Alternativa sangrienta
No puede haber toro m¨¢s deslucido y complicado para una alternativa como el que tuvo Bol¨ªvar. Y peligroso. El acochinado de Montalvo, casta?o, hondo y bien armado, empuj¨® con fuerzas y entrega en varas y derrib¨® en la primera. Hasta ah¨ª, todo m¨¢s o menos normal. Pero en banderillas dijo qui¨¦n era y sus intenciones. Ni un pase pudo dar el nuevo matador. A la espera de cazar, el morlaco midi¨® siempre a Bol¨ªvar, como queriendo estudiar la segura forma de cogerlo. Listo y cobarde, esper¨® a que el colombiano se echase a matar. Y, ah¨ª, no perdon¨®. Con Bol¨ªvar en el suelo, el toro persigui¨® con sa?a a su presa. Y si en el embroque ya lo hab¨ªa herido en el pecho, en la arena, pese a los esfuerzos del torero por hacerse el quite ¨¦l mismo, le peg¨® la segunda cornada en la pierna.
Montalvo, Valdefresno / Juli, Jim¨¦nez, Bol¨ªvar
Tres toros de Montalvo y 4?, 5? y 6?, de Valdefresno; bien presentados. El Juli: tres pinchazos y casi entera (silencio); media tendida trasera y ca¨ªda (silencio). En el que mat¨® por Bol¨ªvar dos pinchazos y descabello (silencio). C¨¦sar Jim¨¦nez: media muy baja (oreja); pinchazo, entera desprendida y perpendicular -aviso- y un descabello (oreja protestada). Luis Bol¨ªvar, que tomaba la alternativa: media, saliendo cogido, y descabello final de El Juli. Enfermer¨ªa: Luis Bol¨ªvar fue asistido de dos cornadas. Una en el t¨®rax en la regi¨®n anterior, por debajo de la clav¨ªcula izquierda, que penetra en cavidad tor¨¢cica por el tercer espacio intercostal. La segunda la sufre en la cara interna de la pierna derecha, tercio superior, de 10 cent¨ªmetros, con dos trayectorias. Pron¨®stico grave. Plaza de Valencia, 24 de julio. 8? de feria. Casi tres cuartos de entrada.
Un canto al tercio de quite en el tercero de la tarde. Tres hizo C¨¦sar Jim¨¦nez, a saber: lances a pies juntos, faroles invertidos y chicuelinas. Dos por parte de El Juli: primero, gaoneras, luego una espaldina de inicio y el remate de un farol de rodillas. Clamor en la plaza, vivido con la sorpresa natural desde el tendido. Lo nunca visto, pensar¨ªan algunos. Despu¨¦s, con el toro tan apagado como noble, Jim¨¦nez justific¨® una faena que no tom¨® vuelo, pero que fue celebrada.
La especial habilidad de C¨¦sar Jim¨¦nez para llegar a la gente tom¨® cuerpo en el quinto. No escatim¨® recursos. Parado y cansino el de Valdefresno, no fue obst¨¢culo para que Jim¨¦nez desarrollara su abanico de habilidades. Primero esper¨® al toro de rodillas, en el mismo platillo. Ya de pie, se tom¨® las necesarias ventajas para que el continente fuera mayor que el contenido. A favor de corriente, todo lo contrario que El Juli, ech¨® de efectismos para envolver con celof¨¢n faena de poca chicha. Mas sus resortes son infalibles para engatusar al p¨²blico.
Se petrific¨® el segundo de la tarde y tampoco quiso muleta. El oficio de El Juli fue infructuoso y de nada sirvi¨®. Tampoco fructific¨® el buen pulso de El Juli con el derrengado cuarto. Ni el p¨²blico tuvo paciencia y le protest¨® su esfuerzo est¨¦ril.
La lluvia sorprendi¨® en el sexto. Otro de Valdefresno que tampoco aport¨® nada. El Juli tuvo el bonito gesto de brindarlo a la cuadrilla de Bol¨ªvar. A medio gas el astado, parado y protest¨®n, tampoco le dej¨® al madrile?o desarrollar. Su asomo de ilusi¨®n al principio de faena qued¨® pronto cercenado. Acab¨® muy metido con el toro, lo que produjo la primera reacci¨®n del p¨²blico a su favor en toda la tarde.
Descalabrada en el reconocimiento, la corrida anunciada de Santiago Domecq fue remendada con toros de Montalvo y Valdefresno, tres y tres. Los primeros, grandes y ofensivos. Los otros tres correctos, aunque menos aparentes. Los dos primeros, peligrosos. El tercero salt¨® manejable. Los de Valdefresno, vac¨ªos de todo.
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