Tradici¨®n y vanguardia en las calles de Edimburgo
Un a?o m¨¢s, la capital escocesa se llena de actores, m¨²sicos, escritores y artistas. Mientras el Festival Internacional representa lo m¨¢s serio de la oferta, el Fringe pide m¨¢s protagonismo.
Por fin ha salido el sol en Edimburgo. Tras d¨ªas de lluvias torrenciales que han tenido a los brit¨¢nicos en un pu?o, que han corrido las pinturas de las sufridas estatuas humanas despu¨¦s de horas de cuidadoso maquillaje, que han convertido la alegr¨ªa de los turistas en pura frustraci¨®n, la Royal Mile es, una vez m¨¢s, un hervidero de curiosos. Hoy se inaugura el Festival Internacional, pero el Fringe, el festival alternativo que lleva ya una semana en marcha, saca pecho: 1.695 compa?¨ªas en 236 escenarios diferentes con 25.326 representaciones. M¨¢s que nunca, este a?o arrasa. Tan importante es el Fringe, tanto ha crecido, que hay quien aboga porque sea ¨¦l quien d¨¦ nombre a un ¨²nico festival, quien resguarde bajo su sombra al Festival Internacional para que sea ¨¦ste su complemento y no al rev¨¦s, como hasta ahora ha sucedido. Tan es as¨ª que una de sus salas m¨¢s conspicuas, la Assembly Room, ha vendido ya el doble de entradas que el a?o pasado. Adem¨¢s, sale m¨¢s barato: 65.000 libras del erario p¨²blico por 2,5 millones que recibe el Festival Internacional.
El Fringe ense?a sus cartas cada vez con m¨¢s orgullo. Vuelven a ¨¦l las estrellas de Hollywood, y si el a?o pasado estuvieron por aqu¨ª Susan Sarandon y Tim Robbins, ahora quien aparece es Christian Slater para hacer, una vez repuesto de una varicela que hizo peligrar el evento, Alguien vol¨® sobre el nido del cuco. Por si fuera poco, un nuevo premio se une al Perrier Award. El inefable Richard Prior ha creado uno con su nombre para la mejor funci¨®n de contenido, como se dice por aqu¨ª, ¨¦tnico. Las reacciones en contra de lo que aparece como un anacronismo en esta sociedad mestiza desde hace tiempo no se han hecho esperar. Siguiendo el esp¨ªritu del Fringe, su mezcla de tradici¨®n y novedad, los espect¨¢culos m¨¢s exc¨¦ntricos de este a?o ser¨¢n el show de Mark Watson, 24 horas ¨¦l solito frente al p¨²blico, y -rizando el rizo de lo pol¨ªticamente incorrecto- Say Sorry, sobre la violencia dom¨¦stica en una pareja gay. No se quedaba atr¨¢s Tim Fountain, quien pretend¨ªa hacer a la vista del p¨²blico lo que puede suponerse con el espectador que lo deseara y que ha tenido que renunciar a ello por las protestas de gaydar.co.uk, la p¨¢gina web inglesa de la que pensaba sacar los candidatos. Ni La Fura dels Baus, que anda por aqu¨ª estos d¨ªas con XXX, hab¨ªa llegado tan lejos.
El Festival Internacional se abre hoy en la parcela musical con Juana de Arco en la hoguera de Honegger, a cargo de un muy prometedor director negro, el canadiense Kwam¨¦ Ryan. Seguir¨¢ una buena raci¨®n de ¨®peras, desde una tripleta Weber -El cazador furtivo, Oberon y Euriante- hasta lo m¨¢s esperado, la ¨®pera del Estado de Hanover con Pell¨¦as et M¨¦lisande de Debussy, Al gran sole carico d'amore de Luigi Nono y El trovador de Verdi, ¨¦sta en el montaje de Calixto Bieito, una de las ni?as de los ojos de MacMaster.
Bieito es, sin duda, el hombre m¨¢s esperado del momento con su producci¨®n de La Celestina, con el Birmingham Repertory Theatre y la gran Katryn Hunter en el papel principal. Olivier Py, con el Centre Dramatique National Orle¨¢ns-Loiret-Centre, presenta El zapato de raso de Paul Claudel, 11 horas, 11, en perfecto franc¨¦s, con sobret¨ªtulos en ingl¨¦s. Mejor seguramente el Berliner Ensemble de Peter Zadek y su Peer Gynt de Ibsen.
El Book Festival vuelve a Charlotte Square y apuesta por las viejas glorias de la literatura brit¨¢nica. Doris Lessing escandaliz¨® hace dos a?os y quiz¨¢ lo haga otra vez desde las alturas de su edad provecta. Muriel Spark se anuncia, y con raz¨®n, como la mejor escritora escocesa viva, y qui¨¦n sabe si todav¨ªa Alan Sillitoe ser¨¢ capaz de conmover con sus historias proletarias. De los de fuera, la gran Anita Desai, la maestra de Shalman Rusdie, elegancia y belleza. Y la premio Nobel Toni Morrison. M¨¢s jovencitos, relativamente, Alain de Botton, Michael Ignatieff, Julian Barnes, Louis de Berni¨¨res -que tras La mandolina del capit¨¢n Corelli se ha puesto otra vez a la cabeza de los m¨¢s vendidos con su nueva novela, Birds without Wings- y Jenny Diski. Dos nombres hispanos: Carlos Fuentes, que presenta su This I Believe, y B¨¢rbara Jacobs. En el cine, escasa pero aguerrida representaci¨®n espa?ola: Felipe Vega, con Nubes de verano, e Ic¨ªar Bolla¨ªn con Te doy mis ojos. Y muchas cosas m¨¢s, que aqu¨ª no hay quien pare. Exposiciones como The Age of Tiziano en la Royal Scottish Academy para los m¨¢s cl¨¢sicos. Los menos pueden decidirse entre las banderas de Jasper Johns -en la Gallery of Modern Art- o los pajaritos de Fred Tomaselli -en la Fruitmarket-, y ayudarle a la cr¨ªtica brit¨¢nica a que adivine cu¨¢l de los dos est¨¢ m¨¢s pasado de moda. Inmune al tiempo -dichoso ¨¦l-, el octogenario padre del pop art, sir Eduardo Paolozzi, recibe el homenaje de sus paisanos en la Dean Gallery. Esto es Edimburgo: una locura.
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