Pere Grases, un catal¨¢n universal
El pasado domingo 15 de agosto, mientras los venezolanos acud¨ªan a las urnas para el refer¨¦ndum revocatorioo sobre Hugo Ch¨¢vez, mor¨ªa en Caracas Pere Grases i Gonz¨¢lez, quien, a trav¨¦s su tenaz, honda, rigurosa labor, por falta de otra etiqueta, debe ser considerado como pol¨ªgrafo por excelencia.
Grases naci¨® el a?o 1909 en Vilafranca del Pened¨¦s y, despu¨¦s de licenciarse en Letras y en Derecho (1926-31) y doctorarse en Madrid, fue profesor de Cultura ?rabe en la Universitat Aut¨®noma de Barcelona.
Ejerci¨® la abogac¨ªa y fue secretario particular del alcalde de Barcelona Carles Pi Sunyer durante la Segunda Rep¨²blica.
En plena Guerra Civil se exili¨®, primero a Francia, y desde 1937 residi¨® en Caracas. Su labor pedag¨®gica dej¨® huella en decenas de instituciones culturales y universitarias de Venezuela, desde el prestigioso Instituto Pedag¨®gico Nacional hasta contribuir a la fundaci¨®n de la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de la Universidad Central de Venezuela. Aparte de llevar a cabo una tarea ensay¨ªstica sin pausa, su contribuci¨®n mayor se centr¨® en desentra?ar diversas ramas de la historia de su pa¨ªs adoptivo, desde el periodismo a la imprenta, la evoluci¨®n del pensamiento y las letras.
El estudio de Sim¨®n Bol¨ªvar y su maestro Sim¨®n Rodr¨ªguez, al igual que conocimiento de la obra del chileno universal Andr¨¦s Bello, nunca fueron igual desde que Pere Grases produjo verdaderos hitos bibliogr¨¢ficos.
Cuantitativamente, su obra es tan ingente que en una primera recopilaci¨®n publicada entre 1981 y 1998 por Seix Barral en Barcelona requiri¨® veinti¨²n vol¨²menes.
Su voracidad y profundidad de la lectura ten¨ªan un trasfondo bibliogr¨¢fico que, al hacerse peque?o el anejo de su finca llamada significativamente Vilafranca, resolvi¨® donar m¨¢s de 65.000 libros (que lleg¨® reunir parcialmente con un sistema de canje que ten¨ªa con centenares de intelectuales de medio mundo) para fundar la Biblioteca de la Universidad Metropolitana, que lleva justamente su nombre.
Entre los detalles, aparentemente anecd¨®ticos, destaca el hecho de que, tras ejercer como profesor invitado en la Universidad de Harvard, se le ofreci¨® quedarse como catedr¨¢tico permanente. Grases, ins¨®litamente, sorprendi¨® al mundo acad¨¦mico decidiendo regresar a Caracas, porque crey¨® que all¨ª estaba su obligaci¨®n.
Sucesivos presidentes de Venezuela, intelectuales de altura, eruditos extranjeros y alumnos le ped¨ªan consejo frecuente, que siempre estaba dispuesto generosamente a regalar.
A menudo, al solicitarle sugerencias de lecturas sobre alg¨²n tema o figura, a un par de precisas muestras bibliogr¨¢ficas agregaba "el tercer libro", que el peticionario deb¨ªa elegir. Con este sencillo m¨¦todo pedag¨®gico consegu¨ªa el efecto multiplicador de su maestr¨ªa e incitaba a la investigaci¨®n y el esfuerzo personal.
Doctor honoris causa de diversas universidades, entre otras, la de Barcelona y Miami, fue recompensado con la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalu?a.
Convendr¨ªa que en Catalu?a y Espa?a se le diera su nombre a una nueva universidad.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.