Piedras con 5.000 a?os de historia

A primera vista ninguno llama la atenci¨®n. Los peque?os pueblos de Hu¨¦rcal de Almer¨ªa, Viator, Pechina, Benahadux, Rioja, G¨¢dor y Santa Fe de Mond¨²jar que conforman la comarca del Bajo Andarax atesoran, en silencio, un pasado esplendoroso venido a menos con el devenir de los siglos. Lejos queda ya el pasado de Pechina como el puerto almeriense que alberg¨® una vez a marineros espa?oles, musulmanes y moz¨¢rabes, ¨¢rabes y bereberes como lugar de refugio all¨¢ por el siglo XI. Tambi¨¦n pasa desapercibida la fruct¨ªfera agricultura de c¨ªtricos de anta?o en torno al r¨ªo y cuyo m¨¢ximo apogeo se vivi¨® a mitad del siglo pasado. Esta huerta, que vive ahora los estertores de su esplendor, lucha ya impotente contra la omnipresencia de los invernaderos que han llegado a la ribera del r¨ªo.

A pesar de todo, el Bajo Andarax imanta al visitante con una luz in¨¦dita que destella mil y un reflejos entre el valle del Andarax y las escarpadas monta?as de las sierras de G¨¢dor y Alhamilla, que limitan con el mismo desierto. Visitar los siete pueblos en una sola jornada implica una apretada agenda. Benahadux, equidistante entre todos, sirve de punto de partida. En el recorrido hacia el yacimiento prehist¨®rico de Los Millares, en Santa Fe de Mond¨²jar, una parada en el museo de r¨¦plicas de Benahadux puede servir para calentar motores sobre la cultura arg¨¢rica y la de Los Millares, con todas las t¨¦cnicas empleadas en la confecci¨®n de enseres y armas hace 5.000 a?os.

Pocos viajeros conocen que para visitar el museo -casi siempre cerrado- basta con ir al ayuntamiento y dar aviso. En direcci¨®n hacia Santa Fe y justo a 1,5 kil¨®metros del municipio aparece el m¨¢s importante de los yacimientos europeos de la Edad del Cobre, en una meseta en forma de espol¨®n entre el r¨ªo Andarax y la rambla de Hu¨¦char. A la pareja salmantina formada por Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez (55 a?os) y Adelina Gallego (42) no les ha costado trabajo localizar el yacimiento. Era una visita ansiada que incluso les ha supuesto dos viajes a la comarca desde Aguadulce, donde pasan unos d¨ªas de descanso. "Vinimos el lunes pero estaba cerrado. Y como nos fascina tanto hemos decidido venir a verlo hoy. A m¨ª me encanta todo esto. Es un paisaje precioso con un contraste de la vegetaci¨®n de la huerta y las monta?as tan agrestes. Es realmente bonito", describe Adelina.

Es f¨¢cil que la visita a Los Millares se prolongue hora y media. Su extenso poblado estaba protegido por cuatro l¨ªneas de murallas y una decena de fortines avanzados de los que quedan importantes restos. Los hombres de Los Millares (2700-1800 a.C.) contaban entonces con un r¨ªo navegable y con un medio f¨ªsico menos ¨¢rido que el actual, con campos f¨¦rtiles para el cultivo y abundante caza. Acabada la visita es recomendable echar una ojeada al puente de ferrocarril de la l¨ªnea Linares-Almer¨ªa sobre el caser¨ªo de Santa Fe de Mond¨²jar, de finales del siglo XIX y convertido hoy en acceso por carretera para el pueblo. Tambi¨¦n merece la pena la torre nazar¨ª de los siglos XIII-XV a la entrada del pueblo. Al deshacer el camino la parada en G¨¢dor debe incluir la iglesia parroquial de la Virgen del Rosario, un magn¨ªfico ejemplo neocl¨¢sico con pervivencias barrocas de finales del siglo XVII.