Degustar el simple hecho de vivir
Vivir en el presente. Qu¨¦ dif¨ªcil termin¨® pareci¨¦ndole la propuesta. Durante todo el d¨ªa descubri¨® a su mente volviendo atr¨¢s, buscando excusas para justificar su actualidad, reproch¨¢ndose lo que hab¨ªa hecho en el pasado o simplemente regode¨¢ndose con el sufrimiento de otro tiempo.
Marta se dio cuenta de las muchas veces que se atascaba en alguna de las trampas que ella misma hab¨ªa puesto en su camino Necesitaba dar un paso m¨¢s a favor de su calidad de vida.
Esa noche, en el rect¨¢ngulo de palabrasalacarta.com, anot¨®:
DISFRUTAR DE LA VIDA
...El verano se asocia muy frecuentemente a la posibilidad de disfrutar por un tiempo de las bendiciones de la vida: el sol, las vacaciones, la familia, el merecido descanso despu¨¦s de todo un a?o de duro trabajo... casi nadie asocia la palabra "disfrutar" con su antecesora ling¨¹¨ªstica la m¨¢s popular "fruto". Disfrutar significa, aun desde su origen, aprender a tomar del ¨¢rbol de la vida cotidiana sus m¨¢s preciados frutos y paladearlos.
Disfrutar significa, aun desde su origen, aprender a tomar del ¨¢rbol de la vida cotidiana sus m¨¢s preciados frutos y paladearlos
Saborear cada cosa, cada momento, alegre o triste, extraordinario o cotidiano, siempre intensamente. Degustar el simple hecho de vivir.
Qu¨¦ est¨²pido ser¨ªa tomarse el trabajo de plantar un ¨¢rbol, sostenerlo, cuidarlo y ayudarlo a crecer grande, fuerte, apetitoso y tentador para despu¨¦s, por apuro, por distracci¨®n, por miedo o por culpa, no tomar de sus frutos para deleitarse con sus sabores. Qu¨¦ tonto ser¨ªa tomarse el trabajo de hacer crecer frutos sabiendo que uno nunca los comer¨¢ ni planea dejarlos para que otros coman.
Es triste hablar con gente que cuenta que nada les llama la atenci¨®n, nada los excita, nada los apena demasiado ni les da demasiado placer...
Si contin¨²o con la met¨¢fora del ¨¢rbol, como la vida que cada uno construye y los frutos como los resultados de todo ese trabajo, me doy cuenta de que muchos son los que se han pasado toda la vida preparando la tierra, aireando el terreno, comprando abonos y fertilizantes, viajando para buscar semillas m¨¢s y m¨¢s sofisticadas, plantines de los m¨¢s raros y tutores muy espec¨ªficos... y no disfrutan de la cosecha.
Hay personas que han gastado fortunas en el plan de riego y han dedicado un tiempo y un esfuerzo incalculables para conseguir hacer crecer esos ¨¢rboles, sacrificando todo para verlos grandes y fuertes... y ahora, cuando se encuentran con los frutos al alcance de sus manos, prontos para ser saboreados, en ese preciso momento no pueden, no saben o no se animan a disfrutar de ellos.
Hombres y mujeres que parecen ignorar que en gran medida lo que le da sentido a la siembra es la posibilidad y la decisi¨®n de disfrutar de la cosecha o el placer de poder compartirla con los dem¨¢s.
El viejo maestro lloraba desconsoladamente sentado en el suelo.
El disc¨ªpulo le pregunt¨® qu¨¦ le ocurr¨ªa y el anciano le dijo:
-Sin darme cuenta he perdido una joya inigualable. Se trata de un brillante de valor incalculable enmarcado entre veinticuatro piedras preciosas, a cual m¨¢s hermosa, y alrededor de cada una de ellas, sesenta peque?os diamantes irreemplazables.
-Te comprendo, yo no s¨¦ si podr¨ªa soportar la p¨¦rdida de tama?a joya -dijo el disc¨ªpulo-, pero me sorprendes... siempre pens¨¦ que las cosas materiales no te importaban en absoluto...
-T¨² no entiendes -dijo el maestro poni¨¦ndose de pie-. La joya que he perdido es un d¨ªa de mi vida.
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