Los voluntarios enfatizan la contribuci¨®n de su trabajo al PIB

Tras reivindicar una y otra vez la necesidad de que la sociedad, los gobiernos y el sector privado reconozcan su trabajo, los expertos reunidos ayer en la Conferencia Mundial del Voluntariado cuantificaron las tareas no remuneradas, d¨¢ndoles valor en dinero. Pero las cifras que ofrecieron resultaron algo contradictorias. La representante de Suiza en la asociaci¨®n internacional de voluntarios, Viola Krebs, cit¨® un informe de la fundaci¨®n ATD Fourth World, que sit¨²a la aportaci¨®n del voluntariado al Producto Interior Bruto (PIB) de los pa¨ªses desarrollados en entre el 8% y el 14%. Pero los mismos organizadores del encuentro reconocieron que es un valor muy elevado.

En Espa?a, uno de los estudios m¨¢s exhaustivos realizados hasta la fecha lo firma la Fundaci¨®n BBV, y cifra el trabajo voluntario en aproximadamente el 1,5% del PIB. Estudios de la prestigiosa universidad estadounidense John Hopkins coinciden m¨¢s con esta cifra que con las citadas por Krebs.

La metodolog¨ªa de estos estudios es la siguiente: se calculan las horas que los voluntarios destinan al trabajo no remunerado y se hace una estimaci¨®n de lo que podr¨ªan costar si tuvieran que pagarse, utilizando el importe de la hora de un salario medio, seg¨²n explic¨® la profesora de Econom¨ªa de la Universidad Ramon Llull Julia Montserrat. "En los pa¨ªses que m¨¢s invierten en el tercer sector se podr¨ªa alcanzar el 6% del PIB y el 2% en el caso de los voluntarios, pero la cifra del 8% es imposible", asegur¨® ayer.

La sesi¨®n plenaria de la primera jornada de la conferencia estuvo dedicada a la contribuci¨®n del voluntariado a la preservaci¨®n de la diversidad cultural. Entre las intervenciones sobresali¨® la del ling¨¹ista y gastr¨®nomo iraqu¨ª Pius Alibek, quien habl¨® de los conflictos que plantea la inmigraci¨®n. A los gobiernos, les recrimin¨® "falta de voluntad aut¨¦ntica" para resolverlos. A los inmigrantes, les alent¨® a que conozcan sus deberes a la vez que adquieren derechos. Y, finalmente, critic¨® el tratamiento "sensacionalista" de algunos medios de comunicaci¨®n.