Morientes suma puntos
El delantero madridista soluciona un partido en el que el modesto Wisla ejerci¨® de dominador
Al Wisla le gusta atacar. Est¨¢ acostumbrado a tener la pelota. Abre a un lado, despu¨¦s al otro. Busca las bandas. Combina por el centro. Hace paredes hasta en el infierno. Nunca da un pelotazo. El Wisla se gusta. Defiende mal, pero le da lo mismo. Es un equipo de ataque. Un conjunto con buen gusto que se f¨ªa del talento de Uche, o de Zienczuk, o de Frankowski, o de Zurawski. Coloca la l¨ªnea defensiva muy arriba. Nunca da un pelotazo. No rifa el bal¨®n. En definitiva, el Wisla parec¨ªa un chollo para el Real Madrid. Aunque ayer los blancos se pasaron muchos minutos, casi todos, persiguiendo sombras hasta que Morientes, que sali¨® en el segundo tiempo como soluci¨®n de emergencia, dio dos pu?etazos en la mesa.
WISLA CRACOVIA 0 - REAL MADRID 2
Wisla Cracovia: Majdan; Baszczynski, Klos, Glowacki, Mijailovic; Uche (Gorawski, m. 63), Szymkowiak, Cantoro, Zienczuk (Kukielka, m. 81); Frankowski ( Kuzba, m. 76) y Zurawski.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Pav¨®n (Celades, m. 84), Samuel, Roberto Carlos; Beckham, Helguera; Figo, Ra¨²l, Zidane (Guti, m. 67); y Ronaldo (Morientes, m. 67).
Goles: 0-1. M. 72. Morientes, en boca gol, aprovecha un centro de Beckham desde la derecha. 0-2. M. 90. Pase de Roberto Carlos y Morientes empuja a la red.
?rbitro: Massimo Busacca (Suiza). Amonest¨® a Samuel y Pav¨®n.
Unos 10.000 espectadores en el estadio Wisla.
El Madrid tampoco sabe defender. Tambi¨¦n le da lo mismo. A pesar de que casi no lig¨® una jugada de ataque de m¨¢s de tres pases, el Madrid, s¨®lo en el primer tiempo, tir¨® a puerta m¨¢s de diez veces, eso s¨ª, la mayor¨ªa desde fuera del ¨¢rea. En el segundo, rebaj¨® su presencia en el ¨¢rea, rival, aunque mejor¨® su efectividad. El grupo de Camacho jug¨® con el paso veraniego, con la astenia de la pretemporada, con la sensaci¨®n de que el reloj y la l¨®gica se encargar¨ªan de todo. Acertaron.
Beckham volvi¨® a mostrar m¨¢s el dorsal para recuperar balones que para la distribuci¨®n, en la que no particip¨® para nada. Su aportaci¨®n, al margen de la defensiva, fue ocupar la banda derecha cuando Figo se met¨ªa por el centro. Helguera movi¨® en corto, t¨ªmido, como si pensara que los asuntos de medio ampo en adelante no son cosa suya. Figo empez¨® con ganas, animado por la falta de recursos defensivos del Wisla y, en particular, de su reflejo polaco, Mijailovic, pero termin¨® diluido en la nada. Solo Zidane y Roberto Carlos se decidieron a explotar la defensa de t¨®mbola de los polacos. Lo hicieron al menos en cuatro ocasiones que se tradujeron en excelentes oportunidades.
Ra¨²l ha perdido esa cualidad indefinible que le distingu¨ªa: la virtud de estar en el sitio adecuado en el momento correcto. La piller¨ªa escolar, la intuici¨®n inexplicable del gol. Nada de eso parece que quede en el jugador voluntarioso que se pliega a las ¨®rdenes del banquillo, que corre, que da apoyos, que intentar ganar puntos ante sus superiores con su disciplina y se esfuerza en un territorio neutro, como un ap¨¢trida del ¨¢rea, como una pieza trasplantada de otro puzzle, sin encaje, con la exclusiva misi¨®n de aumentar el cuentakil¨®metros. Una buena jugada suya en combinaci¨®n con Ronaldo sin embargo, fue de lo m¨¢s peligroso de los blancos en el segundo periodo, pero el delantero fall¨® ante el portero polaco. En su descargo, decir que Ronaldo toc¨® menos a¨²n la pelota y su aportaci¨®n se redujo a un tiro lejano, raso y fuera.
Uche, tras una combinaci¨®n dentro del ¨¢rea, se qued¨® solo en el pico derecho del ¨¢rea. Lanz¨® la pelota contra el cuerpo de Casillas. Fue la mejor ocasi¨®n del Wisla. La grada aprovech¨® para intensificar los redobles de ¨¢nimo: un atronador y permanente ?Wisla Krakow! Al poco de comenzar el segundo tiempo, m¨¢s excusas para cantar: un lanzamiento de Cantoro pegad¨ªsimo al palo derecho. Pero por fuera, a pesar del grito un¨¢nime: ?gol! Frankowski y Zurawski tuvieron dos ocasiones seguidas que demostraron que la defensa del Madrid puede competir en incompetencia con la del Wisla, e, incluso, salir m¨¢s que airosa de la comparaci¨®n. Claro, que a la retaguardia de los polacos, le favoreci¨® la desaparici¨®n del Madrid en el segundo tiempo. Fue una dimisi¨®n solidaria, en bloque, aunque de vez en cuando, m¨¢s por inercia que por otra cosa, los blancos se asomaban al balc¨®n de Majdan. Mientras tanto, Zurawski proyectaba cada vez m¨¢s y m¨¢s sombra conforme pasaban los minutos. Es este un jugador con recursos, con velocidad y muy vertical. Un tipo con buenas ideas y mucha movilidad. Como su equipo. Con ganas, pero sin ¨¦xito.
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