Los cambios en el Consell
Podr¨ªa ocurrir que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, proceda a reajustar el Consell antes de que se publiquen estas l¨ªneas. En los cen¨¢culos pol¨ªticos -muy desguarnecidos estos d¨ªas, por cierto- abundan las conjeturas acerca de la crisis presuntamente inminente. Es un comadreo muy propio del est¨ªo e id¨®neo para practicar la pol¨ªtica recreativa, que en esta ocasi¨®n parece avivado por la formalizaci¨®n del ingreso de Rafael Blasco en las filas del PP, tan clamorosamente acogido en los medios. No vemos qu¨¦ relaci¨®n pueda haber entre este episodio y los cambios en el Ejecutivo, pero es indudable que ha agitado los corrillos partidarios y asimilados.
Aunque el presidente no ha soltado prenda, que sepamos, se percibe una notable coincidencia en punto a algunos de los relevos, como son los de Industria y Agricultura. A estas dos consejer¨ªas -o, mejor dicho, a sus titulares- ha debido de tocarles la bola negra, pues raramente se apuesta por su continuidad. Se arguye que ambos arrastran dos dem¨¦ritos: uno, el patrocinio zaplanista, si bien eso se obvia reorientando la fidelidad personal; y dos, la inoperancia de esos departamentos, lo que s¨ª es m¨¢s dif¨ªcil de enmendar a la vista de los problemas sectoriales que se agudizan. Para consuelo de los aludidos, tiempo han tenido para familiarizarse con la destituci¨®n.
El portavoz del Gobierno es otro de los que aparece tocado del ala y se aducen al respecto algunos errores cometidos por su vehemencia. Eso y la conveniencia de innovar la imagen que proyecte el Consell en la nueva etapa pol¨ªtica a partir del oto?o, cuando ha de percibirse la impronta del presidente No es impensable que se opere un simple intercambio de carteras y veamos a Alejandro Font de Mora al frente de Cultura, Educaci¨®n y Ciencia, y a Esteban Gonz¨¢lez Pons, liberado de la docencia y de los artistas, exhibiendo su sonrisa dentr¨ªfica ante la cofrad¨ªa medi¨¢tica.
De cuajar esta ¨²ltima hip¨®tesis, el hoy zar de la Avenida de Campanar, decimos de Gonz¨¢lez Pons, deber¨¢ disciplinar sus caprichos y ejercitar m¨¢s la cortes¨ªa. Sin que con ello queramos cuestionar aqu¨ª su pol¨ªtica cultural -en el supuesto de que haya concluido el desguace de la que se encontr¨® y dise?ado otra distinta-, lo bien cierto es que ha sido enojosa, por no decir indignante, la forma de cancelar la relaci¨®n y los compromisos contra¨ªdos con Irene Papas, Bigas Luna o Jos¨¦ Vidal Beneyto. Personajes estelares a quienes, sin raz¨®n alguna, se les ha dado con la puerta en las narices. No es ¨¦sa la mejor credencial para dar y cuidar el mensaje del Ejecutivo emergente.
Es imaginable que el lector se cuestione el destino del responsable de Econom¨ªa y Hacienda, siendo as¨ª que en esa parcela est¨¢ el origen de las mayores aflicciones de este Gobierno auton¨®mico. Aqu¨ª, el ¨²nico recambio posible habr¨ªa de ser el situar a un alarife -bonito sin¨®nimo de alba?il- para tapar agujeros insondables que leg¨® la pol¨ªtica m¨ªtica. No es previsible, pues, que nadie ofrezca recetas mejores que Gerardo Camps, su titular actual. Otra cosa muy distinta es la suerte que pueda correr Alicia de Miguel, que muchos la dan por amortizada cuando nadie puede negar la excelente gesti¨®n que est¨¢ desarrollando al frente de Bienestar Social. Su infortunio -por el que no apostamos- ser¨ªa consecuencia de las trapisondas partidarias, no de su aptitud y eficiencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.