El incierto futuro del modelo social europeo
Se ha hablado ¨²ltimamente mucho de este asunto y siempre es importante que se hable de ¨¦l, ya que hay que intentar no s¨®lo ser previsores, sino tambi¨¦n pensar que existe una solidaridad intergeneracional respecto a nuestros hijos y nietos. En un reciente libro (?Quo vadis, Europa?, Alianza Editorial) que acabo de publicar he planteado este asunto para el caso de la Uni¨®n Europea compar¨¢ndola con el de los EE UU. El sistema de bienestar de los pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea (UE) est¨¢ basado en el reparto generacional: Los padres pagan la educaci¨®n de sus hijos y ¨¦stos las pensiones y los gastos sanitarios de aqu¨¦llos cuando se jubilan. Este sistema funciona muy bien mientras la generaci¨®n de los hijos es m¨¢s numerosa que la de los padres y deja de hacerlo cuando ocurre lo contrario, es decir, est¨¢n dise?ados pensando en que la tasa de crecimiento de la poblaci¨®n es siempre positiva.
A largo plazo las tendencias demogr¨¢ficas hacen insostenible el actual modelo social
Hasta 2050 se calcula que la poblaci¨®n en edad de trabajar en la UE caer¨¢ en 40 millones
El problema es que en la UE, y m¨¢s todav¨ªa en Espa?a, est¨¢ ya ocurriendo lo contrario. Las tasas de fecundidad europeas y espa?olas est¨¢n cayendo y ahora alcanzan s¨®lo 1,3 y 1,1 hijos por mujer, respectivamente, cuando se necesitan 2,1 hijos para mantener constante la poblaci¨®n, con lo que la poblaci¨®n decrece y la siguiente generaci¨®n es mucho menos numerosa. Adem¨¢s, la esperanza de vida est¨¢ creciendo muy r¨¢pidamente, mientras que la poblaci¨®n trabajadora se est¨¢ jubilando cada vez a una edad m¨¢s temprana, con lo que el coste p¨²blico de pensiones y sanidad que ambas tendencias van generar va a ser mucho mayor que el previsto, al durar m¨¢s tiempo las prestaciones que van a recibir y van a tener que ser pagadas por una generaci¨®n menos numerosa. Por ejemplo, si el c¨¢lculo de la tasa de dependencia se hace dividiendo el n¨²mero de personas mayores de 65 a?os por el n¨²mero de las que tienen entre 15 a 64 a?os (como hace Eurostat) dicha dependencia pasar¨ªa del 24% en el 2000 al 50% en 2050, y al 60% en el caso de Espa?a. Si la relaci¨®n de dependencia se calcula entre los mayores de 65 a?os respecto a los que tienen 20 a 64 a?os, que es como la calcula la OCDE, ¨¦sta pasar¨ªa del 26% en 2000 al 52% en 2050 en la UE y s¨®lo del 22% al 37% en EE UU.
Naturalmente, este problema puede solucionarse si en la siguiente generaci¨®n hay mucha m¨¢s gente empleada que en la anterior y adem¨¢s tiene una productividad m¨¢s elevada que la anterior. Por ejemplo, la sostenibilidad futura de las pensiones, que es el problema m¨¢s acuciante, depende de c¨®mo evolucionen dos cocientes: el de generosidad, que es el resultado de dividir la pensi¨®n media por el PIB por trabajador, y el de dependencia, que es el resultado de dividir el n¨²mero de pensionistas por el n¨²mero de afiliados que contribuyen a la Seguridad Social. Si no se reduce la pensi¨®n media por motivos sociales o se aumenta con el coste de vida, es fundamental que el PIB por trabajador, o lo que es lo mismo, su productividad, aumente cada a?o en una proporci¨®n similar. Y si el n¨²mero de pensionistas aumenta como est¨¢ previsto, el n¨²mero de afiliados tiene que aumentar, al menos, en la misma proporci¨®n, suponiendo que el gasto de los primeros est¨¢ bien calculado teniendo en cuenta que su esperanza de vida aumenta cada a?o y que las contribuciones de los segundos no se reducen.
Estos par¨¢metros sugieren que para hacer sostenible el sistema actual de pensiones en el futuro son necesarias una serie de medidas que compensen el declive demogr¨¢fico de la UE, y especialmente el de Espa?a. Para poder mantener la pensi¨®n media, la primera medida es empezar ya a invertir en capital humano, en capital f¨ªsico y en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n para que aumente la productividad por persona empleada y por hora trabajada m¨¢s r¨¢pido en el futuro para que los trabajadores puedan tener una mayor renta y poder hacer frente al crecimiento de las pensiones de los jubilados. De no conseguirlo, habr¨¢ que reducir la pensi¨®n media o ampliar el periodo de contribuci¨®n necesario para tener derecho a una pensi¨®n, como ya se est¨¢ haciendo en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la UE, para poder mantener constante el cociente de generosidad. Otra medida importante para aumentar la productividad es volver a aumentar el n¨²mero de horas anuales trabajadas por cada persona empleada. En los a?os 70 era pr¨¢cticamente igual en EE UU y en la UE, hoy los trabajadores de la UE trabajan unas 210 horas al a?o menos que en EE UU.
Se ha argumentado que eso se debe a que los europeos tienen una preferencia social diferente que en EE UU, ya que prefieren sacrificar m¨¢s renta para tener m¨¢s ocio en lugar de preferir renta frente a ocio, como hacen los americanos. Sin embargo, existe otra explicaci¨®n y es que en los a?os 60 y 70 los impuestos y cotizaciones sociales sobre cada hora trabajada eran muy similares y hoy en EE UU son del 30% mientras que la media de la UE es del 50%. Al existir una mayor "brecha impositiva" en la UE, es decir, al ser mayor la diferencia entre el salario nominal y el que el trabajador lleva a su casa, se desincentiva su antigua preferencia por trabajar m¨¢s horas.
Para poder mantener constante el cociente de dependencia en una situaci¨®n en la que el n¨²mero de pensionistas y su esperanza de vida son crecientes, hay que tomar varias medidas complementarias par conseguir compensarlo con un aumento de los afiliados o cotizantes. La primera es aumentar la tasa de empleo, es decir, el n¨²mero de personas empleadas respecto al total de la poblaci¨®n en edad de trabajar. En este momento dicha tasa es del 66% en la UE, del 75% en EE UU y del 60% en Espa?a. Si la UE tuviese la misma tasa de empleo que la de EE UU tendr¨ªa hoy 17 millones m¨¢s de personas empleadas contribuyendo a los ingresos de la Seguridad Social. Ahora bien, para poder aumentar la tasa de empleo tiene que aumentar tambi¨¦n la poblaci¨®n en edad de trabajar para que pueda haber m¨¢s trabajadores, y desgraciadamente ¨¦sta va a ir cayendo por la muy baja tasa de fecundidad. Se calcula que de hoy al 2050 la poblaci¨®n en edad de trabajar en la UE va a caer en unos 40 millones, mientras los pensionistas van a aumentar en otros 40 millones.
Sin embargo, de momento existe todav¨ªa un margen de maniobra grande para aumentar el empleo porque la tasa es muy baja. Por ejemplo, en Espa?a, a pesar del enorme crecimiento del empleo en los ¨²ltimos nueve a?os, la tasa de empleo femenina es s¨®lo del 44% frente al 60% de la UE y el 70% en EE UU. La tasa de empleo de los j¨®venes entre 15 y 24 a?os es en Espa?a del 54% entre los hombres y del 41,5% entre las mujeres. El problema del empleo juvenil en Espa?a es muy grave: el 25% est¨¢ desempleado y el 65% tiene empleos precarios. Para aumentarlas habr¨ªa que incentivar fiscalmente los contratos fijos a tiempo parcial, que en Espa?a representan s¨®lo un 7% frente a un 15% en la UE. Tambi¨¦n la tasa de empleo de las personas de 55 a 64 a?os es s¨®lo del 40% en Espa?a, del 48% en la UE, frente al 57,5% en EE UU. La tasa de empleo de las mujeres espa?olas de dichas edades es s¨®lo del 22%. Una forma de aumentar dichos niveles de empleo de los trabajadores mayores es desincentivar fiscalmente las jubilaciones anticipadas e incentivar fiscalmente a quienes deseen continuar trabajando, como ha propuesto ya Francia. Por ¨²ltimo, mientras que en EE UU el aumento de la competencia, derivado de la creciente globalizaci¨®n, ha hecho que aumente la dispersi¨®n salarial, reduci¨¦ndose relativamente la remuneraci¨®n de los trabajadores de menor cualificaci¨®n y aumentando la de los de mayor cualificaci¨®n, ya que el mercado laboral es flexible, en la UE se ha hecho a costa de un mayor desempleo de los j¨®venes y de las mujeres, ya que la reducci¨®n de los costes de despido y de los salarios no ha sido posible. La tasa de empleo de la UE ser¨ªa mucho mayor si el mercado laboral fuera un poco m¨¢s flexible, ya que hoy tiende a mantener empleados a trabajadores menos productivos y fuera del mercado de trabajo a otros m¨¢s emprendedores y cualificados.
Para conseguir aumentar el n¨²mero de personas en edad de trabajar, el empleo y los afiliados a la Seguridad Social en el futuro habr¨¢ que, por un lado, incentivar la tasa de fecundidad y, por otro, recurrir en mayor medida a la inmigraci¨®n. La primera medida da resultado a largo plazo. Francia es un ejemplo, ya que lleva m¨¢s de 50 a?os subvencionando el segundo y tercer hijo y eximiendo de impuestos a las familias numerosas, ahora tiene una tasa de fecundidad mayor aunque las subvenciones las cobran en su mayor parte los inmigrantes, que son los que tienen m¨¢s hijos. La segunda requiere que el n¨²mero de inmigrantes necesarios para contrarrestar la ca¨ªda de la tasa de fecundidad sea enorme. Se calcula que se necesitar¨ªa una entrada de m¨¢s de tres millones al a?o para la UE y de m¨¢s de 200.000 para Espa?a. El problema de la inmigraci¨®n en la UE est¨¢ en que cuando se supera un cierto umbral el votante medio aumenta progresivamente su rechazo y hace muy dif¨ªcil aumentarla a los niveles deseados. Adem¨¢s, la soluci¨®n de aumentar la tasa de inmigraci¨®n puede ser s¨®lo temporal, ya que m¨¢s adelante ser¨¢n tambi¨¦n pensionistas, para lo que habr¨¢ que continuar incentivando la natalidad, ya que con el tiempo tambi¨¦n los inmigrantes se adaptan a los patrones de natalidad del pa¨ªs receptor.
Otra medida absolutamente necesaria es retrasar la edad de jubilaci¨®n para adaptarla a los aumentos de la esperanza de vida. Se calcula que, en los pr¨®ximos 50 a?os, la esperanza de vida media en la UE va a aumentar m¨¢s de seis a?os. Si la edad de jubilaci¨®n ha sido de 70 a?os cuando el crecimiento demogr¨¢fico era positivo, ahora que es negativo se necesitar¨ªa sobrepasarla. En los pa¨ªses que tienen pensiones menos generosas, los trabajadores se jubilan m¨¢s tarde y viceversa. Tambi¨¦n ser¨ªa conveniente, especialmente en los pa¨ªses como Espa?a, con una mano de obra sumergida importante, aflorar dicho empleo para que cotice a la Seguridad Social. Alemania ha puesto una cotizaci¨®n plana del 10% para todos aquellos que se legalicen.
Todo ello indica que existen muchas medidas y reformas que llevar a cabo en la UE para poder mantener en el futuro un modelo social generoso y solidario como el que tenemos, que ha sido una de las caracter¨ªsticas fundamentales de la democracia europea. No se trata de desmantelar el actual Estado de bienestar europeo ni de copiar el de EE UU, que es m¨¢s eficiente en t¨¦rminos de empleo y de productividad, pero que resulta en una sociedad m¨¢s desigual y menos cohesionada que la nuestra, con muchos trabajadores por debajo de la l¨ªnea de pobreza, con m¨¢s de 2 millones de personas en la c¨¢rcel, con una elevada tasa de violencia y de asesinatos, todo ello derivado de una distribuci¨®n de renta con enormes diferencias, especialmente entre el 10% de mayor ingreso y el 10% de menor ingreso. Se trata m¨¢s bien de reformar todos los aspectos de nuestro modelo que reducen notablemente la eficiencia econ¨®mica sin por ello mejorar la igualdad social al reducir la capacidad de empleo, la productividad y la renta de muchos europeos.
Un ejemplo a seguir es el de los pa¨ªses n¨®rdicos, que soportan un modelo social generoso, pero con un mercado laboral mucho m¨¢s flexible, con un sistema fiscal que castiga poco el capital para que haya m¨¢s ahorro, inversi¨®n, emprendimiento y empleo, y mucho los h¨¢bitos como el fumar y beber y el consumo suntuario, con un alto nivel de cooperaci¨®n entre sindicatos y patronales para mantener la tasa de empleo elevada y con una asignaci¨®n de buena parte de su presupuesto a la formaci¨®n a la educaci¨®n y a la investigaci¨®n y desarrollo. En este sentido parece como surrealista que la UE siga dedicando el 45% de su presupuesto (50.000 millones de euros) a subvencionar a 877.000 agricultores que no son competitivos, en lugar de dedicar la mayor parte a las inversiones que van a aumentar la productividad y la renta de sus ciudadanos en el futuro.
La conclusi¨®n es clara: a largo plazo, las negativas tendencias demogr¨¢ficas hacen insostenible el actual modelo social del que los europeos est¨¢n tan orgullosos, si no se consigue reformarlo para que consiga una mayor eficiencia econ¨®mica ser¨¢ muy dif¨ªcil compensar el efecto negativo que tienen dichas tendencias para su viabilidad. Para ello hay que actuar ahora que no plantea todav¨ªa problemas serios y no esperar a que sea insostenible.
Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR, Centre for Economic Policy Research.
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