El 'jazzman' Albert Sanz: "Hace falta que vengan m¨²sicos a buscarse la vida"
Albert Sanz y los once dedos es la apuesta del Instituto Valenciano de M¨²sica en el IV Festival de Jazz de X¨¤bia, que empieza esta noche en la Pista de atletismo del Frenichal. Con un pie en Nueva York y otro en Valencia, Sanz, con 26 a?os, ha reunido una banda para afrontar un reto que suene a jazz contempor¨¢neo sin perder la l¨ªrica del tradicional. Con dudas sobre d¨®nde residir, espera que Valencia se convierta en un lugar donde los jazzmen "vengan a buscarse la vida".
?Algui¨¦n podr¨ªa pensar que un m¨²sico de jazz no encontrar¨ªa trabajo f¨¢cilmente en Nueva York, una ciudad imaginada como un espacio repleto de antros oscuros hechos para esta m¨²sica? "All¨ª el trabajo escasea. Y, adem¨¢s, se paga menos que aqu¨ª", mantiene Albert Sanz, quien con 21 a?os gan¨® el premio de la SGAE Tete Montoliu al pianista revelaci¨®n y cuyo primer disco, Des d'aqu¨ª, fue considerado el mejor del a?o por la revista Cuadernos de Jazz.
En Nueva York hay mucha competencia entre m¨²sicos, "el p¨²blico no va tanto a los locales y no hay tanta oportunidad de tocar para el p¨²blico como aqu¨ª", explica t¨ªmido este joven valor del nuevo jazz espa?ol. En Espa?a y, concretamente, en la Comunidad Valenciana "hay cada vez m¨¢s festivales para tocar, aunque quiz¨¢ s¨®lo se concentren en verano". Lo bueno de Nueva York, comenta, es la comunidad musical: "La gente lo que quiere es tocar y s¨®lo est¨¢ para eso, se desviven por la m¨²sica. Es una ciudad de paso en ese sentido".
Y eso es lo que le falta a Valencia: "Hace falta que vengan m¨²sicos a buscarse la vida", locales ajenos al circuito de festivales. Que vengan m¨²sicos de fuera y apuesten por Valencia como van a Madrid o Barcelona, es algo que ya ocurri¨® en los a?os 80, pero no cuaj¨® el cruce de influencias y el jazz valenciano se mantuvo con un tradicionalismo, seg¨²n expertos, que todav¨ªa se siente, pese a la aparici¨®n de grupos como Sedajazz, con varios componentes entre Los once dedos.
De momento, Sanz confiesa estar algo nervioso. Ayer fue el primer ensayo del concierto del pr¨®ximo lunes. En la capilla de la Sapiencia de la antigua Universidad, afilan instrumentos y se preparan para coordinar m¨¢s de media docena de canciones "que no tienen que ver con un estilo determinado, podr¨ªan ser canciones instrumentales, con bastante melod¨ªa", apunta Sanz, que se alivia al escuchar por primera vez una de las trompas. Tras su concierto, grabar¨¢n un disco con el Instituto de M¨²sica. Pero para ir abriendo boca, el grupo New York Voices inaugura el festival esta noche a las once.
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