Peri¨®dicos de uniforme
Los enunciados grandilocuentes rara vez satisfacen las expectativas suscitadas por su t¨ªtulo. Menos a¨²n en trabajos breves, donde la pretensi¨®n de abarcar demasiado suele conducir a simplificaciones excesivas. Eso sucede en parte en el libro La ocupaci¨®n, subtitulado 'Informaci¨®n y guerra: un nuevo totalitarismo mundial', del veterano periodista argentino Osvaldo Tcherkaski, donde se pretende analizar el efecto devastador que las megacorporaciones informativas, con su uniformizaci¨®n de los modos de ver y actuar y su capacidad para imponer determinadas versiones de los acontecimientos, tienen sobre la percepci¨®n de la realidad por el conjunto de los ciudadanos. El viejo tema de la informaci¨®n como mercanc¨ªa es contemplado aqu¨ª b¨¢sicamente a prop¨®sito de la conmoci¨®n del 11-S en Estados Unidos y la posterior guerra de Irak, y su reflejo en peri¨®dicos y televisiones, sobre todo estadounidenses. En esta primera y principal parte de la obra, el bienintencionado libro de Tcherkaski se resiente de una acumulaci¨®n de juicios de valor y de un cierto estilo b¨ªblico, altitonante. Probablemente inevitables ambos cuando se trata de hacer encajar el significado de un nutrido repertorio de titulares y fragmentos noticiosos de los principales peri¨®dicos internacionales -hay una fijaci¨®n con The New York Times- con las contundentes tesis previas del autor.
LA OCUPACI?N
Osvaldo Tcherkaski
Adriana Hidalgo
Buenos Aires, 2004
292 p¨¢ginas. 10,52 euros
Siendo como es evidente el argumento de que los conglomerados informativos globales arrasan la capacidad de discernimiento del p¨²blico, se echa de menos cierta sutileza en la disecci¨®n del fen¨®meno. Parece poco razonable negar que el periodismo, inmerso en una crisis de credibilidad, tiende a constituirse en una industria que vende mercanc¨ªas como cualquier otra. Pero un lector medio, no convencido previamente de la bondad de los planteamientos de La ocupaci¨®n, agradecer¨ªa un aparato metodol¨®gico m¨¢s elaborado y menos doctrinario, que fuera m¨¢s all¨¢ de esa aludida selecci¨®n de frases y titulares destinados a encajar como piezas de convicci¨®n en las proposiciones del autor. Y tambi¨¦n un estilo menos propenso a la exageraci¨®n ("cuando la mayor parte del territorio afgano ya hab¨ªa sido vitrificado...") y a los t¨¦rminos peyorativos, en la l¨ªnea acreditada de algunos manuales izquierdistas en desuso. Si en esta parte fundamental el texto se resiente adem¨¢s de su car¨¢cter fragmentario y la alternancia a veces cabal¨ªstica de fechas y situaciones, el libro gana en precisi¨®n y humildad cuando se centra en Argentina, mercado al que evidentemente est¨¢ destinado. Sucede en torno a su segunda mitad, al tratar la desinformaci¨®n descendiendo a la narraci¨®n de acontecimientos que el autor conoce bien. Aqu¨ª, el discurso de Tcherkaski se capotiza, se remansa y se hace felizmente m¨¢s literario. Y cobra convicci¨®n precisamente al perder de vista la necesidad de adjetivar o categorizar cada acontecimiento, cita o declaraci¨®n.
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