Empataron los tres
Los jandilla y los de El Puerto lidiados en la tarde de ayer en igual n¨²mero, demostraron a las claras el producto estrella que persiguen los taurinos para la nueva versi¨®n de las corridas de toros: toritos, que no toros, justos de fuerza, de presencia y de casta. Animales dotados de una amabilidad absoluta, que los referidos denominan nobleza. Toros de carril para pegapases con carn¨¦ de artistas. Ideales para practicar el toreo con los amigos.
La primera de las seis bicocas le correspondi¨® a El Fandi. A Fandi no le hace falta torear para triunfar. Quiz¨¢ por eso no toree. De ¨¦l se esperan las banderillas. No desperdicia el capote para calentar y la muleta para mantener la pasi¨®n que sus pares causan en los tendidos. Con la primera tira de variedad hubo chicuelinas, navarras, gaoneras, largas cambiadas. Todo menos la imprescindible ver¨®nica. Ya con los palos no importa que se ajuste, que coloque a cabeza pasada. Es lo mismo. Sus portentosas facultades f¨ªsicas para corretear a sus oponentes, ahora delante, ahora detr¨¢s, cazan al espectador dej¨¢ndole ensimismado. Con la franela, si es enganchado en exceso o sus series cantan mucho por estar el maestro despegado y abusando demasiado del pico, lo remedia rodilla en tierra. A nada que entierre la espada, la cosa est¨¢ hecha. Acert¨® con el primero y fall¨® con el segundo. Una oreja.
Jandilla / Fandi, Jim¨¦nez, Tejela
Tres toros de Jandilla, y otros tres del Puerto de San Lorenzo. Blandos y nobles. El Fandi: estocada (oreja); estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y vuelta). C¨¦sar Jim¨¦nez: estocada ca¨ªda (silencio); bajonazo (oreja). Mat¨ªas Tejela: estocada ca¨ªda (oreja); pinchazo, estocada (ovaci¨®n). Plaza de toros de Santander, 27 de julio. 5? de feria. Lleno.
Oportunidad fallida
C¨¦sar Jim¨¦nez tampoco tore¨®. No porque no pudiera; le sali¨® un primor de animal: bondadoso, zalamero. Lo ten¨ªa todo. Le tropezaba y le ped¨ªa perd¨®n. A su manera, claro. Se le fue al desolladero con los ap¨¦ndices. Preocupado m¨¢s de cuadrar la figura que de realizar la labor para la que le hab¨ªan contratado, despreci¨® una oportunidad ¨²nica para haber interpretado el toreo. En el quinto, quiz¨¢ espoleado por sus compa?eros de cartel, aprovech¨® ya de salida con ver¨®nicas rodilla en tierra y remate con media en la misma postura que levantaron a la plaza. La nobleza y calidad del animal iba a permitir esta vez demostrar la torer¨ªa que lleva dentro. Con un espectacular pase cambiado por la espalda sigui¨® por ambos pitones dejando series con hondura y desmayo. Esta vez la unanimidad fue plena: oreja.
En Mat¨ªas Tejela ten¨ªan puestos los ojos los aficionados. No defraud¨®. Su primero, el de menos fuerza del encierro, dej¨® patente su firma con ayudados, trincherillas y magn¨ªficos pases de pecho con los que remat¨® las series. Su toreo lleg¨® con facilidad al tendido. Tras una certera estocada le concedieron una oreja. En el que cerr¨® plaza, el manso del festejo, se entreg¨® en pos de la puerta grande. La soser¨ªa del animal le impidi¨® tal prop¨®sito.
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