Las zozobras de Moussambani
El nadador ecuatoguineano ve peligrar su presencia en Grecia por motivos burocr¨¢ticos
Fue una de las estrellas de los Juegos de Sidney 2000, aunque no precisamente por la potencia de sus brazos y piernas o por su habilidad para sincronizar las manos y los pies en el Aquatic Center de la ciudad australiana, famoso por facilitar r¨¦cords del mundo. Eric Moussambani, un guineano de por entonces 22 a?os y que s¨®lo se zambull¨ªa en las aguas desde enero de 2000, ocho meses antes del inicio del acontecimiento deportivo, se hizo famoso en la ¨²nica serie que nad¨®, la misma en la que m¨¢s de un espectador sufri¨® pensando que nunca llegar¨ªa a salvar la distancia, los 100 metros libres. Los surc¨® en poco menos de dos minutos, una marca hist¨®rica, igual que la plusmarca mundial, 47,84s, alcanzada unos d¨ªas despu¨¦s por el holand¨¦s Pieter van den Hoogenband en el mismo escenario.
Oriundo de Malabo, la capital del peque?o Estado que Teodoro Obiang domina con mano de hierro y en el que s¨®lo se contabilizan dos piscinas, Moussambani se gan¨® el ir¨®nico sobrenombre de La Anguila en aquellos Juegos. L¨¢stima que con toda probabilidad no pueda repetir la experiencia en Atenas. "Estaba en Espa?a y me pidieron que regresara a mi pa¨ªs. Ahora van y me dicen que a mi pasaporte le falta la fotograf¨ªa", se desespera el velocista africano. Si nada lo evita, un error administrativo -no es el primer error de Malabo que padece Moussambani, que ya tuvo que rechazar una beca de la Universidad estadounidense de Wisconsin para estudiar inform¨¢tica- del comit¨¦ ecuatoguineano le privar¨¢ de volver a ganarse el respeto del p¨²blico que acuda a las instalaciones del complejo de OAKA.
Una injusticia para el forofo que, tras su actuaci¨®n en Sidney, pag¨® 2.551 d¨®lares en una subasta por sus gafas acu¨¢ticas, un dinero excesivo si se recuerda que casi no se sumergieron en el agua: nad¨® con brazadas de perrito y la cabeza fuera. Estilo que no impidi¨® que firmara un contrato por un a?o con Speedo narrando su historia en una gira por todo el mundo: "Aunque lo que yo quer¨ªa era ganar y prepararme para Atenas".
Cuando el contrato se acab¨®, Moussambani sigui¨® empecinado en su carrera, ejercit¨¢ndose en una piscina de 20 metros de largo y sin calles marcadas. Se entren¨® tan a conciencia que rebaj¨® en un minuto su marca australiana, pensando en repetir en Grecia la gesta y los d¨®lares de Australia. Su presencia pende de un hilo, pero ¨¦l lo tiene claro: "All¨ª la gente me espera".
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