Hopper, Tamara y los a?os sesenta
Pocas veces coinciden en una misma ciudad tantas atractivas exposiciones de arte pl¨¢stico como las que ofrece Londres al p¨²blico este verano. La Tate Modern, al sur del T¨¢mesis, recupera la obra de Edward Hopper en una gran retrospectiva. Considerado entre los grandes pintores modernos del siglo pasado, Hopper dej¨® un nutrido legado que documenta vidas, paisajes naturales, zonas urbanas y rec¨®nditas de Estados Unidos. Un aura de soledad envuelve a los personajes de sus ¨®leos al tiempo que brota en el espectador una sensaci¨®n de que la historia que el autor recoge en las escenas no ha hecho m¨¢s que comenzar. Hopper es un artista de cualidades cinematogr¨¢ficas, que inspir¨® a sucesivas generaciones de realizadores y directores de fotograf¨ªa. Cuadros como Nighthawks, Automat y muchos otros de los setenta incluidos en la muestra son archiconocidos dadas sus repetidas reproducciones en distintos formatos gr¨¢ficos. Es, sin embargo, la primera vez en veinte a?os que una instituci¨®n brit¨¢nica se detiene a examinar las seis d¨¦cadas de la trayectoria creativa de Hopper.
La Tate Britain viaja a los a?os sesenta, una d¨¦cada que ha dejado una huella muy viva en el imaginario colectivo de los brit¨¢nicos. El arte y los sesenta: as¨ª fue el ma?ana re¨²ne ejemplos de pintura, escultura, fotograf¨ªa, proyectos arquitect¨®nicos y documentos de la contracultura que ayudaron a definir la llegada de una era nueva. El t¨ªtulo ancla la exposici¨®n en los sesenta, con el alboroto del pop art, op art, la aproximaci¨®n a la abstracci¨®n y las manifestaciones art¨ªsticas de tono pol¨ªtico-social. Pero, realmente, la historia que se reconstruye en la muestra arranca a mediados de los cincuenta, cuando comienzan a evaporarse las peores penurias de la posguerra y surge en el Reino Unido una generaci¨®n de j¨®venes dispuestos a tumbar las fronteras del orden social establecido.
La Royal Academy of Arts presenta una retrospectiva de la artista polaca afincada en Par¨ªs Tamara de Lempicka, mito de la alta sociedad europea de los a?os veinte del siglo pasado e icono del art d¨¦co y modernista de la era de entreguerras. Sus impactantes retratos, que exudan un sofisticado glamour, combinaban algo de su aprendizaje de los maestros renacentistas con un fuerte acento neocubista.
A partir del 18 de septiembre alojar¨¢ en su sede de Picadilly obras maestras, desde la antig¨¹edad hasta el posimpresionismo, de la colecci¨®n del museo Ny Carlsberg Glyptotek de Copenhague. Mientras, la National Gallery explora el escasamente conocido arte paisajista ruso centr¨¢ndolo en la era de Tolst¨®i y, en una segunda exposici¨®n, analiza la manipulaci¨®n del rostro humano a trav¨¦s de una veintena de obras de Goya, Renoir, Warhol y Julien Opie, entre otros. En octubre presentar¨¢ una retrospectiva exhaustiva de Rafael.
Pocas instituciones superan al British Museum en la ejecuci¨®n de proyectos en torno al pasado remoto y atractivos para todos los p¨²blicos. En esta ocasi¨®n desvela los secretos de una momia egipcia, Nesperennub, en una pel¨ªcula producida con los ¨²ltimos adelantos de la tecnolog¨ªa digital. Nace as¨ª una momia virtual, que el espectador puede desnudar y examinar interactivamente en tres dimensiones. Mientras, en el polo opuesto del espectro art¨ªstico, la galer¨ªa Whitechapel enfoca su oferta veraniega en los artistas emergentes del barrio del este de Londres, donde se ubica su propia sede y donde ha surgido en los ¨²ltimos a?os el m¨¢s excitante hormiguero de creatividad del Reino Unidos y, quiz¨¢ de Europa.
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