Que Aznar se explique
Si la comparecencia de Aznar ante la comisi¨®n parlamentaria del 11-M estaba sobradamente justificada, se ha convertido en una necesidad ineludible. Hasta ahora ten¨ªa inter¨¦s conocer su relato como jefe del Gobierno sobre lo que ocurri¨® antes del 11-M y entre ese d¨ªa fat¨ªdico y el domingo de las elecciones. Pero desde el pasado viernes debe una clara explicaci¨®n sobre los papeles del CNI que, seg¨²n ha afirmado, est¨¢n en su poder.
Puede ocurrir que un ex presidente del Gobierno, al salir de La Moncloa, se lleve en un descuido m¨¢s o menos voluntario alg¨²n papel indebido mezclado con sus documentos personales (Clinton se llev¨® en la mudanza un sof¨¢ que tuvo que restituir a la Casa Blanca). Pero apropiarse de documentos secretos que le fueron remitidos en raz¨®n de su cargo es una infracci¨®n de las normas legales y de seguridad, que pone de manifiesto una concepci¨®n patrimonialista del Estado, como ha denunciado Gaspar Llamazares. Poco importa a estos efectos que ¨¦l fuera en su d¨ªa el ¨²nico destinatario de tales informes. Mantenerlos en su poder despu¨¦s de abandonar el cargo pone en peligro la seguridad nacional, pues pueden ser robados, extraviados o filtrados interesadamente a medios de comunicaci¨®n, como ya ha ocurrido en el caso que nos ocupa.
Por todas estas razones es preocupante que tales papeles no aparezcan en los archivos de La Moncloa o, en su caso, en los registros de documentos destruidos. Si Aznar los tiene, deber¨ªa devolverlos al CNI o a la Presidencia del Gobierno para su destrucci¨®n. Y en caso contrario, explicar qu¨¦ pas¨® con ellos. Espa?a no da imagen de seriedad con este vodevil de documentos secretos, que aparecen y desaparecen, luego se filtran, y finalmente ponen en peligro la cooperaci¨®n internacional en la lucha contra el crimen organizado, y en particular contra los diversos grupos terroristas.
Hay indicios razonables de que Aznar, si su afirmaci¨®n radiof¨®nica es exacta y no simplemente un alarde provocador, puede haber contravenido diversos art¨ªculos del C¨®digo Penal o de la Ley de Secretos Oficiales. Es imprescindible que se aclare el destino de tales documentos y que los restituya en el caso de que los tenga en su poder, como ha declarado. En definitiva, debe preservarse el principio de legalidad. Aznar tiene una primera oportunidad para demostrar su buena disposici¨®n, mediante una respuesta adecuada y correcta a la carta del actual director del CNI, Alberto Saiz, en la que le pide aclaraciones. Pero la segunda oportunidad se la debe proporcionar la comisi¨®n parlamentaria convoc¨¢ndole con la m¨¢xima urgencia. No har¨ªa otra cosa que satisfacer la disposici¨®n manifestada por el propio Aznar a trav¨¦s de Rajoy.
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