Kenteris, bajo sospecha y herido

A pocas horas del inicio de los Juegos un terremoto sacudi¨® ayer de punta a punta al pa¨ªs anfitri¨®n. Costas Kenteris, campe¨®n ol¨ªmpico de los 200 metros, y Ekaterina Th¨¢nou, subcampeona de 100, supuestamente burlaron un control antidopaje. No qued¨® ah¨ª la cosa. Cuando decenas de periodistas se agolpaban a las puertas del edificio del Comit¨¦ Ol¨ªmpico griego, se dio la voz de alarma: Kenteris y Th¨¢nou hab¨ªan sufrido un accidente de moto y se encontraban en el hospital, seg¨²n un portavoz del comit¨¦.

Kenteris, el ¨ªdolo griego, se tom¨® ayer un peque?o respiro en el juego del escondite que hab¨ªa estado practicando en las ¨²ltimas semanas con las autoridades de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y de la federaci¨®n internacional y se present¨® en la Villa Ol¨ªmpica junto a su compa?era de entrenamientos y andanzas Ekaterina Th¨¢nou. Sin embargo, una vez en territorio griego, ambos decidieron que las aventuras que hab¨ªan emprendido en Tel Aviv, Roma, Ciudad de M¨¦xico y Chicago no eran suficientes e intentaron burlar a los inspectores antidopaje que acudieron a las 16.30 a someterles a un control. Finalmente, varias horas despu¨¦s del primer intento, ambos atletas accedieron a la toma de muestras de orina.

La comisi¨®n m¨¦dica del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, presidida por el sueco Arne Ljunqvist, se reuni¨® anoche para estudiar el asunto y, finalmente, el COI difundi¨® un comunicado en el que se apuntaba que ambos atletas pasar¨ªan hoy por la ma?ana a declarar sobre las causas de su espantada. Fuentes bien informadas del caso no descartaban ayer que ambos fueran excluidos de los Juegos -negarse a pasar un control es considerado como un positivo y, por ejemplo, el futbolista del Manchester United Ferdinand purga una sanci¨®n por tal motivo-, si sus explicaciones no resultan convincentes. Seg¨²n la prensa ateniense, Kenteris era el m¨¢ximo favorito para efectuar hoy el ¨²ltimo relevo de la antorcha.

Seg¨²n los expertos, Kenteris y Th¨¢nou son unos maestros en el arte del despiste, y saben que tres no shows -terminolog¨ªa del antidopaje para se?alar la conducta de quien dice que est¨¢ entren¨¢ndose en un sitio y luego no est¨¢- en 18 meses equivalen a un positivo. Tambi¨¦n saben alargar los plazos, buscar excusas para no competir en las reuniones normales y entrenarse en secreto durante el tiempo en que supuestamente recurren a los anabolizantes para mejorar sus prestaciones y rendimientos. Pero finalmente, y tras muchas denuncias de lo que se consideraba una conducta escandalosa, la federaci¨®n internacional (IAAF), que es quien entrega la lista de controlables a la AMA, los incluy¨® en la lista, seg¨²n explicaba Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola, presidente de la federaci¨®n espa?ola y miembro del ejecutivo de la IAAF. "A Kenteris y a la turca Sureyya Ayhan los tuve que incluir yo personalmente en la lista", dice Odriozola, "porque como no figuraban entre los primeros del r¨¢nking, pues entre Juegos y Mundiales no compiten, ni se les ocurr¨ªa controlarlos". Este a?o el velocista de Rodas, que se retir¨® sospechosamente del Mundial de Par¨ªs en 2003 alegando una lesi¨®n, ya hab¨ªa generado una fuerte pol¨¦mica con su federaci¨®n cuando en marzo decidi¨® marcharse a entrenar a Qatar.

Kenteris siempre ha sido un atleta bajo sospecha. Comenz¨® en las pruebas de 400, con marcas muy discretas, hasta que en Sidney dej¨® boquiabierto al mundo. Inopinadamente gan¨® la final de 200 -beneficiado, en cierto modo, por la decisi¨®n de Michael Johnson de pasarse a los 400-. Kenteris ten¨ªa 27 a?os y era un desconocido. Lleg¨® a los Juegos australianos con una mejor marca de 20,50s, lo que no le auguraba siquiera pasar de los cuartos. Hac¨ªa 20 a?os que un europeo de raza blanca no venc¨ªa en una gran prueba de velocidad, bien en unos Juegos o en unos Campeonatos del Mundo.

Kenteris, al igual que Th¨¢nou, vive bajo la tutela de un multimillonario griego, Christos Tzekos, un empresario de productos parafarmac¨¦uticos, que dirige a un peque?o grupo de atletas al margen de la federaci¨®n griega. Sus velocistas llevan una vida n¨®mada y apenas compiten fuera de Grecia. A veces ni siquiera en casa. En 2003 se negaron a ¨²ltima hora a participar en un mitin ateniense. Se apunt¨® entonces que hab¨ªan sido avisados de que habr¨ªa un control antidopaje.