Arabia Feliz
Tolomeo llam¨®, cien a?os antes de Cristo, Arabia Feliz a una parte de la zona asi¨¢tica que consideraba privilegiada: la que estamos destrozando, no s¨®lo ahora, sino desde hace siglos. Poco pod¨ªan sospechar los Felices que un hecho tan corriente en su tiempo como la ejecuci¨®n de un jud¨ªo ut¨®pico iba a perderles: los cristianos la arrasan hoy, despu¨¦s de siglos de batallas y de explotaciones. Estemos contentos: por ello vivimos muy bien t¨² y yo. Cristianos son Alemania, Espa?a, B¨¦lgica, Luxemburgo, Francia, que forman el Eurocuerpo -nueva palabra- que ahora sale de su continente por primera vez para tomar Afganist¨¢n, mandada por la OTAN, a su vez dirigida por Estados Unidos; se cre¨® frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que ya no existe: sirve para defendernos de otros. Espa?a retir¨® sus tropas de Irak porque no era una guerra legalizada: aumenta ahora las que tiene en Afganist¨¢n porque s¨ª son legales.
Vaya historia. Afganist¨¢n, antes de haber sido invadida por aquella Uni¨®n Sovi¨¦tica y atacada por Pakist¨¢n, despu¨¦s de la est¨²pida, sangrienta y fan¨¢tica revoluci¨®n de los talib¨¢n, sufri¨® la venganza de Estados Unidos: el dedo de Bush la se?al¨® despu¨¦s del inhumano ataque a Nueva York; como no le dio resultado, se?al¨® a Irak, en cuya tragedia estamos. Menos mal que se detuvo ante Ir¨¢n y Siria. No olvidemos a?adir a los musulmanes con sus distintas sectas o escuelas y los cristianos con las suyas, a los hebreos, fuente fundamental -y fundamentalista- en Israel de la lucha contra la Arabia Feliz, la P¨¦trea y la Des¨¦rtica (Tolomeo). Hay quiz¨¢ mayor¨ªas disfrazadas con cualquier religi¨®n, capaces de utilizarlas todas, que tienen intereses menos espirituales: el petr¨®leo, el opio de Afganist¨¢n.
Parece que contra esta coalici¨®n maravillosa de cristianos y hebreos, que tienen las mejores armas del mundo y la superioridad que proclaman de su inteligencia, no puede haber resistencia. Pues la hay. Mucha, y bastante solidaridad en otros pa¨ªses ¨¢rabes: los atentados de todos los d¨ªas en Turqu¨ªa, Pakist¨¢n, Arabia Saud¨ª; las tribus afganas, las rebeld¨ªas iraqu¨ªes, est¨¢n creando una guerra muy dura. Han derribado las esperanzas del ataque r¨¢pido y certero. Estamos, otra vez, en unVietnam. Pero all¨ª no hab¨ªa soldados espa?oles, ni depend¨ªa este pa¨ªs de la econom¨ªa de aquella pen¨ªnsula: ahora depende del Petr¨®leo Feliz. Desde aqu¨ª, es otra cosa: es algo muy grave. Sin necesidad, claro, de acudir a la conciencia.
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