
El personaje funciona en los cuadros de Carlos de Paz "a nivel conceptual", pues pl¨¢sticamente est¨¢ casi anulado, parece un brochazo m¨¢s, en una escena de atrevidas composiciones y colores. Es de peque?o tama?o y est¨¢ despose¨ªdo de la caracter¨ªstica m¨¢s humana: la cabeza, de la que salen l¨ªneas de color. "L¨ªneas en unos casos muy l¨ªricas y muy bellas, caminos de luz. Y, en otros, l¨ªneas que dan la impresi¨®n de que el personaje est¨¢ bastante torturado", explica el pintor.
De Paz, que incorpora a su trabajo la cr¨ªtica social, la iron¨ªa y el sentido del humor, presenta una buena parte de los seres humanos de sus cuadros como "personajes en la cuerda floja". Las figuras femeninas, seg¨²n indica, se puedenleer como una denuncia de la opresi¨®n de la mujer o, por el contrario, como una insinuaci¨®n de su erotismo, de su coqueter¨ªa.
En este juego, el artista da importancia incluso a la forma de colgar los cuadros, que conforman un todo y mantienen un di¨¢logo formal y crom¨¢tico entre ellos. Por ejemplo, entre la veintena de obras que exhibe en Kur, sit¨²a un cuadro de formato grande con figura femenina junto a otro de peque?o tama?o en el que aparece uno de los pocos personajes masculinos, que, por su ubicaci¨®n, parece estar colgado de las nubes.
Los t¨ªtulos de las pinturas nunca son cerrados. "Quedan abiertos para que el espectador pueda crearse su propia obra", comenta De Paz, quien, tras muchos a?os sin titular sus cuadros, ha empezado ¨²ltimamente a bautizarlos "por facilitar" el encuentro con quien los contempla y porque est¨¢ interesado en "una historia m¨¢s po¨¦tica".
Esta historia, como subraya el pintor, pasa por composiciones "bastante atrevidas y muy dif¨ªciles", en las que "una sola gota al escurrir un brochazo puede hacer que un cuadro no se caiga". Ese mismo esp¨ªritu osado se refleja en la gama de colores, que se mezclan en fuertes contrastes y est¨¢n relacionados con los personajes, seg¨²n indica el artista, quien se estrena este verano en Euskadi. Su trabajo reciente se podr¨¢ contemplar a partir de oto?o en la exposici¨®n itinerante que desde finales del pasado a?o recorre Castilla y Le¨®n. Viajar¨¢ adem¨¢s a Miami y Costa Rica.
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