Chaves, reelegido por cuarta vez en Andaluc¨ªa con el 99,6% de los votos
Hace 10 a?os, Manuel Chaves fue elegido por primera vez secretario general del PSOE de Andaluc¨ªa con el 64% de los votos y ayer los socialistas lo designaron para un cuarto mandato casi con el 99,6%, una unanimidad in¨¦dita en los congresos de este partido en cualquier circunstancia pol¨ªtica. Los delegados puestos en pie dedicaron un prolongado aplauso a la persona que tambi¨¦n revalid¨® hace algo m¨¢s tres meses una nueva victoria electoral con mayor¨ªa absoluta, tras 22 a?os ininterrumpidos de Gobiernos socialistas.
El respaldo conseguido por Chaves, que hace una semana cumpli¨® 59 a?os, tiene a¨²n m¨¢s relevancia por cuanto es la primera vez que en el PSOE de Andaluc¨ªa se aplica un sistema de elecci¨®n en votaci¨®n individual y secreta, separado del grueso de la ejecutiva, donde siempre es m¨¢s dif¨ªcil contentar a todos.
De los 570 delegados acreditados, 535 acudieron a la urna: 533 lo hicieron a favor y dos en blanco, lo que representa el 0,38% del total como se encarg¨® de subrayar con una amplia sonrisa el presidente de la mesa del congreso, Francisco ?lvarez de la Chica. El 99,6% logrado supera al que consigui¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el 36? Congreso Federal, celebrado a principios de mes.
M¨¢ximo respaldo
?ste es el mayor apoyo obtenido por el l¨ªder socialista en las cuatro veces que ha aspirado a la secretar¨ªa general. En 1994, la direcci¨®n que encabez¨® Chaves sac¨® el 64% de los votos; en 1997, el 90%; y en 2001, el 79,2%.
Los delegados puestos en pie dedicaron una ovaci¨®n al presidente andaluz que tuvo que subir a la tribuna del plenario de Palacio de Congresos de Granada para devolver con besos tirados al aire el reconocimiento de su partido. Cuando volvi¨® a su asiento, primero intercambi¨® gestos de complicidad con el secretario de Organizaci¨®n, Luis Pizarro -el segundo protagonista del c¨®nclave socialista andaluz-, y luego estamp¨® dos besos a su esposa, Antonia Iborra.
Con este resultado en el bolsillo, Chaves inici¨® ya avanzada la tarde los contactos formales con los jefes de las ocho delegaciones para formar una ejecutiva. Como desde el primer d¨ªa del congreso, el principal escollo era el encaje de la agrupaci¨®n de Sevilla, cuyos dirigentes hicieron grandes esfuerzos para hacer creer que no iban a plantear ninguna exigencia y en dar a entender desde primera hora que todo iba como la seda. "Lo que nos pida Chaves se lo daremos", dec¨ªan portavoces de la ejecutiva, en un cambio de posici¨®n evidente que obedec¨ªa no a un s¨²bito arrepentimiento, sino m¨¢s bien al tajante mensaje que Pizarro le transmiti¨® a Jos¨¦ Caballos en una reuni¨®n previa. Chaves, vino a decir el secretario de Organizaci¨®n, no va a aceptar imposiciones, contar¨¢ con aquellos que quiera contar y Sevilla tendr¨¢ la "oportunidad" de proponer nombres, "pero el que dispone es el secretario general".
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